Capitulo 170

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Santiago.


Salí del trabajo temprano para buscar la moto de Lara.

Hoy tal vez el día estuvo tranquilo. 

Lara me ignoraba por completo, para mi mejor. No sabia que bicho le había picado está vez. Pero tampoco era algo que me interesará mucho.

Buscaría su moto y la pararía en su puesto de estacionamiento. Ni siquiera quería avisarle que estaría lista o que la iría a buscar.

Mi teléfono vibró en el bolsillo y lo saque mientras lo ponía en altavoz por el carro para escuchar la llamada.

–Hola, quien es?

–Hijo.-

Era mi madre. Quería colgarle. No hablaba con ella desde que decidieron despojarme de mis bienes.

Bueno tal vez, bienes que ellos siempre me habían dado. Así ue como tal no eran míos.

No le importó dejarme prácticamente pobre y en la miseria.

–Hola Olimpia.-

–Santiago quería disculparme contigo hijo mío. Yo se que fue duro, pero era lo mejor para todos. 

–Nunca has hecho algo bueno para mi, ni siquiera sabes lo que me conviene en esta vida.

–Hijo, eso no es así. Te conozco y claro que se que es lo que te conviene. 

–Como con lo de Lili. Ahí sabias tanto lo que me convenía, destruirte mi vida.- mi odio incrementaba.

–Santiago si quieres puedo solucionar este problema. Sabes que no puedes vivir sin dinero.

–Ya solucione por mi parte. No los necesito. Como siempre lo hice. Solucionar solo.

Olimpia se quedo callada.

No tenía nada que decir, porque sabía que todo lo que había salido de mi boca era verdad.

–Te acuerdas la vez que me caí de un árbol y grite durante horas tu nombre en el piso llorando. Nunca viniste, hasta que apareciste y me dijiste que tenia que ser un hombre y que podía pararme solito. Que no fuera un niño débil.

–Aprendiste ese día.

–De que hablas madre? Me dejaste solo de nuevo y mi tío me tuvo que llevar al doctor. PORQUE SE ME ROMPÍ UNA PIERNA. No sabes como ser una madre. Nunca sabrás.- colgué.

Necesitaba betar muchas personas de mi vida. Y los principales eran mis padres.

La moto quedo mejor que antes. Les pedí el favor que si podían llevarla a la dirección de las residencias.

En mi carro por obvias razones no entraba.

Daniela me saludo, Torcí mis labios y me di sonreí. Era lo único que podía hacer.

Daniela ya había pasado al plano de chicas ignoradas.

Salí de ahí antes de que se acercará a saludarme.

En el estacionamiento de la residencia colocaron la moto de Lara. Me sentía nervioso por ver su expresión. Dejaría que se diera cuenta sola.

Ya podía sentirme más aliviado por el problema de la moto y así tal vez la convencería de regresarme mi Ferrari.

Vi una figura delgada acercándose, al lugar de la moto. Me escondí en mi carro rápidamente.

Lara se acercó y su cara era de sorprendida. Vi que lo analizó por un momento y después sonrió.

Mi corazón comenzó a latir más fuerte, podía escuchar cada sobresalto. Las manos me estaba sudando..

No entendía nada de esto que me estaba sucediendo.

Era un ataque de pánico? 

 Voltee y me recosté del asiento para lograr tranquilizarme.

Que demonios me estaba sucediendo con patito?






Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora