༚✧˳⁺⁎ Yellow Light | MarkHyuck [Adaptacion] ⁎⁺˳✧༚

Capítulo 22

Mark había cumplido años en el hospital, y eso en sí ya era malo. Pero lo más malo había sido que les habían prohibido visitarlo. Haeyoung había regresado a su casa y por su parte Donghyuck había decidido no dejar de ir al hospital, aun así supiera que ni haciéndole un masaje de pies a una de las enfermeras lo dejarían entrar. Donghyuck simplemente no concebía la idea de no estar allí cuando... bueno... cuando Mark muriera. Donghyuck había apreciado el hecho de que Mark le hubiera hablado sobre la charla con Haeyoung, pero lo que ocupaba su mente era la cruda verdad respecto al crudo posible desenlace de Mark.

Mark le tenía miedo a la muerte.

Y oh, Dios, no. Donghyuck lloraba mucho a causa de eso. En el hospital al menos se contenía las lágrimas al ver a un montón de gente en sus mismas condiciones, pero, ¿en su departamento? Esa era otra historia.

Cuando llegaba a darse una ducha rápida, veía su cama y se acostaba un par de segundos y enseguida se encontraba apretando las mantas con sus dedos, lleno de dolor y preocupación.

Yuna le había comentado que estaba perdiendo peso, y Donghyuck no se sorprendió. Había conocido a Mark en agosto y había dejado de saber de él a principios de octubre y entonces su mamá había muerto en noviembre y no había vuelto a saber de Mark hasta enero.

Llevaba saliendo con Mark muy poco tiempo.

Demasiado poco tiempo.

¿Por qué la vida era así? ¿Siempre era así de injusta? ¿Con todos? Hm.

En realidad ya casi nunca tenía apetito. ¿Qué era la comida de todos modos? ¿Por qué diablos tendría que preocuparse por comer cuando su novio estaba muriéndose?

Había leído en algún lado que pensar constantemente en problemas sin solución que por lo general te destrozaban el alma era una dieta más eficaz que los platillos saludables o el ejercicio. Como sea, Donghyuck cada vez pensaba más en contactar a su padre.

Lo necesitaba.

Lo necesitaba a él. Quería pedirle su compañía y quizá un abrazo. Tal vez dos, o tres, o más. Donghyuck necesitaba desesperadamente que alguien lo rodeara con sus brazos y le susurrara al oído que todo saldría bien.