Capítulo tres: Reconocida.

727 33 3
                                    

Cuando le di mi número a Justin, jamás pensé que me llamaría para concretar nuestra "salida". Es por eso que cuando recibí su llamado quedé bastante sorprendida y aún más cuando me dijo que me tenía una pequeña propuesta. Mi vida en esta semana ha dado un giro de cuarenta y cinco grados, ya que mi repentina fama en las redes sociales me ha traído algunos problemillas gracias a la foto que Justin subió conmigo con la descripción: "Somos un gran equipo, está chica es un genio". Sus chicas han inventado rumores que si yo no supiera la realidad de las cosas, los hubiera creído a ojos cerrados: el problema es que nada de lo pasaba por sus mentes era real.

Steph y yo hemos tenido una pequeña pelea debido a nuestro gran primer proyecto titulado "Crearemos la mejor portada que esta revista ha tenido en años", su nombre fue creado por la fundadora de esta causa: Stephanie Parsons. Discutimos por un tema absurdo por donde se le mire, filtros de foto. Estaba dispuesta a darle una bandera blanca esta semana para que sigamos comiendo juntas, la verdad es que me he encariñado con esta chica y es mi única amiga en estos momentos.

Además necesito que me ayude a ir de compras.

No sé que usar para mi "salida" con Justin. Somos conocidos que se están conociendo, o tal vez, personas que se están conociendo. Pero nos estamos conociendo para aspirar a ser amigos, colegas, un gran equipo. Por lo que no sé es si arreglarme tanto sea una buena opción, pero tampoco puedo ir hecha una vagabunda, estoy consciente que probablemente habrán cámaras rodeándonos todo el tiempo.

Por dios, saldré con un famoso.

Amo mi trabajo.

Cuando mi teléfono suena y veo quién es, pienso que me he ahorrado una disculpa, o eso creo.

-Te llamo para que me pidas perdón.-Esta chica es una cabezota.

-Steph, ninguna tiene la culpa de nada aquí.-le explico.- Pero ya que me haz llamado, creo que levanto humildemente la bandera blanca,-hago como si estuviera moviendo una banderita.

-Bueno, si esa es tu forma de pedir perdón sin dañar tu orgullo por mi está bien.

-Excelente.- no quiero darle más vueltas al asunto ya que uno no le puede llevar la contraria de ninguna forma, jamás.

Cuando le digo que necesito su ayuda me dice que siempre puedo contar con ella que no sea ridícula preguntándole si me puede ayudar.

-Bueno, pues, Justin me ha llamado para confirmar nuestra salida.

-¿Qué Justin? ¡Oh, por Dios! ¿El de recursos humanos, chica? -explota de una forma inesperada, ¿hay un Justin en recursos humanos?

-Caramba, mujer respira. Claro que no, ni siquiera sé quién es el tipo del que me hablas.- le tranquilizo.- Es Justin Bieber.

-Pequeña zorra, ¿haz conseguido que te invite a salir? ¡Me habías dicho que sólo habían compartido palabras cordiales!-dice ofendida esto último. En mi defensa yo no quería hacer algo grande de todo este lío, sólo era una salida de personas que quieren ser amigos.

-Eh, no me grites por teléfono que me vas a reventar el tímpano. Me ha dicho que me tiene una propuesta, es una junta por trabajo.

Esto parece calmarla:- Quizás quiere que seas su esclava sexual, Amy. Piénsate esto: esos chicos con tanto dinero no saben que hacer con él.-susurra todo esto cómo si fuese un plan para escaparnos de la cárcel o cómo si estuviera contándome el mayor secreto de Obama.

No acaba de decir aquello.

Esta chica está loca.

-Steph, por favor no seas dramática.-suplico.- Quizás, no lo sé, bueno lo descubriremos cuando salga con él, ¿no?

La fotógrafa |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora