Be Mine ll Tony López y tú

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Al día siguiente desperté en mi cama junto a él, al parecer ya estaba despierto desde hace rato. Apenas abrí los ojos y vi que me miraba con una sonrisa en su rostro.

—Buenos días─ sonreí

—Quiero que la boda sea ya — Tony me abrazó.

—¿Podemos esperar al menos un par de meses?—pregunté.

─¿No quieres casarte conmigo?─ puso una cara triste

─No es que no quiera pero, apenas tienes 21─ mordí mi labio─ pienso que debemos esperar al menos unos dos o tres meses, deja que yo cumpla 20─ lo besé.

—No quiero esperar — mordió su labio

—Tienes que hacerlo— reí

—Al menos mientras esperamos vamos a plantear la idea de la boda. — me abrazó.

—Bien... Me encargaré yo de eso. No quiero una boda muy grande.

—Claro que no, pensaba si podemos casarnos en Roma— besó mi mejilla

—¡Tony!— exclamé.

—¿No te gusta? ¿Que te parece en Rusia? — preguntó

—No— contesté en seco

—Tienes razón, hace frío. ¿Las Vegas?

—Ninguna de las anteriores — reí

—¿Por qué? — puso su cabeza en mi pecho

—Crecí en una familia donde el único lujo era que me llevaban a comprar helados cada viernes en el verano, apenas costaba cincuenta centavos de dólar. —acaricié su cabello

—Entiendo, pero tu novio es el hombre con el puesto de número nueve más rico del mundo . Puedes pedir lo que quieras y yo te lo daré — besó mi frente — Te mereces todo en este mundo.

—Veremos lo de la boda más tarde. ¿Está bien?

—Bien, hay que ir al trabajo. — ambos nos levantamos de la cama.

—Te veo en la oficina — lo besé

—Claro — él se fue y yo me quedé a tomar un baño en mi departamento

(...)

—Hola futura señora López — Lucas me toma una foto apenas entro al edificio.

—Hola, ¿por qué me dices así? — le quito el celular para ver como salí en la foto —Agh, mucha papada.

—¿No has visto las notas de las noticias y periódicos locales? — preguntó

—¿Quién ve el periódico? No he visto nada.

—Se hizo muy viral la noticia de que el jefe te pidió matrimonio ayer— caminó detrás de mi.

—Bueno, por lo visto no era muy privado en donde fue que me pidieron matrimonio. — suspiré y llamé al elevador.

—¿Entonces es cierto? — llevó sus manos a su boca e hizo cara de sorpresa.

—Buenos días — La voz de Tony se hizo presente a nuestras espaldas.

—Buenos días, señor López — Saludó Lucas.

—Hola — me besó.

—Hola — sonreí

—No harás nada esta tarde. — las puertas se abrieron.

—Al parecer no— me tomó de la mano y entramos.