madres || jenlisa [G!P]

→ Quiero volar un avión

Por fin había llegado el fin de semana, más específicamente el día sábado, en donde Lisa no trabajaba y pasaba todo lo que restaba de horas junto a su esposa e hija.

Normalmente lo que harían es levantarse, comer fresas, estar en pijama hasta la hora del almuerzo, realizar lo dicho, molestar a Jennie y luego cenar para irse a dormir.

Eso era lo que siempre hacían, pero no hoy.

Hoy era un día especial.

— Amor, ¿donde dejaste las zapatillas de Ella? — Preguntó Lisa revisando los cajones sin encontrar aquel calzado

— Donde siempre — Respondió Jennie desde su habitación

— ¿Donde es siempre? — Preguntó ahora hacia su hija quien rió y se levantó de la cama para dirigirse a su armario y en el último de los cajones sacar aquel par de zapatillas blancas

— Estos mami — Señaló Ella entregándole el calzado

— Ya lo sabía — Ella rió para luego ver como su mamá Lisa le colocaba la última prenda de su vestimenta de ese día — Listo, ahora ve a la sala a esperar a mamá Jennie, ¿de acuerdo?

La pequeña asintió y se dejó cargar por los brazos de su madre para luego abandonar la habitación y quedarse viendo dibujos en la sala

— ¿Estás seguro? — Preguntó Lisa en el teléfono mientras terminaba de arreglar su ropa — No, me temo que eso no será posible — la tailandesa bufó en el momento que oyó aquella noticia — No lo haré, lo siento. No expondré a mi familia de aquella forma— Y sin decir más colgó

Tiró el teléfono a un lado de la cama haciendo que Jennie notara lo enfurecida de esta

— ¿Amor? ¿Pasó algo? — Preguntó preocupada Jennie

— No te preocupes, no es nada — Le sonrió, acarició su cabello y dejó un corto beso en sus labios antes de continuar con su anterior actividad

Jennie notó raro el comportamiento de Lisa, más no iba a presionarla para que le contara algo que tal vez ella no quería

Así que solo lo dejó pasar

— ¿Tienes los boletos? — Lisa asintió ante lo dicho por Jennie — Bien, ya vámonos

Otro asentimiento y tomó las maletas de Jennie para luego bajarlas y encontrarse a Ella guardando unas últimas cosas en su mochila de León

— ¿Lo llevarás a Tailandia, amor?— Preguntó Jennie observando que la pequeña no se desprendía de su peluche

— Sí, mami — Ella no dudó ni en segundo su respuesta

Jennie sonrió y se agachó lo suficiente para dejar un beso en su cabeza

— Mami, ¿porque usamos esto? — Preguntó Ella señalando su cubrebocas

— Puedes quitártelo en el auto, amor, ¿si? — Ella asintió ante lo dicho por su madre

Sin más, subieron al auto y, con Lisa manejando, Jennie en el asiento de copiloto, Ella en el asiento trasero y la música de la radio a todo volumen, el camino al aeropuerto fueron risas tras risas

Cuando llegaron Lisa se tranquilizó de no encontrar lo que más temía

— Mami, pica — Una vez más Ella se quejó por el cubrebocas

— Está bien, quítatelo — La pequeña llevó sus dos manos al objeto y se lo quitó dejando que una sonrisa se formara en su rostro y sus hoyuelos quedaran al descubierto