Capítulo 9

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El diablo - Mon Laferte

Omnisciente Pov

Lauren paseaba sus dedos por el piano como no lo hacía hace años. Tocaba cada tecla formando una dulce melodía sin darse cuenta. Extrañaba el piano, era una de sus más grandes pasiones además del baile. Todos aquellos buenos momentos se los había sacado un estúpido, y ella se había dejado quitar todo lo que le hacía feliz. Había sido capaz de darlo todo, para no recibir nada. Sus finos dedos dejaron de vagar por las teclas.

Camila había sido despertada ese fin de semana por la menor. Cleo aun dormía con ella. Tomó a la cachorra, ya no tan pequeña y la cargó sobre su pecho. Siguió el sonido hasta su estudio. Entreabrió un poco la puerta y se encontró a una Lauren deshecha en lágrimas. Dejó a Cleo en el sillón y se acercó.

Lern...

¿Qué?—Cubrió su rostro.

¿Qué sucede?

¡Es un hijo de puta! ¡Eso sucede!—Enrredó sus dedos en su cabello—¡Me quitó todo, Camila! ¡Literalmente todo lo que me hacía feliz! Y yo fui tan estúpida de dejarme manipular.—La morena la abrazó por los hombros.

Tú no eres estúpida. Él te manipuló, tú no podrías haberte dado cuenta. La felicidad aun puede recuperarse, yo te doy la libertad de ser lo que tú quieras. Quisiera que te quedes para siempre conmigo, Lolo, pero no puedo tenerte prisionera. Quiero que seas lo más libre que puedas ahora, para serlo lo más que quieras en el futuro—La abrazó por los brazos y la mayor besó su cabello.

Gracias, te amo, Camz. No sé qué haría sin tí...

Yo tampoco sé qué haría sin esta maravillosa personita que tengo en mi vida—El timbre interrumpió su conversación—Ya vuelvo, Lern. Quédate aquí por las dudas—La menor asintió, con el sonido del timbre Cleo se sobresaltó y corriendo fue hasta Lauren. Ella la tomó en brazos y la perrita comenzó a lamer su rostro. Camila abrió la puerta encontrándose con quién no creyó que lo haría.

Hola, Mila—Darren estaba lo más desarreglado posible, se le notaba la resaca y las noches de poco dormir en el rostro—Lauren... lleva desaparecida con Cleo unos dos meses, y no sé dónde más buscar. Sé que tiene una amiga, Ally, pero no tengo su número para llamarla—Cleo comenzó a correr hacia la puerta al reconocer ese familiar olor. La ojiverde comenzó a correr detrás de ella.

No tengo idea, sinceramente. No sé dónde podría...—Un ladrido la interrumpió. En ese preciso momento supo que estaba en problemas—¡No sé quién de ustedes dos es más hija de puta!—Antes de que pudiera hacer algún movimiento, Camila cerró la puerta en su cara.

¡Llama la policia!—La ojiverde marcó el número en su teléfono mientras que la morena bloqueaba todas las cerraduras.

Cleo, maldita seas—La cachorra seguía ladrándole a la puerta. La ojiverde la tomó en brazos. Antes de que la policía atendiera el teléfono, ambas escucharon como Darren había roto la puerta. La morena la tomó de la cintura y corrieron antes de que consiguiera entrar.

Policía de Chicago, ¿Qué se le ofrece?

—Mi ex novio está dentro de mi casa y quiere matarme, yo lo sé, señora.

¿Dirección?

Eleven Street 17, es un penthouse.

En veinte minutos, estaremos por ahíCamila le arrebató el teléfono.

Secretos que no deben guardarse [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora