Capítulo 28 - La oportunidad de luchar

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El camino en la oscuridad fue tenso, pero consiguieron llegar a salvo al escondite. Kendal les esperaba despierto y salió corriendo a recibirles.

-¿Sabéis algo de mi padre?

Algo preocupado, Alfred negó.

-Lo siento, no sé nada de él.

El niño permaneció allí, atento, y Alfred decidió quedarse junto a él, esperando en silencio. Malory y Patrick bajaron a las chicas y las llevaron dentro. La joven tenía que guiar a todos, ninguno conocía el lugar, pero dentro había más gente que podía ayudarla, así que no se preocupó. Poppy también estaba allí, ella era la más indicada para ayudar a esas muchachas a comenzar su nueva vida.

Las horas pasaron y con ello la tensión aumentaba. Un primer grupo llegó a caballo, el formado por Remo, Brenda y Helmer, informando que todo había salido perfectamente. Habían incendiado el lugar y se habían escabullido sin dejar rastro, teniendo la suerte de encontrarse con los animales. En lugar de pasarse por el gimnasio, habían tomado la decisión de robarlos y continuar su camino.

-He dejado a Poppy a cargo -dijo Malory, saliendo junto a ellos-. Brenda y Remo la están ayudando, ellos no saben tanto de burdeles como ella -bromeó.

-Está bien -asintió Alfred-. ¿Y Helmer? -preguntó, había oído algunas voces algo elevadas.

Malory suspiró.

-Dice que ahora somos un asilo en lugar de una base militar. Se olvida de así es como empezamos, siendo un asilo, un lugar donde todos los que huían del reinado de Valdus podían acudir en busca de protección.

-Se acostumbrará.

-Más le vale -amenazó ella.

Permanecieron en silencio un rato más hasta que Malory se puso en guardia y les mandó callar, atenta a los árboles. Hizo una señala a los compañeros que estaban vigilando y también se prepararon, apuntando con sus arcos. Alfred cogió a Kendal y lo metió dentro, asegurándose de que no saliese de allí confiándoselo a Poppy. Después, Alfred salió de nuevo, viendo como los matorrales comenzaban a moverse. Finalmente, de entre ellos salieron Gideon, Caleb y Fred.

-¿Estáis bien? -Alfred corrió junto a ellos prestando atención a todos sus movimientos.

-¿Y Shaun? -se acercó Malory, alarmada al darse cuenta de la ausencia de su amigo.

Su padre la miró y negó, apesadumbrado.

-No -musitó ella.

-No ha muerto, pero le han capturado -informó Gideon.

-Aún hay posibilidad...

-No creo -continuó su padre-. El objetivo está cumplido y le han atrapado mientras huíamos. Saben que es el culpable y es un ataque demasiado directo.

Malory asintió, llorando. Estaba bastante claro lo que iba a ocurrir.

-¿Vosotros como estáis? -preguntó Alfred, girándose hacia sus amigos.

-Bien -contestó Caleb-, aunque no hemos parado de correr. Conseguimos caballos, pero nos seguían la pista. Hemos tenido que bajarnos a mitad de camino y esperar a que pasasen los guardias para poder avanzar.

Alfred arrugó el gesto. Eso era demasiado arriesgado, pero al menos estaban bien. Incluso con todo lo sucedido con Shaun, esa era una buena noticia.

-Kendal te está esperando -le dijo a Fred.

Él, sin dudarlo, le dio una palmada en el hombro y entró en el lugar, buscando a su hijo. Caleb y Gideon le siguieron, aunque seguramente el primero buscase un trago además del descanso que se merecían.

El auténtico reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora