No es fácil descubrir que estás enamorado de la persona que lleva años haciéndote la vida imposible, y mucho menos darte cuenta después de escucharle haciendo cosas pervertidas con su novio en un baño público. La confusión de Deku es tan grande que...
Lo que no sabían ni Bakugou ni Kirishima es que sí había alguien que los había escuchado. Más concretamente Deku y Kaminari. Desafortunadamente para la pareja, esa pequeña discoteca tenía un solo baño, que además era mixto; por lo que cuando sus dos amigos necesitaron usarlo y se acercaron a la puerta, oyeron sus gemidos claramente. Pudieron incluso distinguir a quién pertenecía cada voz.
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- ¿Bakugou y Kirishima? - preguntó Denki en estado de shock. - Son ellos, estoy seguro. Buah, ahora me vendría genial el quirk de Jiro. Aunque estoy seguro de que están haciendo lo que creo que están haciendo, ¿no crees, Midoriya?
Al no obtener respuesta, Kaminari, que tenía literalmente la oreja pegada a la puerta, movió la cabeza buscando a su amigo, pero no lo encontró. Se había esfumado sin dejar rastro. Le resultó raro que se hubiera largado sin decir nada ni comentar algo sobre lo que acababan de escuchar pero; en ese momento, un nuevo grito ahogado proveniente del lavabo lo distrajo dejando espacio en su mente únicamente para procesar ese jugoso descubrimiento. Pensaba preguntarle a Kirishima, de eso no tenía ninguna duda.
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El paradero de Midoriya no era muy difícil de deducir: estaba en casa. Al igual que Kaminari, al oír los ruidos del baño había deducido muy acertadamente lo que estaba sucediendo ahí dentro y entre quiénes. Repentinamente se había sentido enfermo y tuvo la necesidad inmediata de respirar aire fresco, por lo que se fue sin avisar a su amigo, que parecía muy ocupado tratando de escuchar mucho más. ¿Por qué se sentía así? ¿Había bebido demasiado? Puede que estuviera borracho, pero no recordaba haber bebido tanto como para sentirse tan mal. Su pecho dolía hasta el punto de darle ganas de vomitar. Ni siquiera sabía que eso era algo posible. Necesitaba irse de allí, en casa estaría mejor.
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Desafortunadamente, cuando llegó a su hogar su malestar no desapareció. Más bien empeoró. Su cabeza no había dejado de dar vueltas a lo ocurrido entre Bakugou y Kirishima. Le hacía enojar y entristecer de igual forma. ¿Quizás se debía al odio que le demostraba a él? Pensaba que formaba parte de su personalidad, pero parece ser que sí podía ser amable y cariñoso con otras personas. Pero no con él, a pesar de conocerse desde hacía años. ¿Por qué? Esta pregunta no paraba de atormentarlo rondando sin pausa en su mente y llevándolo hasta el punto de las lágrimas. Y así se lo encontró su madre cuando entró en el salón preocupada por el ruido.
