La universidad resultaba ser más acogedora de lo que espero en un principio. Los dormitorios, pese a ser básicamente una pequeña casa compartida con tres habitaciones, le gustaban bastante, y sus cinco compañeras eran realmente agradables; especialmente la chica con quién compartía habitación, Rose.
Era encantador pasar el tiempo con ellas por varias razones, primera, eran muggles, lo que significaba que podía hablar con ellas por más de cinco minutos sin que mencionaran la guerra; segunda, todas estudiaban literatura inglesa al igual que ella, tenían intereses en común; tercera, era agradable convivir con chicas, para variar. Sin embargo también tenía sus contras, uno en especificó.
"— Hermione Granger, será mejor que traigas a tu novio a la fiesta –"
Todas deseaban conocer a Ron, ¿La razón? Llevaba todo el año rechazando a un par de chicos, bastante insistentes y atractivos, así que sus amigas deseaban conocer al "Adonis" que la hacía declinar todas las invitaciones que le llegaban. Y ella podría hacer eso ¿No? Tan solo mostrarles al lindo pelirrojo que tenía por novio, pero no era tan sencillo.
¿El problema? Ronald Weasley no sabía comportarse sin magia, las pocas ocasiones que lo había llevado a una cita al Londres muggle o a casa de sus padres, el chico estaba realmente incómodo, no sabía moverse apropiadamente en muchos espacios y la mayoría de los artefactos tecnológicos le resultaban complejos y terminaban por molestarlo, lo cual le hacía expulsar magia sin pensar y los objetos explotaban, el radio de su madre sufrió esa suerte. Tuvo que insistirle por un mes entero para que aceptara usar un celular para comunicarse con ella durante sus estudios.
"— ¿No es más sencillo si solo me aparezco en tu habitación cada que quieras verme? –"
Entendía que podía ser molesto, ella misma había descompuesto su primer celular en un ataque de ansiedad que implicó un descontrol de magia, sin embargo tanto su novio, como Harry, Ginny e incluso Luna, habían aceptado usarlos para comunicarse durante su estadía en la escuela. Sus mejores amigos solo texteaban con ella de vez en cuando, en cambio su novio lo hacía muy seguido y todos los días a las nueve de la noche tenían una llamada.
— Hola, Mione – detrás de la voz de su novio se podía escuchar algo de escándalo, demasiado para el pequeño departamento Muggle que él y Harry cohabitaban; ambos creían que una vivienda alejada de la magia, y por lo tanto de los periodistas de "El Profeta", sería lo más apropiado.
— Hola ¿Todo bien?¿Estás en la Madriguera? – aunque era practicamente imposible utilizar un aparato tecnológico ahí, tal vez su novio había encontrado la manera.
— No, es solo que Bill y Fleur creyeron que yo podría cuidar a Victoire unas horas, y este fin de semana Harry cuidara a Teddy, pero ese tonto salió con Malfoy hoy. Así que tengo a un niño de tres años jugando a las pociones y a una bebé con hambre...– hubo una ligera pausa seguida de lo que pareció ser el pelirrojo murmurando un hechizo de protección contra caidas — Lo lamento, debo darle de comer a Victoire, estás en altavoz... –
— ¡Hola tía Herm! – la vocecita infantil de Teddy lo interrumpió, a pesar de su edad el pequeño metarmorfogo hablaba de forma bastante entendible.
La bruja respondió el saludo del niño y hablo un momento con él, aparentemente acababa de descubrir que su cabello también podía ser Violetta si lo quería, jugaba en la sala del departamento con un pequeño maletín y pócimas falsas, un regalo de Draco.
— ¿Qué harás el fin de semana?¿Visitaras a tus padres o te quedarás en el campus estudiando, de nuevo? –
Vamos Hermione dile sobre la fiesta.

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¿Ese es tu novio?
FanfictionHermione decide estudiar en una Universidad Muggle y sus amigas, en serio, quieren conocer a su misterioso novio. Dónde Hermione no cree que Ron pueda convivir con muggles y a Harry en serio le molesta que las compañeras de su amiga vean a Draco. Fa...