Todavía no sabíamos nada de ella. Esperábamos sentados si poder hacer nada ni saber nada.
Cada segundo se sintió como una eternidad. Cada segundo recordaba a ella, con su ropa manchada en ese líquido rojo.
Desearía haber tenido más tiempo.
Unas horas antes.
Diana corrió hacia su amiga. Comenzó a presionar en el lugar para no dejar que la sangre siga saliendo.
—Anne, no cierres los ojos, quédate conmigo, ¿sí? Hazlo por mí. —dijo entrando en pánico.
—Diana, si algo me pasa, te amo. No lo olvides. —respondió su amiga respirando con dificultad.
—No digas eso, por favor...
Para su suerte, llega corriendo Gilbert para ver a su amada.
—¿Hace cuánto está así? —pregunta rápido.
—Unos minutos. —contesta Diana con un nudo en la garganta.
—Anne, Anne, ¿me escuchas? —dice Gilbert moviéndola un poco.
Ella despierta gracias a la voz reconocida de Gilbert. Tose un poco, pero asiente, haciendo una mueca.
—Anne, te voy a pedir que te quedes conmigo y no cierres los ojos. Por favor, sólo... quédate conmigo, maldita sea. —le dice lo último en un susurro.
—Anne, por favor, resiste. —suplica su amiga.
—Diana, llama a la ambulancia, ahora mismo. No me voy a ir sin intentarlo.
Anne escucha las palabras alejadas de ella, como si cada vez que alguno habla lo hace desde un par de metros.
Después de unos minutos de dolor y pánico, llega la ambulancia.
También lo hace la policía, quién detiene a los disparadores.
Se suben como pueden a la ambulancia, mientras ven a su amiga ser llenada de vendas en la zona media de su abdomen, llena de sangre.
—Resiste, Zanahorias. Eres la persona más fuerte que conozco. —soltó de la nada Gilbert, quién sostenía su mano fuerte.
En menos de lo que esperaban, llegaron al hospital.
Anne sintió como se movía. La estaban trasladando de un lugar a otro. Escuchaba voces ajenas que decían lo que tenían que hacer con ella.
Intentó con todas sus fuerzas abrir los ojos. Pero su cuerpo no podía.
Solo podía pensar en Gilbert.
—Niños, no pueden pasar. Tienen que esperar. Los ayudaré a limpiarse.
Gilbert hizo todo lo posible por intentar llegar a ella, a su pelirroja, pero no se lo permitieron.
—¿¡Por qué ella!? ¡Maldita sea! —maldice.
Presente.
Llevamos una puta hora esperando a tener noticias sobre ella. Sus padres llegaron, quienes no pudieron aguantar lo sucedido y lo único que esperan es que esté bien.
Todos lo esperamos.
Todos estamos esperando a que llegue un maldito doctor a decirnos que ella esta viva.
Todos estamos esperando a volver a abrazarla con todas nuestras fuerzas para poder seguir pasando momentos hermosos.
Esos momentos que yo no tuve, por idiota.
También están recibiendo otras personas de la escuela que fueron heridas y otras casi en coma.
Jane recibió un disparo en el hombro.
Josie cerca del cuello.
Ruby se salvó.
Con Diana no pudimos decir ni una sola palabra.
Nos carcomían nuestros propios pensamientos.
Ella tiene la mirada perdida.
Yo paso nervioso e impaciente mis manos por la nuca.
Trato de mantener mi respiración constante.
En lo que pienso, llega un doctor.
—¿Familia Shirley? —llega un doctor con varios de ellos detrás. Ambos padres se levantan tomando sus manos.
—Sí, ¿como está nuestra hija?
Veo el rostro del médico con detenimiento.
No. Por favor, no.
—Ella... no lo logró. Lo sentimos mucho.
Esas palabras fueron como mil estacas incrustándose en mi corazón.
Escucho los fuertes llantos de sus padres, mientras se unen en un abrazo.
Diana solo llora. Trata de esconderlo, pero no puede.
Yo. Yo solo... me hundo en lo más profundo de mi ser.
Ya no está.
Y no hay nada que pueda hacer para cambiarlo.
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𝐒𝐢 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐦𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐚, 𝙩𝙚 𝙖𝙢𝙤. | 𝚜𝚑𝚒𝚛𝚋𝚎𝚛𝚝. [TERMINADA]
Фанфик𝖢𝗈𝗋𝗍𝖺 𝖺𝖽𝖺𝗉𝗍𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝖽𝖾: "𝗦𝗶 𝗮𝗹𝗴𝗼 𝗺𝗲 𝗽𝗮𝘀𝗮, 𝗹𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼". [ᵛᵉʳˢⁱᵒ́ⁿ ᵃⁿⁿᵉ ʷⁱᵗʰ ᵃⁿ ᵉ]