Capítulo 9

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CAPÍTULO ESTRELLA (09/12/2020): ayasn200728 Ay ya quiero el enfrentamiento con Ashton

Capítulo 9| Si, se me da bien el sexo virtual.

Si había algo que sabía hacer, era aceptar cuando me equivocaba, y si lo que Scott me había dicho era cierto, había metido la pata hasta el fondo con Ashton. No estaba en condiciones de perder un cliente, así que estaba muy consciente de que lo mejor era intentar aclarar todo el asunto y si me había equivocado, volver a las reuniones.

No me fue difícil saber sus clases, horarios y hasta ropa interior que llevaba, ya que la mayoría de las chicas caían rendidas ante él y el resto de jugadores de fútbol americano que había en el colegio. Solo fue cuestión de preguntar y estar al tanto de cada una de sus cosas. Lo único que no se rumoreaba era de su pequeño problemita sobre no poder tocar a una chica, es más, muchas chicas decían que habían escuchado que era una fiera en la cama, pero nadie confirmaba a base de experiencia. Todo era chisme.

Con la excusa de estar indispuesta logré salir cinco minutos antes de que el timbre tocara y llegar al salón de donde saldría Ashton, acomode las correas de la mochila en mis hombros y me recosté en la pared con las manos en los bolsillos del jean blanco que había decidido colocarme hoy. 

Las palabras de Scott se repitieron nuevamente en mi cabeza, pero hice lo mejor que pude por apartar su voz de mis pensamientos. No podría sentirme perseguida por el resto de mi vida, había cosas que tenía que dejar atrás si o si, llamaría a Ramiro más tarde para distraerme. 

Cuando la campana sonó, no pasaron ni diez segundos para que el pasillo se llenara de personas, me alejé de la pared para obtener mejor vista de la puerta del salón de Ashton y clavé mi vista allí para que no se vaya a ir y no lo vea. Fue el último en salir, llevaba un pantalón de deportes junto con una camiseta azul opaco, de esas que ya no tiene color por tantos lavados. Una sombra de barba se hacia presente en su barbilla y el cabello rubio era un desorden de esos que a los chicos les pinta bien. 

No tardó nada en percatarse de mi existencia allí, a un lado, observó hacia todo el lugar y luego se cruzó de brazos con una expresión de pocos amigos.

—¿Vas a seguir insultandome? —cuestionó, cortante.

Suspiré, tragándome el orgullo de manera que me hacía merecer un premio. 

—¿Tienes una lista en donde anotas las chicas con las que te has acostado y quieres llegar a las trescientas para fin de curso?

Su expresión no cambió, quizás hasta se había puesto más molesto.

—Si, voy a tener sexo con ellas telepáticamente —miro a todos lados y se inclinó hacia mí —. Porque no puedo tocarlas —susurró, molesto.

—Escucha, es normal que desconfíe de ti. Supuestamente no puedes tener sexo pero te encuentro...

—¡Lúa! —me observó nervioso y volvió a dejar vagar su mirada. Bufó y de forma segura sujetó mi muñeca para llevarme con él dentro de salón vacío —. Se supone que no puedes decir eso delante de cualquiera, ¿dónde dejas el secreto profesional o esas cosas?

Asentí, tenía toda la razón.

—Está bien, lo siento.

Una minúscula sonrisa se desplazó por sus labios y soltó mi muñeca de forma lenta. 

—Pareces más el tipo de persona que no se disculpa —confesó de manera tranquila.

Me encogí de hombros.

—A veces las cosas no con como parecen.

—¿Crees que soy el autor de la lista de Scott? —me interrumpió. Recostó su trasero en la mesa de un pupitre.

Asentí.

—Según tú no puedes ni masturbar a una mujer pero te montabas una porno en la fiesta con quien sabe quien.

Él rió un poco y se rascó la barbilla con sus dedos.

—Era Ailyn, dijiste que la conocías, y no era una porno, solo intentaba progresar en... —cerró los ojos un momento —, mi problema con eso.

Fruncí el ceño, ¿era su novia?

—Puedo demostrarte que era ella —aseguró, como si acabara de leerme el pensamiento.

Me hice la desinteresada, elevé un hombro e hice una mueca como a quien no le importa. Pero mis ojos viajaron a la velocidad de la luz cuando sacó su móvil del bolsillo de los pantalones y comenzó a deslizar el dedo por la pantalla. Segundos después estiró su mano en mi dirección y dejó a la vista una conversación de WhatsApp.

Amor.

¿Seguro que esa chica es de confiar?

Bebé, no por nada tiene tan buena fama.

No me gustó nada como nos observó en la fiesta. Si llega a decir lo que te sucede, arruinará tu popularidad.

Eso no pasará, no te preocupes.

Muero por que ya puedas tocarme.

Muero por tocarte...

El celular fue apartado con velocidad, obviamente para que no llegara a leer sus sexting, cosa que tampoco me importaba ver.

—¿Al menos el sexting se te da bien?— cuestioné con curiosidad.

Ashton clavó sus ojos en mí con desconcierto y un poco de pudor, volvió a guardar su teléfono en el bolsillo y dio un paso hacia mi.

—¿Los malos entendidos quedaron aclarados? 

En ese momento asentí, sin saber que acababa de mentirle. Ese había sido el comienzo de un sin fin de malos entendidos que nos dejaron en el peor de los finales. 

—Solo si dejamos a tu amigo fuera de esto —pedí —. No quiero tener nada que ver con él.

Él suspiró y sin muchos ánimos dejó escapar un leve "está bien"

Sonreí.

—¿Te espero en mi casa hoy?

—Ahí estaré. Y respondiendo a tu pregunta: Si, se me da bien el sexo virtual.

—Eso lo diré yo —me burle y él ladeó la cabeza sin entender de lo que hablaba.

Aún le faltaba conocer mis métodos de enseñanza. 

 

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¡Hola, garrapatitas!

No hay mucho que decir, Ashton es caliente a más no poder. Digo... es muy tierno.

Con cariño.

¡Kalu!

La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora