Mal creía que las cosas con Alfred serían diferentes desde la otra noche, pero todo era igual. El chico seguía evitándola, aunque al menos la sensación que tenía era diferente. No obstante, estaba enfadada: él había prometido llevarla al gimnasio para empezar con su trato y aún no lo había hecho. Habían pasado días desde que le contó su improvisado plan porque, para ser sinceros, ella lo había ido desarrollando sobre la marcha. Tenía claro que quería luchar, lo necesitaba si quería sacar adelante todo, pero no había contado con que Alfred podía ser una gran ayuda. Con él como protector, nadie se atrevería a echarla del gimnasio; pero para eso primero tenía que entrar.
¡Todo era tan frustrante!
-¿Qué pasa? -preguntó Kendal, asustado al ver como Malory había tirado el trapo. No habría sido tan grave de no ser porque chocó contra una olla inestable, provocando que cayese.
-Nada -mintió-, que necesito mirar una cosa en mi habitación -dijo improvisadamente-. ¿Podrías encargarte tú de seguir limpiando? Ahora vuelvo.
El chico asintió, aún algo acelerado por el golpe, y Mal se fue.
No tenía intención de ir a su habitación, pero necesitaba despejarse un poco. Si seguía tan nerviosa, el niño podría delatarla porque, para qué mentir, cada día que pasaba se convencía más de que le habían dejado con ella para vigilarla. Además, tampoco quería generar ningún desastre mayor: había lanzado un trapo, pero perfectamente podría haber sido un cuchillo.
Por el camino saludó a un par de chicas, las cuales cada vez la iban aceptando más. Al final, la comunidad que había en el burdel no distaba mucho de lo que era su familia, donde todos ponían de su parte para conseguir sus objetivos y mantenerse con vida, y eso le hacía feliz. Era su segunda casa y, a pesar de los problemas, estaba orgullosa de haber acabado allí. Una parte de ella había madurado, entendiendo mejor muchas situaciones que antes no comprendía y, junto con eso, entendía mejor la lucha de su familia. Había visto la pobreza, había visto a la gente sufrir, y eso le había hecho reafirmarse un sus convicciones. Si quería hacer algo por ellos, no podía trabarse con problemas morales.
Respiró hondo y cambió el rumbo de sus pasos. En lugar de ir a su habitación, había decidido encaminarse a la de Alfred, esperando encontrar allí los cofres. Sabía que el chico no estaba, había salido temprano con sus amiguitos, así que no corría el riesgo de ser descubierta. Incluso podía decir que había ido a limpiar, pero no tenía nada para hacerlo...
Al verse sin coartada, Mal corrió de vuelta a la cocina y de la despensa sacó un cepillo.
-Voy a limpiar un poco, que estos días no he podido barrer la planta de arriba y está un poco mal -se excusó con el niño.
-Vale -asintió él.
Bien, ahora además tendría a Kendal de excusa.
Mal subió de nuevo las escaleras, procurando no ir muy deprisa para no llamar la atención y, cuando llegó al cuarto de Alfred, se aseguró de que nadie la viese entrar. Una vez en la habitación, sin soltar el cepillo, comenzó a examinar todo. Empezó por lo obvio, el armario y algunos muebles que había con espacio suficiente para ocultar oro, pero nada. Revisó las paredes, buscando alguna zona hueca, pero nada que llamase su atención. Comenzó a investigar el suelo, ya desesperada, hasta que llegó a la zona de la cama. Allí, unos pequeños arañazos se apreciaban cerca de las patas, indicando que la cama se movía. Eran muy pequeños, no el habitual reguero que dejaban las puertas al abirlas y cerrarlas, era más bien como si alguien levantase a pulso la cama pero, a veces, se pusiera a moverla antes de tiempo. Para asegurarse, fue hacia la zona del cabecero, donde pudo apreciar una marca más profunda, revelando que era un proceso que Alfred debía hacer en solitario, ya que si eso no se levantaba, era porque no había nadie para ayudarle.
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El auténtico rey
ActionCon gran habilidad para los negocios, Alfred se ha convertido en uno de los hombres más influyentes de los callejones de Idonna, la capital del reino, llegando a pronunciarse su nombre entre las altas esferas. Criado en un burdel, Alfred está acostu...