54. Gran imperio regido por un hombre.

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Las cuatro paredes que me rodean parecen burlarse de mi. Por ingenua, por creer que Vincent quería un buen matrimonio cuando lo conocí, por creer que nunca le haría daño a Anette, quise creer que estaba protegiéndome de algo mayor pero luego volvió a mostrarme su verdadero rostro.

-Buenos días, Elissa-escucho la voz de Amaral al otro lado de los barrotes-¿Ya estas más tranquila?

Pude gritarle, decirle que la odiaba al igual que hice con Vincent, pero si me prohibí llorar toda la noche estando sola, no iba a dejarme ver triste frente a ella. Alcé mi rostro y la visualicé de pies a cabeza. Lleva puesto uno de mis vestidos.

-Veo que en Portugal no tienen buen gusto y ahora robas mis cosas.

Ríe-Decidí que no tiene sentido que los dejen de usar, son preciosos-dice acariciando el terciopelo rojo de su manga-Después de todo en unas horas estarás muerta.

Se siente como si ya lo estuviera.

-¿Qué viniste hacer aquí verdaderamente?-digo poniéndome de pie y caminando hasta quedar frente a ella, solo con los barrotes separándonos-Si piensas que vas a quedarte con Francia lamento informarte que desde hace meses ni siquiera me pertenece a mi.

-Le pertenecía a tu hija-dice molesta-La sacamos del camino y próximamente serás tú. Creo que me subestimas, querida.

-Estas tan equivocada y cegada por...

-Vincent y yo estamos en contacto desde que el rey Raphael estaba enfermo-me explica.

-Los enfermos de poder son ustedes-mascullo.

-El plan de que firmaras ese contrato con Vincent antes de casarte fue un trato para ambos. Acordamos deshacernos de ti una vez que abdicaras pero luego nació tu hija arruinando todo.

-Mataste un inocente por poder, espero que quede por siempre en tu conciencia.

-Se nota que no tienes el carácter que se necesita para ser reina-frunce el ceño-No soy la primera ni la ultima monarca que asesina para conseguir lo que quiere, y tampoco será la ultima vida que arrebate.

No me atrevo a contradecirla, no esta mintiendo. Mi madre y mi padre han hecho cosas similares en su pasado, tal vez no fue algo tan retorcido como esto que hace Amaral, pero definitivamente recuerdo cuando mi madre me ayudó a sacar a Keith de este lugar y tuvo que asesinar a unos guardias inocentes que solo cumplían su trabajo con la corona.

-Si crees que Vincent va a entregarte la corona tan fácilmente estas equivocada, vas a iniciar una guerra contra Francia y España.

Niega-Soy más de alianzas que de guerras. El acuerdo era que después de que abdicaras Vincent te haría desaparecer y volvería a casarse conmigo. ¿Te imaginas tal imperio? Francia, España y Portugal. Seriamos algo inigualable, podríamos conquistar cualquier país sin temor a perder.

No puedo decidir quien de las dos es más ingenua.

Yo creí en Vincent mientras que él se contactaba con Amaral para hacer todo esto quedándose con los dos países a la hora de mi muerte. Ella pudo quedarse con Francia y Portugal en el momento en que yo no estuviera, si Vincent decide traicionarla ahora, su acuerdo no vale nada. Simplemente él podría quedarse con Francia y España. Pero ¿por qué conformarse? Es evidente que irá por Portugal y no le costará hacerle lo mismo a ella. La gran nación será toda para él.

No puedo creer que se haya dejado engañar fácilmente. A menos que piense traicionar a Vincent una vez que estén en el poder ambos.

-Debo felicitarte-dice mi prima tomando mi mentón con su fría mano y apretándolo con fuerza-Soportaste casi un año nuestro intento de hacerte abdicar-se burla cuando la empujo para que me suelte-Tuve que enviar al duque Byron a Francia para saber si había rumores que podríamos usar a nuestro favor. Pero lo mejoraste todo, decidiste aparecerte y tú misma arruinarte la vida a pesar de no haber encontrado rumores.

-Felicidades a ti- Digo alzando mi barbilla sin dejarme ver intimidada a pesar de saber que he perdido-Conseguirás lo que quieres: tu gran imperio, pero recuerda que este será regido por un hombre, el cual no va a dejarte hablar una vez que estés junto a él en el trono.

Amaral parece querer decir algo, pero las puertas del calabozo se abren estruendosamente. Puedo escuchar voces aunque no distingo ninguna con el eco distorsionándolas.

-Que Dios se apiade de tu alma- murmura mi prima.

Alzo mis cejas sorprendida de que aún no lo haya comprendido.

-Y que tu futuro rey se apiade de la tuya.

Amaral parece molesta con este comentario. De no ser porque frente a ambas aparece Vincent, el duque Byron, Stewart e incluso el arzobispo que estuvo presente el día de mi boda; tal vez hubiéramos continuado discutiendo.

-Elissa Vinsonneau- dice el duque Stewart leyendo un pergamino-Se le ha acusado de adulterio, de organizar un atentado contra la vida del rey Vincent hace meses y luego ayudar a escapar al joven Keith Daly, el cual fue el peón en este atentado. Además de organizar otro atentado exitoso contra la vida de lady Thelma.

¿Thelma? Paso la mirada del duque Stewart a Vincent y parece que todo se ordena dentro de mi cabeza.

La carta llegó informando la muerte de Thelma y la reina madre. John me entregó la carta diciendo que alguien había venido a dejarla para mi o para el rey pero sugirió que primero me había encontrado a mi en el jardín. Nunca mencionó un carruaje, de haber sido así tendría que informarme que estarían un rato dejando a los caballos descansar en las caballerizas.

Al día siguiente partimos a España en carruaje, un viaje largo de casi un día completo. Si el mensajero hubiera venido caminando era un viaje de días. No tiene sentido si el funeral de la reina madre y Thelma era ese día, ¿por qué lo pospondrían solo hasta que llegáramos nosotros? El olor de los cuerpos hubiera sido horrible a tal punto de esperarnos.

¿Eso significa que yo recibí la carta incluso antes de que Thelma muriera? ¿O la muerte de mi amiga ya estaba programada y solo contrataron a alguien para que entregara esa carta a tiempo?

Él mandó asesinar a Thelma. Ahora quiere inculparme.

¿Es por eso que el marqués Chadler se acercó a hablarme de Vincent? ¿Estaba amenazándolo con algo para que hablara conmigo? Tengo el presentimiento de que no se fueron de Francia solo por la muerte de la madre de Chandler, si no que estaban huyendo de algo más.

¿Por eso nunca volvieron?

Casi olvido que el duque Stewart sigue hablando, hasta que vuelvo al mundo real.

-Aqui frente al hombre que la vio con su amante en una taberna del pueblo- dice Stewart bajando el pergamino para mirarme ahora a mi-¿Admite ser culpable de lo que se le acusa?

¿De que sirve pelear? Vincent ha dejado de poner su bota sobre mi cuello y ahora con lo que ejerce presión es con su espada.

-Soy culpable.

Perfecta creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora