Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADA

Capítulo 88

Su mansión era enorme, muy parecida a la de los Malfoy, pero sólo en tamaño, porque esta estaba iluminada por todas partes y las paredes tenían colores vivos. Los días allí pasaron rápidos, y mi séptimo mes de embarazo llegó. Era impresionante como mi cuerpo a cambiado, no podía mentir, habían días que me miraba al espejo y lo único que quería era desaparecer, pero habían otros que me miraba el espejo y me gustaba la silueta de embarazada, y sentir que estás protegiendo al bebé, es reconfortante. 

-Te quería comentar algo...-dijo Jane sentándose a mi lado -con Richard tenemos un secreto y creo que es justo que te lo contemos.

Los quedé mirando y sin decir nada le di paso a que hablaran.

-Hemos buscado formas durante años de poder reparar de alguna forma los malos padres y personas que fuimos -empezó a hablar Richard- Es por eso que cuando empezaron a arrestar a los hijos de muggles hicimos un refugio -la quedé mirando sorprendida -tenemos un sótano muy grande y perfectamente equipado, ellos están abajo y muy bien atendidos.

-Yo...eso es algo genial -les di una media sonrisa -pero no entiendo por qué me lo cuentan.

-Te lo queríamos contar porque hace dos días llegó un sanador al refugio...y con Richard -miró a su marido -pensamos que te podía revisar, si es que tú lo permites.

-Creo que...-dejé en el plato la galleta que tenía en mi mano-no lo sé, no creo que sea buena idea.

-¿Por qué? 

-Nadie me ha revisado durante siete meses y aunque he tratado de cuidarme, estoy segura que no lo he hecho tan bien, y me da miedo que...ya saben, que me digan que el embarazo anda mal.

-¡Oh, querida!-Jane se puso a mi lado y acarició mi cabello -no tienes por qué temer, y si hay algún problema para eso está el sanador, para solucionarlo.

-Está bien, creo que...creo que es lo mejor, ¿no?

-Claro que sí.

Después del desayuno subí a mi habitación y esperé a que viniera el sanador. Estaba tan nerviosa que sentí ganas de vomitar cuando escuché los golpes en la puerta. Era un hombre de unos 40 años, tez morena y cabello pelinegro, tenía unos ojos color avellana muy brillantes, y su mirada por alguna razón me hacía recordar a Remus, lo que me provocaba confianza. 

Jane me dio una sonrisa y me dejó a solas en la habitación con el sanador para que tuviéramos más privacidad.

-Hola, Adeline -puso una silla al frente de la cama -yo soy el sanador Curtis.

-¿Su nombre es Curtis?

-No -soltó una risita -mi nombre es Jake, Curtis es mi apellido.

Me empezó a contar un poco sobre él y su experiencia en el área de embarazadas, aunque lo miraba fijamente no estaba escuchando nada, estaba tan nerviosa por la revisión, era primera vez que iba a saber de la criatura.

-La criatura...digo, el bebé patea, patea mucho...o eso creo.

-Bueno, veamos entonces cómo está la criatura.

Me levanté la polera y el sanador empezó a mover su varita, era raro, me sentía incómoda.

-¿Es primera vez que te ve un especialista? -asentí -te haré unas cuantas preguntas que necesito que contestes con toda sinceridad.

-Está bien.

-¿Has bebido o fumado durante el embarazo?

-Bebí, pero no sabía que estaba embarazada.

-¿Los meses de embarazado cómo han sido? ¿Tranquilos? ¿Alterados?

-Yo...creo que ya debe saber que me están buscando, así que no han sido para nada tranquilos.