Capítulo 76

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-… tontería. – Reborn le asintió levemente tomando un sorbo de café. – Reborn. - ¡Este era un asunto serio!

Justo en ese momento el chico del que hablaban bajo por las escaleras, bostezando en la palma de su mano y luciendo listo para volver a la cama o golpear a alguien en la cara sin arrepentimiento alguno. O ambas. En un momento vendría, o lo arrastraría, una de dos. Se había saltado el desayuno.

- ¿Qué quieres que haga? – Vino la respuesta en voz baja de Reborn, quien finalmente la miro a la cara. – Necesitaba cerciorarme y Tsu quería hablar con su Reborn, no pensé que… - Se apagó, dirigiendo su mirada al chico en cuestión. – No pensé que en el futuro me volviera un idiota. – Finalizo, solo el apretón en la manilla del vaso expresando su verdadero pensar del problema.

- Debiste decirle a alguien más. – Insistió. Quizás nadie hubiera podido hacer mucho, pero al menos hubieran tratado. – A mí, al menos me hubiera asegurado de que no se atacaran. – Porque eso paso, lo quisieran admitir o no.

Si bien Tsu fue capaz de admitirle que había pasado cuando lo atajo más tarde, en una de esas que fue a darle una vuelta porque no confiaba en el Reborn del futuro, no le quiso decir que había propi-¿ah?

- Mi yo futuro no busco hacerle mal, Bianchi. - ¡Pero había dado problemas! – Tsu no le dijo que tenía una hora, y no lo dejo salir a hacer nada. – Ante esta información tuvo que detenerse de desdoblar el papel. En realidad, cualquier acción que estuviera realizando, momentáneamente. – No hablaron mucho, pero tampoco tocaron nada que Tsu deseara hablar. A parte de eso… - Reborn dejo su café a un lado, bajando su sombrero un poco para ocultar sus ojos. – Creo que lo que le afecto más fue que lo reconoció, y Tsu no quiere tratar con eso y con cualquier cosa que podría estar maquinando mi yo futuro con esa información. 

- ¿Crees que lo haga? – Ya había hecho suficiente, en su opinión.

Había visto las marcas, la sangre. Señor, descubrir que todo era sangre del Reborn del futuro la dejo loca por un buen rato. Nunca pensó en que el chico, tuviera la edad que tuviera, fuera capaz de atacar a Reborn y con éxito. En especial cuando el chico consideraba a Reborn como su padre, lo que hacía el asunto mucho más extraño y alarmante. Honestamente había pensado en que ese Reborn había herido a Tsu, por accidente o solo por atemorizarlo. O solo Dios sabe qué. O mejor aún: que ese Reborn hubiera estado en una misión o algo por el estilo y había venido con esas heridas…

- Diría que no, pero también creí que no iba a ser tan forzoso con Tsu… - Un largo suspiro. – No hará nada descabellado al menos, lo último que quiere es alejar a este Tsu… - Un leve bufido ahora. – Tsu no confía mucho en él, no tiene mucha movilidad si no quiere perder lo que queda y lo sabe. La parte positiva es que está cuidando al Tsu de esta época… - Lo único en su humilde opinión.

Ambos levantaron la vista al sentir movimiento cerca, alguien había decido unirse. Reborn arqueo una ceja y ella no pudo evitar reírse.

- ¿Te traigo tu porción? – Porque dudaba mucho que eso fuera suficiente para él incluso si Reborn se lo dejaba todo.

- Y un café. – Esto vino de parte de un asesino que se limitó a golpear con un tenedor la mano invasora. Eso no detuvo a Tsu de robarle el café. – Veo que estas de mejor humor hoy Tsu. – No era un rayo de sol exactamente, pero sí.

- Hayato me dio unos chocolates ayer. - ¿Hayato?, ¿chocolates? – Me desestresa, supongo, fue un tratamiento del Doctor Shamal…

No tardó en darle su plato con su café, regresando a su asiento y uniéndose a las preguntas para sacarle más información. No era la única en encontrar la información curiosa, pero por la mirada de Reborn al verlo de reojo era más que solo interés. Estaba planeando algo, tenía una idea o varias. Ni idea de que podía estar pasando por su cabeza honestamente.

Family of the PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora