El viernes por la tarde Mandy llegó a mi casa con una gran mochila parecida a las que se usan para ir de acampada.
- ¿Vamos a escapar del país o por qué la mochila de montañés?- dije con sarcasmo.
-JA-JA- dijo Mandy con sarcasmo también -vine a hacerte compañía hasta que tu tía vuelva, no creo que debas estar sola si eres nueva aquí, además tenemos que salir y llevarte a conocer la ciudad.
-Bueno, en teoría venía a visitar a mi tía varias veces al año con mi madre cuando era pequeña, así que no soy tan nueva en la ciudad.
-No arruines mis planes Katheryn- dijo Mandy entrecerrando los ojos.
-Bueno, no diré más.
-Gracias- dijo sonriendo.
Mandy se instaló en mi habitación y comenzamos nuestro fin de semana viendo películas y cenando pizza.
El sábado por la mañana salimos a desayunar fuera y después fuimos al parque Monrasell a pasar el rato. Después de unas horas yendo de aquí para allá por toda la ciudad y pasando por todos los centro comerciales, llegamos a casa cargadas de bolsas y cosas pequeñas para decorar mi habitación. Mandy me había convencido de comprar ropa, zapatos, chucherías y algunas cosas para mi habitación. La noche la pasamos decorando y ordenando todo en el clóset. La verdad Mandy tenía buen gusto en todo, la ropa me había encantado, no era al 100% mi estilo, pero me gustaba, y mi habitación había quedado muy bien, con unas cuantas luces en la pared, algunos portarretratos donde puse fotos de Adri, mi mamá, mi papá y ahora de Mandy también, algunas pegatinas para pared, cortinas de un color azul pálido y unas cuantas cosas más habían cubierto las paredes y me hacían sentir más en mi habitación.
-Tengo hambre- dio Mandy cuando por fin terminamos.
- ¿Sándwich?
-Me leíste la mente- sonrió.
Bajamos las escaleras y nos dirigimos a la cocina, sacamos todos los ingredientes del refrigerador y nos pusimos manos a la obra. Mi celular sonó y en la pantalla leí Sam. El viernes por la mañana me había llamado para decirme que no podría visitarme el fin de semana porque tenía mucho trabajo atrasado de la escuela y tenía que terminar antes del domingo. Tenía muchas ganas de verlo, pero entendía que nuestra relación a veces debería basarse en llamadas telefónicas o videollamadas de vez en cuando.
-Tengo que contestar, ahora vuelvo- le dije a Mandy.
-Está bien- dijo ella metiendo los platos al microondas.
Subí las escaleras hasta mi habitación, cerré la puerta y contesté.
-Hola- dije algo desanimada.
-Hola linda- dijo Sam desde el otro lado de la línea. Sonaba cansado y algo frustrado. Me pregunté si algo malo había pasado o si sólo no quería hablar conmigo.
- ¿Todo bien? Te escuchas algo raro.
-Estoy bien, sólo necesitaba oír tu voz.
Sonreí. Tenía una forma tan simple de hacerme sentir feliz que me sentía tan tonta cada vez que lo hacía.
-Te extraño mucho- contesté con algo de melancolía.
- ¿Qué vas a hacer mañana?- contestó de repente.
-Ammm, bueno, una amiga vino a quedarse conmigo el fin de semana, así que pasaré el día con ella.
-Voy a ir a verte, pedí el lunes para quedarme todo el día contigo.
Mi corazón latía a mil por hora, la emoción me inundó y tenía una boba sonrisa de oreja a oreja.
- ¿En serio? ¡Qué gran noticia! Me muero por verte Sam.
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Nada Es Para Siempre
Novela JuvenilKatheryn Lander es una chica estudiosa, amable y algo introvertida. Es buena hija y amiga. Y una increíble novia, según Sam, su novio. Pero el mundo de Katheryn cambia de forma radical cuando su madre muere en un accidente de tráfico y se siente má...