C A P I T U L O 4.

2.9K 216 82
                                    

Cuando llegué al grupo de autoayuda me senté a lado de Delia. En verdad moría por acostarme con ella, era lo primero que se me venía a la mente cuando la veía.

—Hola—Le sonreí.

—Hola Astrid—dijo un poco tímida.

Siguieron las pláticas y no podía evitar imaginarme haciendo cosas con Delia, que estuviera encima de mi o que yo estuviera entre sus piernas.

—¿Qué le parece señorita Astrid?—dijo Alicia sacándome de mis pensamientos.

—Aahh si, me parece perfecto—dije con la esperanza de acertar en mi respuesta.

—¿Le parece perfecto que nadie mejore?

—Ahh no... es decir que...

—Ponga más atención, por favor.

Escuché una risilla divertida de Delia.

—Oye no te rías—sonreí—Mejor deberías de enseñarme a dibujar—no contestó y prestó atención.

Estuvimos haciendo actividades, estúpidas, y cuando hablaba Alicia seguía sin prestarle atención.

A la hora del descanso, Delia hizo que la acompañara a comer. Yo estaba encantada de seguirla.
Estaba tardando en lograr mi meta, pero sabía que tenía que ser paciente.

—Perdón por no responderte hace rato, no quería que te regañaran más.

—¿De que hablas?—dije ingenua.

–¡De las clases de dibujo! Te empezaré a enseñar.

Sentí como mis ojos se iluminaron, las clases de dibujo eran una oportunidad y excusa perfecta para acercarme más a ella.

—¡Claro! Entre más pronto mejor, incluso si fuera hoy ¡para mi perfecto!

—Entonces será hoy ¿te parece en mi casa? A mis padres les alegrará que lleve a una amiga—Sonrió.

Maldita sea. Tenía miedo de pasar a la zona de la amistad, pero también confiaba en mis habilidades y que podía salir de esa zona más rápido de lo que entré.

—¡Yo estoy encantada!—dije de inmediato.

Al salir llegamos a su casa y Delia me presentó con sus padres, los cuales me recibieron muy amablemente.

—¡Me da gusto que Delia haya conseguido una amiga!—se acercó su mamá para susurrarme—En verdad gracias, han sido unos meses difíciles para ella.

—No sé preocupé señora, conmigo estará bien—sonreí.

—Delia nos contó que se conocieron en el grupo de autoayuda—dijo su padre—Dígame ¿Por qué está usted ahí?

Viejo entrometido de mierda, ¿que carajos le importaba?

—Lo qué pasa es que soy muy gentil y la gente me utiliza mucho por mi forma de ser, mi amabilid...

—Por favor no la incomoden, tenemos suficiente con el grupo—me interrumpió Delia—Iremos arriba a dibujar.

—Claro, diviértanse—dijo la madre.

Nos subimos a su habitación que se veía algo descuidada, su escritorio era todo un mar de hojas y pinturas.

—Perdón por el desastre—dijo apenada.

—No te preocupes, mi habitación está peor— No era cierto, mi habitación regularmente la tenía en buen estado.

Arregló un poco el desastre de su escritorio.

Experta en ilusionar (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora