M E A T R A E S ( Finn Wolfhard y Tú)

Capítulo 37

— Todo de acuerdo al plan —

Narra Finn:
Mi carro tuve que venderlo de alguna manera, el dinero que obtuve lo guardé muy bien para no perderlo. Sadie pasó por mi, cambió demasiado,  se ve más profesional de lo que ya es. Al salir de la camioneta al lado suyo se encontraba un hombre, cabello rubio, barba y sumamente arrogante. En cuanto iba a presentarme este solo estrechó mi mano con la suya dandome ordenes de que el tiempo es oro y que no hay que desperdiciarlo. Su conductor agarró mi maleta para echarla en la cajuela mientras yo abordé al automóvil. Estando ahí Sadie abordó dandome una leve sonrisa junto con aquel hombre.
Podía ver que ella esta un tanto incomoda debido a que ese rubio trata de rodear su cintura o simplemente le coquetea.

— carraspea la pelirroja antes de hablar —. Bueno, ¿qué planeas hacer? — me tomó desprevenido para decirle “¿Qué?” —. ¿Qué vas a hacer cuando tengas enfrente tuyo a Cooper? —.

— No lo sé. Jamás creí que ahora las cosas están yendo rápido — admito. Rueda los ojos. En su bolsa saca un portafolio, me lo extiende —. ¿Qué es? — digo —.

— Cierra los ojos, la página que escojas será el plan — frunso el ceño —. ¡Sólo hazlo! — dice irrirada. Hay una mueca. Cierro los ojos, siento que son demasiadas hojas y no puedo decir cual por lo que cierro el portafolio. Y lo abro en la página que quede —.

Sadie lo toma. Puedo escuchar que aquel hombre y ella se notan emocionados (extrañamente).

— ¿Puedo abrirlos? —.

— Si — suspiro y los abro —. ¿Cuál es el plan? — ella sonríe —.

— Es... —.

(...)

Quedé atónito tras saber el plan. Llegando al aeropuerto no podía parar de tener un rostro de idiota por lo que haría. Es demasiado y muy melodramático. Recorrimos pasillos y dimos con el jet privado que el rubio (que sigo sin saber su maldito nombre) se ofreció a prestarmelo para ir de una vez a ______(t/p).
Al abordar me di cuenta que no sol sería Sadie y ese hombre que me acompañarían, también eran Chosen, Jack, Jaeden, Sophia, Wyatt, Jeremy, Caleb, Noah, Cassie, Jacob, Aidan, Alexandra... Diablos, no sé qué decir. Estoy sorprendido.

— También vendrán con nosotros — ellos se levantan a abrazarme. Literalmente un abrazo grupal —.

— No puedo creer que ustedes estén aquí — comento —.

— No te dejaríamos hacer esto tú solo — musita Sophia —.

— Más te vale que hayas escogido el plan número siete, es el mejor — admite Caleb —.

— Lamento decirte que escogí el once — contesto a lo que todos gritan emocionados —.

— ¡Estás loco! — exclama Jaeden —.

— Creo que tendremos que apresurarnos si queremos que ese plan se ponga en marcha — aclara Jack —.

— Yo sólo estaré ahí por comida — habla Chosen bromeando —.

— Por suerte pude conseguirlos — dice Jeremy sacando una caja roja de terciopelo —.

— Cassie y yo nos encargamos de las decoraciones, será genial, te lo aseguro — habla Jacob —.

— Conseguí los atuendos y el vestido — comenta Aidan orgulloso —.

— Puede que yo me encarga de... Ya sabes — masculla Wyatt guiñando un ojo —.

— Si, si... Bueno yo haré una llamadas para que todo esté listo. Por el momento hay que relajarnos y disfrutar — pone orden Sadie —.

Todos toman asiento. Quedamos cerca unos con otros. El avión despega. A mi costado derecho se encuentra Sophia.

— ¿Ya pensaste lo que le dirás? —.

— Si... — digo inseguro —.

— No eso. Lo que le vas a prometar estando en... Ya sabes, lo que se hace en ese tipo de eventos — niego —.

— Estoy tan preocupado en cómo voy a lucir en vez de lo que le diré. Es algo arriesgado. ¿Qué tal si me rechaza y no quiere regresar conmigo? — inquiero —.

— Cooper no es así. Ella valora lo que haces. ¿Recuerdas la primera vez que nos la presentaste? Se veía tan orgullosa de tí cuando nos hablaste de tus nuevos proyectos — sonríe —. Si fuera tú la hubiese buscado desde el primer día del rompimiento — sonrío de lado tras lo que dice —.

— Espero sea feliz en estos momentos — susurro —.

— Recuerda Finn, esta es tu historia y no debe acabar así. No puedes rendirte — asiento —. Más te vale que no tartamudees estando frente a ella — carcajeo —.

— Tranquila, no pasará —.

— Sino yo misma terminaré tu historia —.