Prólogo

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-¡Despierta!

El susurro angustiado de su padre hizo que la niña obedeciese. Asustada y confundida, la pequeña tomó su peluche, pero fue capaz de callar la pregunta que se formaba en su garganta y dejarse llevar. Con cuidado, su padre la tomó en brazos y la envolvió en una manta, estrechándola fuertemente contra él. Ambos salieron al pasillo, donde el sonido del metal golpeando contra metal se hacía cada vez más fuerte, haciendo que la niña escondiese su rostro en el pecho de su padre, deseando que todo eso pasase.

-¡Orson!

Después de dar el grito, su padre se detuvo y unos pasos se oyeron caminando con rapidez hacia ellos.

-Debéis iros -informó esa nueva voz.

-Vos también, mi rey, la rebelión está dentro del castillo.

-Antes debo asegurarme de que toda mi familia esté a salvo.

-Os ayudaré -afirmó su padre.

-¿Y arriesgar la vida de tu hija? -preguntó, causando un breve silencio-. Sálvala, es una orden de tu rey.

-La cumpliré con mi vida -afirmó-. Tenga cuidado.

La pequeña y su padre reanudaron la marcha, caminando con sigilo y velocidad. Poco a poco, el ruido del agua y el olor del río fueron llegando hasta la niña, anunciando que estaban cerca de su salvación. 

El auténtico reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora