Locked out of heaven

Decidió ponerle una pausa a su entrenamiento, había entrenado mucho, podía sentir con el pasar de los días cómo su fuerza aumentaba, aunque todavía no había logrado transformarse en super saiyajin podía sentir cómo faltaba poco para lograrlo...ya estaba a nada de convertirse en el legendario y superar al idiota de Kakaroto.

Por el momento descansaría, daría una vuelta, comería algunos platos para saciar su hambre, quién sabe y hasta podría molestar a una hermosa y escandalosa mujer peliazul.

Una sonrisa ladina salió de sus labios ante aquel simple pensamiento.

Dando una caminata por la terraza por la mansión, apreció el paisaje que estaba a su delante, sintió una sensación rara al admirar el atardecer. Era algo que no podría describir, se sentía en calma, en paz...algo que especialmente un guerrero de clase alta como él no debería estar sintiendo ese tipo de emociones, no debería acostumbrarse a este planeta...se suponía que pronto lo destruiría una vez que venza a Kakaroto, no debería tomarse ciertas comodidades.

Decidido a irse de una buena vez y volver a su entrenamiento, decidió darse la vuelta; sin embargo, para su sorpresa pudo visualizar a una hermosa mujer peliazul llevando entre sus manos un aparato tecnológico en forma de cuadrado al patio central.

Su curiosidad creció, se preguntaba qué cosa hacía aquel artefacto y qué haría Bulma con ello. Le dio una mirada de suspicacia, una mirada que pasó totalmente desapercibida por ella que sin darse cuenta que él estaba ahí, puso el aparato en una mesa, tocó algo y sonidos empezaron a escucharse por todo el patio.

Perfecto...la mujer estaba haciendo otro de sus escándalos... No es que estuviera de buen humor para soportarlo, si no que quería saber qué se traía en manos aquella peliazul.

Tal fue su sorpresa al verla bailar al ritmo de la música.

Sus penetrantes ojos negros no podían dejar de verla, apreciarla, admirarla... la manera tan delicada que se movía, la forma en la que su cabello bailaba al compás de sus pasos, sus caderas moviendose sensualmente, y ella...tan hermosa a su manera.

Los pasos de baile que ella hacía iban acordes a la canción, sus brazos balanceándose, sus largas y finas piernas moviéndose, nunca supo que podría existir un escenario tan hermoso para admirar...verla bailar. Y es que no solo era su baile lo que lo tenía cautivado, era la letra de la canción lo que describía a la perfección lo que él nunca aceptaría por esa hermosa mujer peliazul.

Never had much faith in love or miracles (miracles) (Nunca tuve tanta fé en el amor o milgaros)

Perfecto, esta canción hablaba de sentimentalismos. Algo que por supuesto él no escucharía, él no creía en el amor ni en esa clase de milagros que cometen las personas como los estúpidos terrícolas con sus parejas. Una pérdida de tiempo, algo que no valía la pena creer.

Never wanna put my heart on the line, uh! (Nunca quise que mi corazón lo aceptara)

No sabía porqué pero cada vez que la veía, especialmente ahora, sentía su corazón palpitar fuertemente. No sabía qué tenía esa mujer que lo volvía así, una simple mirada, una simple palabra, un simple movimiento de ella y lo ponía de mil formas... mil formas que él nunca había pensado sentir por una mujer como ella.

But swimming in your world is something spiritual (spiritual) uh! ( Pero nadar en tu mundo es algo espiritual)

Pero nadar en tu mundo es algo espiritual.... Entendía la metáfora, sabía a lo que se refería.

Vio a la peliazul bailar con total libertad, sin miedo a la vergüenza.

Esa personalidad suya era atractiva, calmante, hermosa, relajante... hablar con ella, escuchar y ver sus labios articular las palabras era placentero; ser testigo de lo fuerte que puede ser su inteligencia era admirador; apreciar cada rasgo femenino de su rostro era hermoso; tan solo tener el mínimo contacto con ella era electrizante; y verla aquí bailando de manera tan atrevida y libertina, era espléndido.