Imaginemos..
Él gira alrededor de mi y tiemblo ante el contacto de sus manos en mis hombros. Comienza un lento masaje y respiraciones profundas. Su perfume me embriaga y me da deseos de tocarlo pero sé que no me lo permitiría.
— ¿Te gusta eso? — Susurra —.
— Sí — Musito casi inaudible —.
— ¿Te gusta estar con un hombre? — Aprieta con fuerza mis hombros y gimo — ¿Acaso no es un delito que este con una adolescente?
— Y una mierda, no me importa — Eché la cabeza hacia atrás disfrutando aún más de sus suaves manos —. Justin, por favor — Aún no sabía que me encontraba rogando, estaba solo deseosa por estar entre sus brazos aún si no tuviéramos sexo.
— ¿Que? ¿Quieres un autógrafo? — Dijo él bromeando —. O tal vez quieres conocer a otro famoso, ¿no forma parte eso de tu sueño?
Dí un paso hacía adelante y giré para posar mis ojos fijamente en los suyos. Ese comentario había sido ridículo por completo.
«Jamás lo entenderá, vete» Realmente quería huir pero no sin antes volver a responderle lo mismo que cada día.
— Me importa como estás, si me necesitas, todo lo que tenga que ver contigo — Imploró con dolor que crea en mis palabras —.
— Olvidó estar hablando con una adolescente, crees que mi vida es perfecta y quieres apoyarme pero te deslumbras ante todo — Camina hasta su pequeña (un regalo que había recibido hace años) mesa y sostiene un cigarrillo entre sus dedos para volver a tirarlo en ella —.
— ¡Esta no es mi vida! — Gritó furiosa —. Creo que es común que me deslumbre, es un mundo nuevo para mí.
— ¿Quieres volver a Argentina y reconstruir tu vida? — Su voz expresa la pura ironía pero titubea en la última frase y sé que esta inseguro de mi respuesta.