[ D i f e r e n t e ]
•El estruendoso sonido del motor hizo que Beatrice y yo saltáramos en nuestro lugar mirándolo boquiabiertas. Era exageradamente misterioso, su mirada, su vestimenta, su enorme motocicleta, era parte de una personalidad temible, oscura, de un chico malo.
De un chico malo que me gritaba en sus profundos ojos que me alejara.
—No lo vi, Dios.
Escuche en la lejanía a Beatrice.
—Ni yo—susurré.
*.•.*
El golpeteo de las gotas chocando con el paracaídas era cada vez más fuerte. Me moví incómoda al no sentir la suavidad de mi colchón... la suavidad de la tela de seda... seda.
Toque suavemente la superficie en mis manos, era suave, de cuero firme, pero nada comparado con mis sábanas.
Casa...
Padre...
Giordana...
Reinaldo... ¿Reinaldo?
Abrí los ojos asustada, miré hacia todas partes creyendo ingenuamente encontrar un enorme cuarto color blanco, las sábanas color rosado de seda, las cortinas gruesas de la fina tela de Roma. Pero no; era el panorama de un lugar espantoso, hombres bebiendo a tan tempranas horas, autos destruidos, chicas con poca ropa acostadas en la banqueta. Y una horrible lluvia.
Miré a mi derecha encontrándome con el cuerpo de Beatrice, estaba tan profundamente dormida que cuando le toque su brazo no lo sintió.
Noté a la lejanía llegar una limusina color negro, deteniéndose en frente del prostíbulo. De ella bajo un hombre con paraguas para abrirle la puerta trasera a otro hombre con un horrible traje color verde llamativo, este miro el panorama con fastidio pero no pasó desapercibido mi automóvil, lo miró y me agaché rápidamente pidiendo que no me hubiera visto.
Cuando estuve segura que ya no me veía alce la cabeza y lo vi entrar al club, de donde Beatrice y yo estuvimos.
Era el Jefe... después de pensarlo, era él, el hombre que obligaba a Beatrice, o que ya no tanto por la ayuda de ese hombre, Alessandro, y el Jefe de igual forma de Alessandro.
Se me hacía tan extraño decir su nombre, era como si una tormenta de sensaciones y recuerdos pasaran en segundos por mi mente, su cercanía, su mirada...
Sacudí mi cabeza confundida sin entender por qué pensaba así de él, nada completamente nada, pensaba igual de Reinaldo.
Reinaldo el chico que siempre estuvo ahí para mi, a pesar de todo, él estaba ahí. Su mirada sin razón alguna llegó a mi mente y no vi nada, pero con la de Alessandro... un nuevo mundo estaba ahí.
El movimiento de Beatrice hizo que despegara la vista de la entrada del lugar y la mirara. Abrió lentamente los ojos, para después mirarme con confusión.
—¡Demonios! No me digas que me dormí—chillo ella mirándome horrorizada.
—Sí, lo lamento, ni siquiera yo lo noté—me acomode el cabello angustiada.
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Él es más que un chico malo. ©
Romantizm❥ Chico Malo. ¿Que piensas cuando lo lees?, ¿que será el chico que te romperá el corazón?, ¿que será el chico que te abandone embarazada?, ¿el tipo de chico que nadie se quiere meter con él?, ¿que te tratará tan mierda pero tú regresaras a él?, ¿o p...