Capitulo 1

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Nunca digas nunca

Un beso en la frente, eso fue lo que se necesitó para que nos diéramos cuenta que existía algo más

Siempre he sido una mujer de las que le había gustado hacer todo de la manera correcta, a los veintitrés años que tengo, nunca me imaginé estar en una situación de este tipo, siempre pensé en darme mi lugar…

Un beso en la frente, eso fue todo lo que se necesitó para que nos diéramos cuenta que existía algo más que la amistad que llevábamos por algún tiempo, simplemente estallo una química que nos llevó a pasar varias noches hablando hasta la madrugada, conociéndonos más y dándonos cuenta que todo era más fuerte que una conexión. Él es un gran hombre, que muchas quisieran a su lado, un novio ideal que te proporciona toda la felicidad; pero como toda historia no tiene su parte buena y aquí es donde comienza…

Seis años de noviazgo con una buena chica llevaba él, yo tenía alguna idea de que ella existía pero en el momento que descubrimos nuestra química, le deje muy claro que no pensaba tener una segunda posición y demás, con lo que él me sorprendió diciendo que su relación había terminado por común acuerdo, sabiendo que todo esto era verdad decidí seguir saliendo con el… Hablábamos todo el día y cada vez nos entendíamos mejor, hasta que un día pasadas unas semana con mi inconformismo de mujer le hice saber que pensaba que no todo estaba de lo mejor, se presentó en ese momento un inconveniente que me alejo y di vía libre para que la chica con la que llevaba seis años volviera con él.

Paso el tiempo y conocí un lindo hombre que me quería muchísimo e hizo un millón de cosas por mí. Mientras estaba con él, un día en la universidad sucedió algo que nos hizo dar cuenta con aquel chico que sentía tanta química y conexión que las cosas seguían intactas a como las habíamos dejado dos meses atrás, pero con un agregado que eran nuestras relaciones…

Empezamos a tener la misma química y cercanía, al principio trate de evitar las cosas por mi relación más que todo, pero entre más pasaba el tiempo, más me daba cuenta que mi relación no me llenaba, ni me emocionaba como lo hacía él y los acercamientos que teníamos; fueron pasando las semana y yo me alejaba más de mi novio, espacio en el que nos acercábamos más con el otro chico a pesar que él seguía en su relación.

Entre todo esto decidí terminar con mi novio porque sentí que no era algo que me llenara de felicidad y si podía seguir ilusionándolo. Así fue pasando el tiempo y nos fuimos enredando de a poquitos con el otro chico, almuerzos, salidas pequeñas y demás detalles que hacían que todo fuera creciendo y en menos de lo que me di cuenta estaba muy enredada sentimentalmente con él. Nadie sabía de nuestra relación, tenía claro que no le pediría que terminara su relación de 6 años a menos de que él quisiera, yo no lo veía como el amor de mi vida, ni alguien que fuera a causar tanto en mi…
Al pasar el tiempo las cosas se fueron poniendo más serias la confianza fue aumentando más, teníamos un pacto por encima de todo de sinceridad, él llego a conocerme tan bien cada uno de mis virtudes y defectos que sentía que era ideal para mí, sabia manejar cada inconveniente y demás a tal punto que nunca discutimos.

Llego el mundial y el tenía programado un viaje con su novia a Brasil por solo una semana, como equipo nos fue tan bien que ganamos el partido en el que él se encontraba allá, la celebración fue tan grande y tan llena de alcohol que la emoción lo embargo y fue corriendo a comprar una argolla y decidió pedirle matrimonio a ella. Me di cuenta al día siguiente por una publicación en la redes sociales, que con la misma se me callo el corazón a los pies… No me había dado cuenta lo mucho que sentía por él y la manera en la que nos habíamos enredado. Llore mucho, lo odie por unas cuantas horas… Porque a decir verdad tenía la esperanza y las cosas pintaban como si él y yo fuéramos a terminar juntos, ese día comprendí que no era así. Al cabo de unas horas apareció y me dio las respectivas explicaciones, no supe decir adiós, volvió a Colombia y sabiendo todo continué con él. Desde ese momento y con conocimiento de él, decidí aceptar invitaciones y demás cosas por parte de otras personas, pero realmente cada vez es más complejo tratar de abrirle el corazón a alguien más que no sea él.
Yo era una mujer con la que no había podido estar con nadie sexualmente por hechos del pasado que me habían dejado marcada, él era consciente de esto y nunca demostró su intención de estar conmigo únicamente en este sentido, hablábamos de todo tipo de temas muy abiertamente, hasta que un día sin predeterminarlo se dieron las cosas y estuve con él, fue algo extraño porque sentí amor verdadero, entre lágrimas y miedo sentí que el fulmino todos mis miedos, me hizo sentir capaz y especial.
Era consciente que las cosas ya tenían otro nivel que él era un hombre que así se fuera el día que fuera iba a estar presente para mí siempre, han pasado muchas cosas, él me ha hecho ser mejor persona y ha hecho que me conozca más a mí misma, es paradójico porque llegue a amarlo de verdad en forma que no lo había hecho nunca y él se enamoró de mi tanto como yo de él. A veces paso por crisis en donde me duele mi posición y saber que el amor nunca es perfecto.
Nos duele profundamente a los dos saber que tomamos decisiones equivocadas y por esto mismo no podemos ser el uno para el otro.
Hoy en día no asimila el compromiso que se le viene encima, ni en lo que realmente esta metido, pero sabe que no debe fallarle a la persona a la que le propuso matrimonio, su compromiso es el otro año y el día que me entere de la fecha del matrimonio decidí ponerle una fecha final a todo esto.

Es extraño tomar este tipo de decisiones y soy más consciente que nada, que de cierta manera me merezco esto aunque todo lo que ha pasado ha sido por dejarme llevar con el corazón sin ninguna razón.

El 30 de diciembre es nuestra fecha final, el día de decir adiós y continuar adelante, se perfectamente el dolor que esto me puede causar pero es lo menos que puedo hacer para tratar de remediar todo lo que esto nos ha causado y es pensar en que al menos él va ser feliz.

Para mí, él es el amor de mi vida, todo lo que pedía en un hombre es el, un tipo de amor que recordaría por siempre, pero no el tipo de amor que duraría para siempre…

Minis Historias de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora