3. Realidad

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Desperté unas horas después en la misma sala, esperaba que todo esto fuese un sueño pero no. Es la cruel y fría realidad.

Abrí los ojos, mientras intentaba adecuarme a la luz. Vi como Tomas y una joven hablaban bajo, mientras ella le mostraba papeles al chico.

Tomas: No crees que es muy pronto para esto?, Ella no está preparada aún.

Rocío: Debemos hacerlo pronto, si no ella será deportada a su país natal.... ¿Quiere eso para ella Doctor Guzmán? – preguntó la joven al tal Tomas mientras le entregaba la carpeta.

Tomas: Pero no podemos retrasar esto un poco, digo, esto es tan reciente, no se si ella podrá soportar este cambio tan fácilmente.

Rocío: Podemos, sí. Pero no será por mucho tiempo, solo te puedo dar 2 días Tom... Recuerda la regla de oro, no involucrar los sentimientos en tus pacientes.

Tomas: Está sola en el mundo Ro, no crees que debo mostrar compasión por esta chica, vió morir a sus padres, no es como si sólo se hubiese roto la pierna, ella tiene heridas que nunca sanarán y tu como asistente social debes saberlo– dijo mientras guardaba los papeles en una carpeta.

Cerré mis ojos y simulé estar dormida ya que las lagrimas amenazaban nuevamente con escapar de mi. Era crudo volver a tener conciencia de que estaba sola en el mundo, y más aún saber que el responsable de la muerte de tus padres es uno de ellos.

Tomas: Ey majo, linda, ya es de día, despierta hermosa, debemos revisarte – dijo mientras se sentaba a mi lado.

Miré a los ojos a Tom, y me giré en la cama dándole la espalda. Me incomodaba la presencia de personas a mi alrededor y más por que nadie me explicaba qué rayos hacía en un hospital y no en un avión siendo deportada a Colombia.

Tomas: Ey!.... Porque no me quieres ver? – dijo mientras ponía una mano en mi cuerpo para intentar girarme.

Me estremecí al contacto de su mano en mi cadera... ¿Qué me está pasando?

Tomas: Lo lamento... me excedí - dijo mientras sacaba su mano de mi cintura.

Me giré a verlo con desaprobación, el estaba con su rostro rojizo lo cual provocó una pequeña risa interna al verlo avergonzado de su actuar. Pero yo no tenía ninguna expresión en mi rostro.

Tomas: Hoy hablaras conmigo? – preguntó mirando fijamente a mis ojos.

Mi mirada fija en sus ojos cafés le dio la respuesta.

Tomas: No te preocupes –dijo levantándose. Tengo mucho tiempo... Pero me gustaría escuchar la voz detrás de una niña tan hermosa como tu. – dijo antes de salir de la habitación.

Me quedé ahí, sintiendo pequeñas mariposas en mi estómago. ¿Qué se supone que está haciendo?... Yo nunca había sentido esto antes. Nadie me decía cosas lindas, excepto mis padres, ellos eran los únicos que podían subir mi ánimo e cualquier momento o lugar... Dios, como los extraño...

Las lágrimas comenzaron a florecer de mis ojos. Bajé la mirada e intenté concentrarme en otra cosa. Sin embargo no lo estaba logrando, podía sentir mi corazón salirse de su lugar y romperse al recordar la escena más escabrosa del mundo frente a mis ojos, dolía, respirar dolía, dolía saber que mi vida sería aún más difícil sin el apoyo de las dos personas que me dieron la vida.

Mis lagrimas bajaban rápidamente por mi rostro, así como mi respiración aumentaba a cada sollozo. Sentí los brazos de alguien alrededor de mi cuello, mientras acariciaban mi espalda.

Tomas: Tranquila Hermosa.... Haz sido muy fuerte... si necesitas llorar llora... no te preocupes... - dijo mientras me abrazaba más fuerte. Lo que provocó que todo el dolor que sentía comenzara a salir en forma de lágrimas... Lloré más de 1 hora en los brazos de aquel doctor, el cual no menciono ninguna palabra de aliento como supuse que haría.

Tomas: Estás mejor? – dijo mientras se separaba de mi para ver mis ojos...

Miré a aquel muchacho más detenidamente mientras el limpiaba mis lagrimas con su pulgar. Negué con la cabeza mientras me volvía a aferrar a el.

Estar en su pecho me tranquilizó. El era tan... ¿Qué? ¿Qué estoy hablando?!.

Tomas: Ok hermosa, quieres hablar conmigo?, debes sacar lo que tienes guardado para que el dolor de tu corazoncito desaparezca o por lo menos sea menos... -dijo pasándome un pañuelo para limpiar mis lagrimas.

Miré su camisa y pude notar lo húmeda que estaba a causa de mis lágrimas, miré rápidamente su rostro y volví mi mirada hacia la camisa. Mis mejillas se volvieron rojizas al verlo a los ojos.

Tomas: No te preocupes hermosa, se secará, mas importante son tus sentimientos. –dijo mientras pasaba su mano por su camisa.

Miré a Tom y le di una sonrisa.... ¿El no es tan malo como pensé? Será real? O yo morí aquel día y mi mente aún sigue en el limbo?- me dije a mi misma mientras bajaba mi cabeza.

Tomas era un chico alto, casi 1,80, de pelo café y ojos grandes, los cuales cada vez que me miraban lo hacían con cierta ternura. El llevaba su bata blanca, su fonendoscopio y su gafete de residente, lo cual me hacía pensar que rondeaba aproximadamente los 24 años.  Aún no era doctor, como lo había escuchado de parte de la chica, pero ya estaba pronto a serlo.

Tomas: Majo...? Majo?- pregunto el mientras yo estaba perdida en mis pensamientos.

Levanté mi cabeza y el tomó mi mano y la sostuvo mientras le daba unos golpecitos y jugaba con ella.

Tomas: Necesito decirte algo.... Se que es muy pronto para hablar de ello, pero debo hacerlo...

Yo lo miré con incredulidad. ¿Qué era lo que debía decirme?

Y por qué estaba tan nervioso.

Un minuto?, estoy en el hospital, y aún no encuentro la razón del porqué estoy aquí, si no estoy herida. A caso tengo cancer, mi papá me disparo aquel día también? Hay algo malo conmigo? Lo que faltaba -pensé mientras escuchaba a lo lejos su voz debido a que estaba sumida en mis pensamientos erróneos.

Tomas: Hablé con la trabajadora social... Ella me dijo que tenía una nueva familia para ti.... – escuche Justo en el momento en que su mirada llegaba hasta mi.

Mis lagrimas invadieron mis ojos nuevamente. NUEVA FAMILIA? ... No.... Porqué?.... Mis padres... no... yo no quiero....no!

Miré a tom mientras el rozaba mis mejillas con su mano.

Tom: Es lo mejor para ti... Te prometo que serás feliz...

Mis lagrimas avanzaban con furia por mis mejillas..... ¿Qué más podía hacer? Mis padres ya no estaban, y a juzgar por la conversación que escuché, si no acepto esto me mandarán con mi familia a Latinoamérica. Y no. Yo no quiero desperdiciar mi estadía aquí. Yo no quiero ver a las personas que me hicieron tanto daño años atrás.

Me aferré al pecho de Tom nuevamente. El acarició mi cabello, durante minutos los cuales rápidamente se volvieron horas.

Luego de un rato Pude sentir la ausencia. Abrí mis ojos y encontré la pieza vacía.

Definitivamente estaba sola.

Y es como pasaría mi vida si no aceptaba el ser adoptada.

Delete feelings [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora