XVI

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Caroline ya estaba en casa, se estaba recuperando, sus padres habían preguntado por ella, le comento sobre su situación, su madre le permitió decirle que dejará el trabajo, que de eso se podrían ocupar los encargados de la hacienda, a lo que le respondió que estaba bien.
Ahora se encontraba en casa, mejor resumido, en su habitación, ordenó que para nada fuera molestada, aunque su mujer le insistió que la dejara hablar de lo ocurrido en el hospital, Line solo dijo que lo dejarían para otro momento.

Indagava por sus redes sociales las novedades que se había perdido, por la mente se le pasó ver si en alguna noticia aparecía el beso que su mujer y ese pelado se habían dado, no encontró nada así que dejó su celular, estaba agotada, quería dormir pero aún no había comido nada.
Escucho los golpes de la puerta, ella dijo adelante.

—Señora Montero, su nana mandó a preguntar lo que desea comer. _ Era una de las empleadas jóvenes.

-Se acomodó un poco al cabecero de la cama sintiendo y leve dolor. — Se me apetece comer unos tacos, así que ya saben dónde ir a comprarlo. _ Miró alrededor y no encontró lo que buscaba. — Encuentra mi billetera en el escritorio que está por allá, o en la gabardina de la entrada y coge dinero de ahí, que sea de buena cantidad para que coma mi mujer. Cuando regresen lo ponen en una bandeja, le dices a la señora Karla que ella misma lo traiga.

—Como usted ordene señora. _ La chica fue en busca de la billetera. Mientras Line se ponía de pie para ir al baño, intentó pararse pero de repente se sintió mareada, se dejó caer sentada en la cama, sus manos fueron a su cabeza, ella sabía que no era complicado, tenía que dejar el estrés, pensar en cosas como las que su esposa hacía le provocaba tantas cosas. En su segundo intento no hubo tantas complicaciones así que despacio caminó, igual eran los medicamentos que Fox le había recetado, algo fuertes.

Se lavo la cara y se miró frente al espejo, en su cara se le notaba mucho cansancio brutal, no podía seguir así y lo entendió. En ese transcurso de quedó analizando su vida antes de que llegara Karla a su vida, no había tenido problemas de salud, bueno al menos que no fuese de trabajo, a pesar de todo eso, Fox le explicó que el estrés crónico se presentaba si había problemas de dinero pero en ese caso me sobraba el dinero, un matrimonio infeliz el cual así era o problemas en el trabajo, dejando a un lado todo, en su trabajo no tenía problemas, solo confiaba en ella misma para que la decisión que tomara fue la ideal y más nadie saliera lastimado. Salió del baño y camino hasta quedar frente a la puerta francesa de su ahora nueva habitación, era raro porque su recamara estaba mejor equipada, además de que siempre fue suya, igual no dejaría que Karla durmiera en otra habitación, quería que esa mujer estuviera tranquila y en comodidad. Quiso agarrar un cigarrillo pero le había dicho su médica que “fumar no ayuda a combatir el estrés a largo plazo. En el tiempo que se tarda en fumar un cigarrillo, usted podría hacer otra cosa más efectiva, como dar un paseo corto o probar un ejercicio de relajación. Fumar no resolverá el problema que le está ocasionando el estrés”.

Poco más tarde golpearon la puerta.

—Se puede._ Escuchó aquella voz que tanto mal le hacía.

—Adelante. _ Respondió, cerró los ojos, inhaló y exhaló, lo que estaba por suceder de ahora en adelante sería probablemente su futuro o su perdición. Ya lo veremos.

Regresó a la habitación y cerró la puerta, aún le daba la espalda a su esposa, Karla miraba como los músculos de Líne se tensaban.

—Aquí está lo que mandaste a pedir._ Le dice con entusiasmo y sonriente, Karla pensaba que todo estaría bien.

—Gracias, toma asiento Karla, tenemos que hablar. _ Así lo hizo Karla, Caroline espero a que Karla se sentará y luego ella le siguió.

—No entiendo de que hay que hablar._ Le murmura.

— Tengo entendido que estás al pendiente de lo que sucede con mi salud. _ Asiente. _ Sucede que el estrés crónico sucede por varios factores, y pues dos de ellos  están realmente perfectamente, pero uno saca de mi casilla, yo no puedo seguir así, en otras circunstancias te elegiría, en esta ocasión tengo que pensar en mí, así que de ahora en adelante te voy a tratar como la madre de mi bebé, hasta comprobar que es verdad es mía, me habías dicho que no me amabas, y aún así decidí arriesgarme y hacer todo para que me amaras pero no fue suficiente, no soy suficiente para ti, pero en el amor no se manda, tu amas a Daniel, y no te preocupes, después del parto puedes volver con él, formen su familia.

Karla estaba con un nudo en la garganta, todo lo que le había dicho aquella mujer que tiene de frente era cierto, Line hizo mucho por ella, que Daniel cuando lo necesitaba.

—¿Entonces tendremos la custodia del bebé compartida?. — Le costó mucho hablar.

— Noo. Puedes irte con aquel hombre, pero el bebé se quedará conmigo, lamento decirte esto, pero si hacemos la prueba y sale positiva, no quiero a ese tipo cerca de mi hijo. Y si no te gusta lo que estás oyendo está bien, debes aprender a resignarte a estar aquí, a mi lado.

—No puedes obligarme a amarte, solo estoy aquí por el acuerdo de mi familia y por el bebé que llevo en el vientre.

—Para nada te estoy obligando, siempre eres libre de irte, tratas de llevarte a mi hijo y será la última vez que lo verías. Así que solo era eso, no puedo seguir viéndote besar a ese tipo, de milagro nadie tomó foto o video, no por mi, porque a mí no me afecta en nada, puedo tener a la mujer que yo quiero y nadie hablara mal de mi, en cambio en ti, te dirán de cosas.

—En lo absoluto dejaré a mi bebé contigo, yo lo voy a parir.

—Dicelo al juez, tengo la acta prenupcial dónde decreta muchas cosas, una de ellas es, si alguna de las dos es infiel el bebé estará con la madre que no rompió el acuerdo. _ Karla la observó con asombro, nunca leyó ninguna carta nupcial.

—Yo jamás firmé nada. _ Se defendió.

—Claro que si, esa vez mi abogado te preguntó si no querías leer los papeles antes de firmar, que fue lo que dijiste. “Quiero terminar con esto lo antes posible” y bueno, ahí están las consecuencias de nunca leer antes de firmar algo.

—Eres una hija de puta. — Gritó, agarró la bandeja y se la tiró encima de Líne, Montero con odio se puso de pie, estaba bañada de comida.

Se acercó a Karla y la tomó por la mandíbula con una sola mano, ambos rostros cerca. — Que sea la última vez que haces esto, porque en verdad no me conoces y no sabes hasta donde puedo llegar, de ahora en adelante tendrás más respeto ante mi, no porque seas mi esposa puedes faltarme al respeto.

Karla estaba atemorizada, a Líne no la había visto así de enojada, y fue ahí donde concordo muchas cosas que le dijeron de ella, era una mujer despiadada, que no tenía sentimientos, y que jamás la hicieras enojar..
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Síganme chicos, vamos por esos 50 seguidores, si llegamos actualizo I Don't like women.🥺 

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora