Cocinemos Juntos

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Estaba buscando algo interesante que ver. Bajaba por la galería que le mostraba la plataforma. Nada. Solo había títulos que ya había visto o que no le lograban llamar la suficiente atención. Hasta llegar a una sección que nunca veía.

- ¿Beastars?... ¡Eso es de otakus! Esto es para el calvo tóxico - se quejó, lanzando el control al otro lado del sofá donde estaba.

Y en ese instante se escuchó un estruendo, que hizo saltar del susto al moreno.

- ¡Auron! - se escuchó por la habitación.

"Mierda. Dios, soy yo de nuevo" se dijo, encogiéndose en sus hombros, pero al mismo tiempo inclinando ligeramente su cuerpo hacia delante, para mirar en dirección a la puerta de entrada. Ahí vio como un ajetreado castaño, más alto que él, dejaba algunas bolsas de compras en el suelo y se sacaba las zapatillas de lona. Después de despojarse de ellas, fue corriendo donde el chico que se encontraba en el sofá. Éste sintió pánico.

- ¡Auron! - volvió a gritar al momento que se tiraba con efusión al sillón, junto al mencionado - ¡Mira lo que compré! -  le dijo acercando la portada del pesado libro ilustrado, que poseía entre sus manos, al frente de los ojos de Auron, sin que pudiera realmente enfocar bien lo que le mostraba - ¡Es un libro de repostería! - le explicó, entusiasmado Luzu y se dispuso a hojearlo, acomodándose al lado del chico.

El azabache dio un respingo. "Menos mal" se dijo mentalmente. Y relajó su semblante. Miró al castaño y sonrió.

- ¿Y eso? ¿Te interesa? - le preguntó curioso, abrazando al delgado chico, mientras se acercaba a ver el libro con él.

- ¡Si!, además que lo encontré en oferta, así que aproveché - le contestó con una sonrisa genuina, Auron lo admiró. -Dice todo, hasta la dificultad... ¿Por qué no probamos hacer algo? - lo miró con una ilusión que no podía ser ignorada, por el chico a su lado. Este no pudo retener una sonrisa.

- Por supuesto - y terminando de contestarle le dio un beso sublime en los labios. Después de darle el beso se quedaron mirando. Luzu tenía un pequeño e imperceptible rubor y Auron una sonrisa ladina.

Hace aproximadamente un año y medio habían comenzado su relación formal, y apenas hace unos 2 meses habían decidido irse a vivir juntos. Habían pasado mucho juntos, desde traiciones hasta perdonarse el uno al otro. Habían pasado de insultarse por resentimiento a llamarse de forma cariñosa, hasta posteriormente, a compartir y saborear sus labios. Desde ahí se habían unido mucho más, pero a pesar de todo el tiempo que habían pasado juntos, Luzu seguía avergonzándose y ruborizándose por cada muestra de cariño que Auron le daba, no le molestaba, para nada, pero se sentía tan irreal y bello, que se sentía como el primer día. Y eso Auron lo sabía, por lo que le encantaba picarlo.

- ¿Qué podríamos probar hacer? - quiso desviar un poco la atención que estaba recibiendo de parte del menor.

- No lo sé... algo sucio - le dedicó un movimiento de cejas con un claro mensaje.

- ¡Auron! - le gritó, mientras se hundía un poco entre sus hombros - ...Pero que sopa de veneno eres...- le recriminó y le propinó un empuje con su cuerpo. Al final ambos terminaron riendo, hasta que se fueron calmando hasta apagarlas por completo.

- Veamos qué podemos hacer juntos ¿va? - le depositó un beso delicado en la mejilla, el chico del piercing, a quién sostenía el libro de repostería.

Hojearon por unos pocos minutos las páginas del libro, para ver si había alguna receta que resultará fácil, con pocos ingredientes y que los convenciera a los dos. Hasta que llegaron a una receta que parecía fácil de preparar, con una fotografía que hacía relucir su preciosidad y apetencia. Ambos se miraron al mismo tiempo y asintieron. Ya sabían cuál probar.

Cocinemos Juntos ~ LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora