"Me declaro culpable"
Fiorella
—Fiorella.
Massimo se encuentra de pie frente a mí. La expresión preocupada en su rostro me lleva a la confusión ¿Qué está haciendo aquí? Más bien ¿Dónde estoy?
Miro a mi alrededor y puedo ver que puedo ver es oscuridad. No hay edificios, personas o algo que me ayude a identificar dónde nos encontramos, pero por más que trato no lo consigo. Estoy atrapada en un lugar desconocido con la última persona que quiero ver en estos momentos.
—¿Qué estás haciendo aquí? —inquiero.
—Eso no importa. Debemos irnos, nos esperan.
Intenta acercarse a mí, pero yo reacciono antes y le grito:
— ¡Aléjate! ¡No te quiero aquí! —la desesperación comienza a embargarme, y es ahí cuando entiendo sus palabras — ¿Irnos? ¿Irnos de dónde?
Ahora es él el que no entiende lo que estoy diciendo. Su ceño se frunce y sus hombros se tensan.
—Te han secuestrado —espeta con voz dura —. Alguien te abordó después del cumpleaños de Cai.
De repente mi sangre se convierte en hielo, y cuando quiero llevar mis manos a mi rostro, el dolor escuece en mis brazos. No puedo moverlos. Cuando miro hacia abajo, noto que estoy atada a una silla con una cadena que rodea todo mi cuerpo. Mis piernas están inmovilizadas también.
Estoy atrapada.
Me muevo con desespero, tratando de liberarme, pero nada funciona. Mis ojos sueltan lágrimas de furia por la situación el que me encuentro ¿Cómo terminé aquí? ¿Quién demonios me secuestró? Volteo a ver a Massimo, quien solo está de pie frente a mí.
—Has venido muy rápido ¿Cómo me encontraste tan fácil? —inquiero.
—Fiorella, no... —su voz se corta. Es ahí cuando me preocupo —. No te he encontrado. Han pasado años y no pudimos dar contigo.
— ¿Qué? ¡¿Qué demonios estás diciendo?! ¡Estás frente a mí! —Las lágrimas salen con más fuerza. Por favor, que todo esto sea un mal sueño.
Muevo las cadenas con más fuerza, infringiéndome dolor para así poder despertar, pero nada funciona. No despierto.
—Lo que más temía se hizo realidad, alguien te llevó de mi lado y no pude hacer nada para salvarte. Danilo llegó tarde y no pudo ayudarte. Te busqué por cielo, mar y tierra. Después de quince años de no saber de ti..., yo ya no podía con la depresión y la culpa de haberte llevado a ese fatídico destino.
—Massimo, ¿Qué me estás queriendo decir? —Mi pecho sube y baja con rapidez, apenas y puedo respirar.
—La culpa me carcomía, vita —solloza —. Al no encontrarte, tomé mi arma y me di un tiro en la cabeza. Llevo más de diez años muerto.
Mis entrañas se retuercen con violencia, mientras que mi mente distorsiona cualquier razón que existía en mi mente. Es entonces cuando la visión que tengo de Massimo cambia por completo. Ahora sus ropas se encuentran bañadas de sangre que brota de su cabeza, donde se encuentra un gran agujero, producto de una bala. En su mano izquierda sostiene el arma que le quitó la vida, y sus ojos... aquellos orbes verdes que alguna vez me dieron vida, ahora se encuentran apagados.
Mi amor ha muerto.
No estoy segura de qué tan fuerte grité, lo único que pude sentir fue el ardor del infierno en mi garganta cuando esta dejó salir todo lo que mi cuerpo estaba conteniendo. Mi cabeza da vueltas sin parar, y creo que para este momento he quedado trastornada.
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Massimo (Familia Peligrosa I) ©
Roman d'amourFiorella Brown está sumergida en el infierno. Después de un trágico accidente, se ve obligada a estar bajo las órdenes de su padre y de su hermana, quienes se aprovechan de ella, convenciéndola de que es la causante de todos sus males. Sin nada de e...