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Cuando somos niños pensamos que nuestros padres son lo mejor que siempre nos brindan ayuda y apoyo cuando más lo necesitamos como cuando te caes en la bicicleta te haces aquel raspón en la rodilla y luego de una regañada te curaba la herida y comías comida casera. Son buenos recuerdos que nos acompañarán siempre.

Pero que pasa cuando esos recuerdos son sobrepuestos por otros donde te golpean, te humillan y exigen tanto que ni siquiera puedes dormir durante las noches.

Que es lo que se debe hacer en estos casos? Cualquiera diría que salir de ahí, no debes estar en donde te hacen daño pero es lo sencillo  además no soy normal, nadie lo es todos tenemos ataduras las mías son varias entre ellas la cobardía, soy presa del miedo y la indecisión, tengo muchas razones para irme pero tengo muchas para quedarme también.

A mi corta edad cualquiera diría que estoy o debería estar llena de metas, sueños y aspiraciones y hasta cierto punto es verdad por supuesto que quiero viajar, tener un hogar y mis propias cosas. Así es hasta que las luces se apagan y me quedo sola con mis propios pensamientos mirando hacia el techo de mi habitación ahí es donde enfrentó mis preocupaciones, mis pensamientos, donde me enfrentó a mi realidad ya que yo misma lo puedo ver y me asusta claro cualquiera que me viera se daría cuenta que hay señales de alerta en mi pero creo que para todos a mi alrededor es mas fácil ignorarlo, son cosas que no todos llegan a ver, cuanta más noches pasan, más difícil es salir de ellas y ver la luz de un nuevo día. Es como un agujero sin fondo en el que vas cayendo y digo sin fondo porque sientes que no puedes caer más pero ese agujero te enseña que no es así.

Pues esta es mi vida es lo que elegí vivir no hay vuelta atrás no puedo cambiar mis errores, mis comportamientos y mi evidente cobardía, porque es cierto que mi madre contribuye mucho a que me vea y me sienta de esta manera pero al final soy yo quien decide, nadie es responsable de las decisiones que tomamos. Es mi error poner a los demás por encima de mi misma y llegue a un punto donde mi reflejo en cualquier superficie me causa incomodidad, me importa tan poco el como me veo que he pasado semanas sin bañarme, me siento atada a mi cabello tanto que me gustaría cortarlo corto es algo que desde niña exprese pero mi madre se encargo de enterrar mis gustó ya que dijo que era "Para señoras o chicos no es lo que una niña usaría" Y ahora consciente o inconscientemente cree un odio por cabello Odio peinarlo o lavarlo. Otro dato también es que me avergüenzan mucho mis manos ya que mi ansiedad ha llegado a un punto donde muerdo mis uñas hasta casi el punto donde parece que no tengo, tengo ansiedad de la piel por lo que en las puntas de mis dedos también tengo una pequeña descamación que se activa dependiendo de como me sienta, si estoy muy estresada puede llegar a hacerse grietas que sangran.

Pero todos piensan que estoy bien o que al menos lo que paso a diario puedo seguir, que soy fuerte pero y si no lo soy? Y si me rindo? Al final yo eligi este camino.

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Esta será una pequeña historia, espero le den amor

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2020 ⏰

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