❲Unico Capitulo❳

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Cuando abrió sus ojos y vio todo negro se asustó obviamente, pensó que se había quedado ciego o algo parecido. Pero al momento de moverse le era imposible no había notado las cadenas que estaban en sus manos y pies hasta ahora, con eso entró en pánico por unos segundos hasta que oyó la puerta abrirse y cerrarse con seguro, la suela del zapato era ruidosa, escucho los pasos de la persona acercarse a él, se alteró cuando pararon los pasos y siento la presencia muy cerca suyo, hasta que pudo percibir el olor de la colonia de su novio.

— ¡Willy!, ¡Desátame por favor! — dijo con desesperación, no estaba al tanto que estaba pasando en ese momento.

— ¿Quien te dió el permiso de hablar? —

El tono frío del albino lo calló, era muy raro que le hablara así, hasta sintió un pequeño escalofrío al escuchar el tono posesivo hasta con un toqué de sensualidad a su parecer.

— W-willy... de... ¿de que hablar? Deja los juegos y desátame —

— En primer lugar, no tienes permiso de hablar sin mi consentimiento o voy a tomar riendas en el asunto, segundo, para ti soy tu amo desde ahora, tercero, este es tu castigó por lo de ayer con Samuel —

— Guillermo debes estar bromeando, ¡deja de bromear ya! No es divertido, lo de Samuel era de coña, ahora desátame —

— te lo dije, te lo dije, ahora sometete a las consecuencias —

Sintió una vibración empezando a estimular su próstata levemente, comenzando a ser más fuerte y más potente, jadeo ante la sorpresa.

— G-Guillermo para ahora — de su boca solo se escapan suspiros y jadeos ante la vibración.

— Al parecer aún no me escuchas, quizás deberíamos subirle más — dicho eso lo hizo, subió la potencia del juguete unos cuantos niveles, el movimiento que emitía empezaba a pegar con la próstata  con un poco más de fuerta, sacándole un gemido de sorpresa al oso.

Ni siquiera le había puesto un dedo encima y ya era un desastre, el rubor natural en sus mejillas cada vez se hacía más fuerte, unas cuántas gotas de sudor en su frente empezaban a resbalar y su miembro ya estaba erecto con esa pequeña estimulación. Para Willy simplemente Ruben con todas sus expresiones lo volvía loco, pero tenía que seguir con ese semblante frío y dominante si quería darle una pequeña lección a su novio. Se acercó a la cama para depositar una pinzas en los pezones ya erectos del oso, al sentir esto soltó un grito por la sorpresa, había tocado una zona erógena, creando una mezcla de dolor y placer.

— Quita... Quita esas pinzas de ahí ¡ahora! —

— No entiendes nada de lo que digo, tiene suerte je sea un hombre con mucha paciencia — Ya un poco molesto se subió encima del chico, su mano se dirigió a la entrada ya dilata para meter dos dedos, haciendo presión en el juguete. Otro gemido, el juguete estaba empezando a vibrar mucho más cerca de sus próstata siendo totalmente abusada, su espalda se empezó a arquear señal de placer y que posiblemente estaba por correrse muy pronto, de su miembro empezó a salir un poco de líquido preseminal, pero fue impedido por Guillermo, el cual había colocado un dedo en la punta del glande para así no saliera ningún líquido. Desocupó una mano rápido para asi subirle la potencia del juguete al máximo, emitiendo un movimiento fuerte y directo contra la próstata del chico.

— Por favor —

— ¿ahora me ruegas? Nadie te entiede —

— Que hijo de puta —  se le escapó entre jadeos y gemidos bajos, de verdad estaba a su límite.

— Y después me insultas, que disciplinado — la situación le hacía un tanto de gracia, le subía el ego tener a Rubén atado a su cama totalmente vulnerable y expuesto, totalmente suyo como debería ser siemprre, pero aunque le diera gracia no dejaba de excitarlo en ningún momento, ese chico lo traía muy loco de amor y ver los espasmos que le causaba solo le podía inflar el ego.

A ciegas ➟ ❝Rubirex❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora