Omegaverse Au #2

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Transcurrió un tiempo desde que ambos habían formalizado su relación y ahora compartían sus vidas, todo era perfecto ya que la conexión entre ellos se fortalecía con el transcurso de los días, aquellos encuentros que encendían la llama de su relación se hicieron cada vez más intensos y pasionales durante todo el proceso, aunque esto se fue reduciendo ya que ambos tenían cosas de las cuales debían ocuparse pero no por eso la chispa que los unía se había apagado.

Ilpyo suspiró por enésima vez en ese día al ver como entrenaba su pareja, ciertamente la vista era inigualable y eso ocasionaba que sus mejillas se sonrojaran con facilidad, ver su cuerpo trabajado bajo los rayos del sol sin nada que le cubriera mientras realizaba flexiones era su perdición y mucho más al fijarse en cada detalle que este portaba pero en está ocasión no podía concentrarse en lo absoluto.

Últimamente se sentía algo extraño, pensó que solo era su imaginación y que la incomodidad pronto se iría pero no fue así, de hecho los síntomas se habían agravado un poco ya que aquellas náuseas o cambios de humor seguían constantemente al acecho.

Su otra mitad sabía que tenía su mirada clavada en el y evidentemente había escuchado cada sonido que abandonaba los labios del contrario, Mori siempre era el primero en percatarse cuando algo andaba mal y había persistido para que Ilpyo asistiera al doctor pero este hizo caso omiso ya que pensaba que su situación no era tan grave.

Los días anteriores discutieron justo por ese tema y les había dejado una sensación amarga, Ilpyo le recalcó que era muy sobreprotector y que no debía preocuparse demasiado, frunció levemente el seño al escuchar esas palabras ya que solo se preocupaba por su bienestar, no quería que le pasara nada malo así que por esa misma razón había sugerido esta opción.

— Ilpyo...oye Ilpyo! — insistió en llamarlo al ver que este no reaccionaba, claro que al percatarse del chico se sorprendió un poco ya que estaba tan ofuscado en sus pensamientos como para notar su presencia.

— Lo siento, estaba algo distraído — se disculpó con una leve sonrisa, el otro le regaló una pequeña caricia en su mejilla y no dudo en colocar su mano sobre la suya para afirmar que se encontraba bien pero Mori no parecía creerle del todo.

— Zorrito no crees que deberías ir a hacerte unos análisis?, se que puedo estar exagerando pero aún así estoy preocupado....

— Mori ya hablamos de esto, no iré al médico por asuntos triviales, estoy seguro de que es algo pasajero o "eso creo" — susurró esto último para si mismo mientras evitaba la mirada del contrario, no quería ser tan testarudo e insensato pero se sentía asustado ante la idea de que realmente hubiese algo mal con el.

— Entonces hablaré con Seungah y Seungyeon al respecto, tal vez ellas puedan ayudarte para que te sientas mejor — le respondió con algo de autoridad en su voz ya que no iba a permitir que  continuará descuidando su salud.

Ilpyo palideció al escuchar los nombres de sus primas, esas dos siempre actuaban de forma radical y si iba con ellas de seguro no saldría vivo de allí, notó como Jin Mori se alejaba dispuesto a llamar a las féminas pero logró detenerlo al rodearle con sus brazos y acunó su rostro en la espalda del más joven.

—...Iré, prometo que iré al médico así que no las llames por favor

Este suspiró derrotado ante su súplica, aunque al mismo tiempo se encontraba aliviado al escuchar que su amado accedió a su propuesta, sin más se giró para tenerlo entre sus brazos y beso su frente para calmar sus inquietudes.

— No tienes que tener miedo, pase lo que pase yo estaré a tu lado

— Lo prometes?

— Claro que sí, alguna vez te he fallado? — le preguntó con una actitud confiada, cosa que hizo reír a su querido peliazul.

The Monkey King and the Fox Donde viven las historias. Descúbrelo ahora