Intento liberarme de los guardias, pero estos me sostienen con aún más fuerza.
En la mañana me declare culpable frente a todos. Ahora solo ha venido Vincent por mi, no sé que tipo de castigo me espera, pero me han dejado sin comer ni beber nada todo el día. Después de admitir haber pecado y traicionado a mi rey, el arzobispo se quedó conmigo intentando hacerme una confesión y darme una ultima penitencia antes de ser ejecutada mañana. Se molestó cuando se dió cuenta de que no estaba colaborando con él.
No quiero ser perdonada, quiero ser comprendida. Al menos escuchada.
No pediré perdón ni piedad a nadie que no sea Dios. La iglesia no ha hecho más que juzgarme, espero que al menos Dios me comprenda y me ayude a reunir el valor necesario para morir con la frente en alto.
-¿Piensas que saldré corriendo?- pregunto mirando directamente a Vincent- ¿A donde iría? Puedo caminar por mi misma.
Parece que todo lo que toco, y todo lo que quiero logran quitármelo.
Mi hermano, Amanda, Thelma, mi hija, Mirari, el duque Alaric, mi madre. Esos últimos siguen con vida pero no creo que por mucho si comienzo a poner resistencia.
Vincent hace una seña a los guardias y voltea a verme. Sus nudillos están casi blancos mientras sostiene el mango de su espada, su mirada desprende odio, incluso por un segundo que logro verlo a los ojos puedo ver algo. A pesar de sus ojos ser azules, cuando me sumerjo a ver en ellos, es todo negro. Luego veo algo brillante, no como una luz, si no como un reflejo de sol en una joya. Luego todo se convierte rojo, comienzo a acalorarme de repente, los gritos de mi madre, ¿es mi madre? ¿Mirari? ¡Va a hacerles daño!
Vuelvo en si cuando Vincent toma mi rostro con fuerza.
-No hagas nada estupido-dice con odio- ¿No te bastó con saber que tu hermano esta muerto por tu causa?
Creo que acabé con mis lagrimas porque he dejado de sentir esa necesidad de desahogarme llorando. O tal vez lo único que terminó es el miedo, porque estoy segura de que no puedo sufrir más. Ya he tocado fondo.
-Alguien vino a verte- murmura haciéndose a un lado para dejarme ver- ¿Espiar las conversaciones de tu rey?
Veo a Mirari con las manos al frente, atadas con una soga y su boca lleva una tela evitándole hablar o gritar, intento correr hacia ella, aunque como era de esperarse, Vincent jala de mi cabello regresándome hasta que mi espalda queda pegada a su pecho.
-Mírala bien- toma mi mentón con fuerza y gira mi rostro hacia donde está mi dama de compañía quien niega con su cabeza al ver que estoy intentando pelear por ella-Puedo perdonarle la vida si cooperas.
-Solo si prometes que la dejarás a ella y a su familia en paz- murmuro.
-Trato.
Los dos guardias toman cada uno un brazo de Mirari y la llevan escaleras arriba para sacarla de el calabozo. Hasta que los perdemos de vista.
Vincent aprovecha que sigue jalando mi cabello para regresarme a la fuerza a donde estabamos ayer. Ya no esta la sangre de Catherine ni de mi bebé, pero si hay una gran mancha en el suelo.
-¿Te gusta aquí? ¿Quieres que deje tu cabeza aquí una vez que la corten? ¡Justo donde murió Anette!
-Nunca necesitaste mi opinión, creo que puedes tomar la decisión solo.
-¿Quieres que tenga piedad con Mirari y tu madre?- pregunta pero yo sigo mirando la mancha que dejó la sangre- ¡¡Respóndeme!!- cada vez que me grita una sensación de miedo recorre todo mi cuerpo, pero solo me permito asentir con la cabeza- Pídelo entonces, de rodillas.
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Perfecta creación
Ficção Histórica¿Eres fiel a tus ideales o a tu rey? ¿Qué soportarías para proteger a los que amas o incluso a ti misma? ¿Hasta donde llegarás antes de romperte en mil pedazos? Sara, una mujer que vive en 1912 se encuentra encerrada en un manicomio relatando su vi...