¿Qué le ha pasado a Bakugou?
¿Bakugou estas bien?
¿Qué pasaría si Bakugou un día cambia su actitud de la noche a la mañana?
Creditos de las imágenes a sus respectivos autores, los personajes no me pertenecen así que créditos a su respectivo autor.
Ahí se encontraban los jóvenes alumnos de la prestigiosa academia para héroes U.A, muchos habían ido a parar al hospital, y entre ellos se encontraba Bakugou Katsuki quien estaba siendo llevado al área de emergencias, pues había sido gravemente herido, mientras que en otro mundo un chico era llevado al hospital pues este había intentado suicidarse, y lo estaban perdiendo.
De la nada, en un lugar desconocido se encontraba él rubio cenizo, junto a otro chico, uno de estatura un poco más baja que el otro, Bakugou estaba impaciente no sabía dónde estaba, y él otro chico simplemente permanecía parado en su lugar, mientras jugaba con el largo de las mangas de su sudadera, hasta que un hombre misterioso apareció delante de ellos.
Bakugou - ¡¿Quién mierda eres?! - su tono era de molestia -
¿? - Yo, bueno yo soy un dios encargado de vigilar solamente, pero ustedes dos han llamado mi atención y ustedes están muertos, pero con lo generoso que soy les daré una segunda oportunidad - dijo tranquilamente mientras una taza de té aparecía de la nada y este bebía un poco -
¿? - D-disculpe señor dios, ¿pero que clase de oportunidad nos dará? - ocultaba su rostro con sus brazos -
Dios - Bueno, la oportunidad es que regresen a sus cuerpos - dijo mientras tomaba asiento en un trono dorado que había aparecido de la nada -
Bakugou - Tsk... Yo así estoy bien, si morí, morí como un héroe no necesito otra oportunidad - miro molesto al dios -
¿? - Yo si quiero esa oportunidad - alzo un poco su mano tímidamente -
Dios - Bueno chico, adiós espero aproveches esta segunda oportunidad - alzó su mano, señaló al chico y una luz brillante rodeo al chico -
Después de un par de minutos cuando el dios estaba por irse cierto rubio cenizo, se le acercó a este.
Bakugou -¡ Sabes que, si quiero esa estúpida oportunidad dios de pacotilla! - miro a este de arriba a bajo como examinandolo -
Dios - Bueno, adiós chico, espero tengas una buena vida jeje - se río un poco y rodeo al joven cenizo con aquella luz brillante, para que este desapareciera de su vista - Esto va a ser divertido ~
En otro mundo, más en específico en uno donde la profesión de héroes es posible, se encontraba un chico rubio cenizo despertando en la cama de un hospital, miraba todo confundido, miro sus manos las cuales estaban cubiertas con vendas, pero lo que le pareció raro fue ver a un chico de cabello verde y ojos esmeralda, no lo había visto antes y este estaba en una camilla al lado de él, todo le era muy confuso al chico.
En otro mundo diferente uno más normal, en donde no existen las particularidades se encontraba un joven abriendo los ojos, mientras que una mujer de cabello cafe oscuro y ojos del mismo color, se encontraba en la orilla de la cama llorando, él chico la miró, se sentía raro, miró que sus brazos tenían vendas pero lo que lo sacó de su trance fue la voz de la mujer.
¿? - ¡Yami, Yami mi bebé!, ¿como te sientes cariño?, si te sientes mal puedo llamar al medico - la mujer sujetaba las manos del joven - no vuelvas a meter un susto así mi niño.
Bakugou - (Yami mi nombre es Katsuki, ¿pero quien es esta señora?, nunca antes había visto una habitación de hospital como esta) - se puso a mirar todo a su alrededor, había una maceta con una planta cerca de la ventana - (no esté no es el hospital en donde suelo estar y está señora me dijo mi niño, solo actuare un poco y si me equivoco ya veré que hago) - suspiro un poco - ¿Mamá?
¿? - Si cariño, ¿necesitas algo? - la mujer miro al chico con los ojos llorosos -
Bakugou - (Maldición... No puede ser, ese estúpido dios me envió al cuerpo del idiota que estaba ahí conmigo) - No, nada mamá. - le estaba costando mantenerse tranquilo y sereno -
¿? - Cariño, iré a ver al médico no te muevas, y te traeré algo para que comas mi niño - la mujer salio de aquella habitación-
Él joven se quedó solo en aquel cuarto, y solo maldecía en voz baja se dio cuenta de algo, no se había fijado mucho en la apariencia de aquel chico, de hecho a duras penas la recordaba, algunos pequeños mechones blancos había en su frente , se miró con más atención y busco algo en lo cual pudiera reflejarse, por suerte en un buro a lado de la cama había un celular, basto para ver su reflejo.
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Bakugou - (Este idiota tiene rasgos algo afeminados, que puta mala suerte tengo) - se miraba molesto -
Al poco rato entro un medico, el cual le explico algunos que otros cuidados en estos días, pues él muy tonto al menos ante Bakugou, se había intentado suicidar pero al encontrarlo su madre fue llevado al hospital lo antes posible.
Bakugou estaba molesto y el nombre del chico le parecía molesto para empezar el ridículo apellido Izuhara y luego para colmo Yami, más mala suerte no podía tener el rubio cenizo que internamente deseaba explotar el lugar, pero también se dio cuenta de que no tenía quirk alguno, por lo que empezó a sospechar alguna que otra cosa pero no sacaría conclusiones tan rápido, trato de mantenerse lo más sereno posible pues no sabía mucho de su entorno y ahora debía de investigar todo lo que pudiera para saber que hacer.
Mientras que el chico de nombre Yami, el verdadero se encontraba atrapado en el cuerpo equivocado, no sabía que hacer y se había puesto ya nervioso, un pecoso de ojos esmeralda lo había cautivado con su bella sonrisa, pero eso no quitaba lo asustado que estaba, pues se había dado cuenta de que no estaba en su cuerpo, de que no estaba en su mundo, y que tenía un amigo de la infancia muy lindo, ah y por último que a donde había ido a parar existía eso de las particulares.
Era mucha información que procesar, y como se dio cuenta de todo esto, pues gracias a internet ya que había revisado el celular del cenizo el cual por suerte no tenía contraseña y ahí fue cuando se dio cuenta de todo, no sabia como hablarle al pecoso el cual le llamaba con un lindo apodo "Kacchan" esa dulce voz deleitaba sus oidos, pero no sabía si era correcto hablar o no, no sabía como se llevaban ambos tal cual, solo sabía que eran amigos de la infancia y eso por que el pecoso le contó unas pequeñas anécdotas aunque lo demás ya no lo entendió por que él pecoso empezó a murmurar.
Ahora dos chicos se encontraban en cuerpos diferentes, y para colmo en dos mundos completamente diferentes uno en donde los poderes existen y en otro donde no hay nada de eso, cada uno tendría que ver la manera de cómo llevar esa situación.
