La puerta se abre abruptamente mientras estoy abrazando a mi madre.
-¿Sigue aquí, Marie?
-Respondería, pero la respuesta es evidente, mi rey-dice mi madre.
Mi madre aprieta mi mano en un puño dándome a entender que esconda la llave. Se pone de pie y se queda frente a mi, lo cual me da tiempo de esconderla entre mi corset.
-Me retiro- la voz de mi madre es igual a la que usaba cuando me decía que no debía correr a todos lados con Keith-No sin antes pedirle que tenga un poco de consideración a mi hija y le deje beber una ultima copa de vino.
-¿Lo merece acaso?
-No la has dejado comer ni beber nada desde ayer, a partir de mañana va a dejar a tu cargo Francia, el poder será todo tuyo-dice mi madre caminando hacia la puerta-Considera que tal vez podrías hacer algo bueno por ella antes de que ella haga eso por ti.
Sin más, sale de la habitación y cierra la puerta con fuerza.
La habitación se queda en silencio. Vincent no dice nada, solo me mira y pasa a tumbarse en la cama.
Yo solo me quedo mirando mis manos aún sentada en la silla frente a mi tocador.
-¿No vas a decir nada?
No respondo.
-¿Al menos vas a rogarme por esa copa de vino?
Mantengo mi postura y mi silencio.
Llevo la llave encima, pero no sé si vale la pena huir. Hace meses quería eso y ahora ya todos están alerta con esto que sucedió, antes no había razón para estarlo y temo por que le hagan daño a alguien para intentar encontrarme.
Hay peores castigos que la muerte, y si me atrapan después de haber intentado escapar, me dictarán uno de ellos. Tal vez incluso a los que sospechen haberme ayudado a escapar.
Vincent se pone de pie y camina con cautela. Al llegar a estar de pie frente a mi, toma mi brazo con fuerza y me obliga a ponerme de pie quedando a la misma altura.
-Debí haberte matado yo mismo.
-Nunca es muy tarde, mi rey.
-Prefiero que veas el rostro de todos mientras ruegas por aire una vez colgada en la horca.
Río-Lastima que no pude sacarte de la corte por tener a lady Edith como tu amante.
Si la mirada de Vincent pudiera matarme, no tendrían que esperar a mañana.
-El rey tiene ciertos privilegios- responde tajante.
-Cualquier hombre tiene esos privilegios- respondo sosteniéndole la mirada-No eres nada diferente a cada uno de ellos, la única diferencia es que te das el lujo de hacer menos a cada uno de tus sirvientes. Ni siquiera puedes aceptar que ni una sola vez llegaste a complacerme como yo lo hacía contigo, ¿así era con tus amantes también?
-Mi virilidad...
-Eso es algo muy diferente- respondo interrumpiéndolo-Quedé embarazada en cuestión de segundos. Y con un...- levanto mi mano a la altura de nuestros rostros y aproximo mis dedos indice y pulgar a una corta distancia-mínimo de placer.
-¿Por eso te enamoraste de tu amante? ¿Él si te complacía como lo necesitabas?- se burla-¿O solo por qué fue el primer hombre que te prestó atención?
-No, ese fue el rey Raphael, mi padre- frunzo el ceño-El siguiente fue Thompson, al que despediste porque sabías que estaba de mi lado en todas las desiciones. Otro fue Keith Daly, mi hermano y mi mejor amigo, ¡al cual ahogaste junto a su esposa!
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Perfecta creación
Historical Fiction¿Eres fiel a tus ideales o a tu rey? ¿Qué soportarías para proteger a los que amas o incluso a ti misma? ¿Hasta donde llegarás antes de romperte en mil pedazos? Sara, una mujer que vive en 1912 se encuentra encerrada en un manicomio relatando su vi...