Capitulo 3

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Era finalmente sabado, acababa de despertar y fui a mi armario a paso veloz a cambiarme de ropa. El tiempo no estaba de mi lado. Hacía mucho frío para ser otoño y no tenía ropa del todo adecuada. Me vestí con una camiseta de mangas largas blanca con dibujos a lapiz de Mickey Mouse junto con un Blue Jean.
Escuché mi madre tocar la bosina del auto para decir que me apurara. Le di una rapida cepillada a mi largo pelo castaño y me eché un poco de perfume antes de salir. Descolgué la gabardina negra que tenía colgada y corrí al auto.
Cybele vivía en un barrio privado algo lejos del mío, era el mismo barrio donde Ledesma vivía.

- ¿Es esta?
Preguntó mi madre frenando el auto frente a una gran casa de estilo moderno.
- Supongo.
Contesté, era una casa muy bonita situada en una zona alta, la vista era genial.  Tomé el movil y llame a Cybele. Un timbraso... Dos timbrasos... Contestó.

- JAJAJAJJAJAJAAJ Dios JAJAJJAJA.

Era lo unico que podía escuchar.

- Umm... ¿Cybele?
- Perdón, Perdón, es que Estamos Dana y yo y es como que AJJAJA Nos caimos y JAJAJA. En fin, ahí voy a abrirte.

Segundos despues Cybele me abrió la puerta, estaba algo despeinada, pero es dificil notarlo cuando llevas unos rulos como los que ella tenía. Saludó a mi madre con educación y me invitó a pasar.

- Portate bien Leila.
Dijo mi madre con un tono amenazador.
- Nada de salir a la calle y besar chicos.
Agregó. La miré con algo de desprecio. Se pensaba que yo hacía ese tipo de cosas. Cybele se despidió de ella y cerró la puerta. Vi bajar a Dana por las escaleras saludandome con poca atención.

- Hey... Te llamabas Leila, verdad?
Preguntó Dana.
- Si, hola Dana.
La verdad es que esa chcia me caía un poco mal. Era muy egoísta y denigrante.
- ¿Te gusta como vestí a Cyb?
Me di media vuelta para fijarme en su ropa.
- Supongo que si.
Respondí con algo de confusión. Cybele comenzó a reir.
- Es que Dana me eligió esta ropa.

Pasamos un rato charlando hasta que Dana se fue. Una vez nos despedimos de ella, Cybele me mostró su habitación. La compartía con su hermana.

- ¿Sabes que es lo malo de compartir me cuarto con ella? Que siempre peleamos por que posters poner, le encanta poner posters de chicos de 1D con mirada penetrantes. ¿Sabes lo horrible que es despertar y verles la cara?

Tenían una cama cucheta en forma de "L". Cybele dormía en la de abajo. Me senté en la cama y pude ver que en su mesita de noche estaba su celular, que era el mismo que el mío.

- Hey! Tengo el mismo movil.

Cybele tomó el celular y me mostró la funda que llevaba. Tenía el dibujo de un Game boy.

-  Wooooo!!!! Me encanta!!!!
Estaba muy facsinada, soy una nintendera de corazón y la verdad es que era algo que me sorprendió muchisimo.
Tomó mi celular, que llevaba una funda color negra aburrida y la cambio por la que ella usaba.
La abracé como agradecimiento.

La habitación de al lado era una sala de juegos, estaba llena de libros desparramados por ahí. Había un sillón y dos Pufs. Cybele notó que mi mirada iba dirigida a aquel monton de libros. Tomó uno de ellos y lo abrazó. Cazadores de sombras.

- Esta es mi mas reciente y presiada adquirisión.
Dijo mordiendo la parte inferior de su labio y mirando a la vez hacia arriba, como si recordara el placer que le daba aquel libro.
- Oh, yo no soy muy de leer...
Dije algo avergonzada, me sentía fuera de aquel mundo.
- Por cierto Leila.
Dijo antes de colocar nuevamente su precioso sobre la pila de libros.
- ¿Recuerdas que te dije que sabía karate?
Dijo. Me miró con una sonrisa malintencionada. Guardé silencio, mi rostro palido lo decía todo.
Me tomó y me tiró al suelo.A decir verdad, no había que hacer mucho para que yo cayera al suelo, era muy delgada y liviana. Aunque del susto tampoco puse ni la mas minima resistencia...
Se me tiró encima, sin aplastarme, pero sin dejarme moverme.
- ¡Lucha!
Me gritó, parecía decidida en demostrar sus habilidades. Pero a mi no me gustaba pelear, ademas, de cierta forma disfrutaba aquello. Estaba muy frío y Cybele era como una mantita encima de mi. La abracé y cerre mis ojos.
- Así no conseguiras quitarme de encima.
- No trato de hacerlo, estoy muy comoda.
Alcance a olerla de lo cerca que estabamos. Un aroma hipnotizante, un perfume que no conocía.
- ¡Que luches!
Insistió, no le consedí el deseo y comencé a reír.
- Pues... si así serán las cosas...
Me miró a los ojos. Se acercó a mi, me pasó al lado del rostro y pude escuchar justo al lado de mi oreja izquierda el sonido de su boca abrirse, su calido aliento pasar por el costado de mi cuello... Senti su pecho aplastarse contra el mio, que era bastante plano, y era tan suave. Me da verguenza admitir que me agrada lo esponjoso que se sentía. Todo se sentía tan agradable...


Hasta que...
- KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA CYBELE NO! BASTA!! AUUUUUCH!
Comencé a gritar y tratar de quitarmela de encima con todas mis fuerzas. Había mordido mi oreja con tanta fuerza y brutalidad que del dolor casi lloro. Al final, Cybele que no aguanto su risa se quitó de encima. Me puse en un esquina de la habitación como cachorro ofendido y me sobe la oreja con un gesto de dolor en mi rostro. La sentía ardiendo. Cybele se acercó a mi y me quitó la mano para poder observar mi oreja. Soltó una profunda carcajada.
- ¡Dios esta rojísima!
Sollozaba intentando no llorar. Cybele volteo con delicadez mi rostro tomandome del mentón. Notó que me había dolido demasiado.
- Es solo una mordidita.
Dijo y me mordisqueo la otra con suavidad. Un escalofrío recorrió mi espalda al sentir que sus dientes.
- No deberías morder a la gente Cyb...
Dije como niña pequeña.
- ¿De que hablas? Con Bianca siempre nos mordiamos.
- Pero yo no soy Bianca...
Dije con un tono triste. Un silencio inundó la sala.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2015 ⏰

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Un reino de dos princesas (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora