―Jiang Cheng, hoy día te comportaste muy bien en casa de tus padres ―la voz ronca de MingJue sonó más seductora que lo normal y WanYin ya sentía humedecerse al reconocer ese tono.
―Eso es cierto ―asintió XiChen mientras preparaba las correas atadas a la cama y el resto de los utensilios que ocuparían durante la noche―. Deberíamos recompensarlo, ¿hay algo que quieras WanYin?
Jiang Cheng se mordió el interior de la mejilla y sonrió de medio lado antes de darles la espalda a sus novios y darse vuelta luego seductoramente con unas esposas en sus manos.
―Todo lo que tienen.
―WanYin, ¿estás usando lo que te pedí? ―se acercó XiChen cambiando su aura por completo para pasar a ser un depredador acechando su presa no tan indefensa al parecer.
―¿Tú qué crees?
Jiang Cheng se desabrochó los pantalones que llevaba y se mostró ante los otros dos la imagen de los bóxer mojados por la parte delantera aunque sin una clara erección dentro.
―¿Te corriste durante la cena, A-Cheng? ―preguntó MingJue mientras le hacía una seña para que se sentara a la cama y retirara el resto de la ropa, aunque con la orden de dejarse la prenda íntima puesta.
―Pregúntale eso a tu amigo, no dejaba de jugar con el control de lo que me pidió usar; especialmente cuando me tocaba hablar frente a mis padres. ―reconoció sin un atisbo de vergüenza el joven Jiang.
―Con que por eso tu cara era un poema, estabas tan rojo que pensé que tu hermano Wei WuXian le había vuelto a poner picante a tu comida. ¿Qué se sintió correrse delante de tu familia, A-Cheng?
El líder del conglomerado Lan sonrió orgulloso ante su labor, aunque no reconocería en voz alta que él tampoco se percató del momento exacto en que Jiang Cheng se había corrido. Tenía que aceptar que cada vez iba mejorando este en ocultar aquellas cosas, pero también era de esperarse luego de que lo sometían constantemente a ese tipo de acciones y en más de una ocasión habían tenido que cancelar sus juegos en público porque eran demasiado obvios para la gente alrededor.
―¿Se quedarán charlando o piensan hacer algo más? ―En un momento Jiang Cheng había alcanzado una pinza de pezón y jugueteaba con ella entre los dedos. ―¿O debo hacerlo yo todo?
―WanYin, realmente te has vuelto muy desvergonzado.
―Aprendí de los mejores―. En ese momento colocó la pinza en su pezón derecho haciendo una leve mueca de incomodidad. Si bien le había agarrado un gusto al dolor, este lo disfrutaba más cuando era proferido por sus novios.
Apenas había cerrado los ojos durante un instante por la sensación cuando sintió un agarré en su muslo, MingJue le había separado las piernas y con los dientes estaba arrebatándole la ropa interior revelando su miembro lleno de semen y se percató de las vibraciones que seguían proviniendo desde el interior de WanYin. Al parecer XiChen seguía controlando el vibrador anal aunque a baja frecuencia.
MingJue resopló en cuanto se percató de él y lo sacó sin miramientos, provocando un jadeo inesperado de parte de Jiang Cheng y tiró lejos el objeto. XiChen negó aquella acción, si bien sabía que WanYin podía soportar cosas más grandes en su trasero, a él no le gustaba forzarlo de esa forma; creía que todavía debían ir poco a poco aflojándolo para no causarle daño. Por el contrario, el fiscal Nie gozaba con ver como la entrada de A-Cheng iba aceptando poco a poco lo que fuera que le introdujera.
El trasero de Jiang Cheng comenzó a palpitar al sentirse vacío tan de pronto luego de haber pasado horas con el vibrador dentro y funcionando; pero no tuvo mucho tiempo para quejarse de eso cuando fue tirado suavemente por Lan Huan para acomodarlo sobre la cama y comenzar a atarle las extremidades. Ese era uno de los juegos preferidos por los tres, el torturarlo lentamente hasta que sollozando pidiera clemencia para que lo follaran de la forma más ruda posible. Jiang Cheng observaba como con maestría era atado por las suaves y elegantes manos de XiChen y quiso reír al pensar en que esas ataduras estaban casi de forma permanente en la cama de este.
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Déjanos Amarte (MingXiCheng)
Fiksi PenggemarCuando te sientes atrapado en la vida que llevas y descubres una manera seductora y placentera de huir, ¿no lo harías? Jiang Cheng se encuentra en conflicto cuando dos de los solteros más codiciados de China le declaran estar enamorados de él, pero...