Capítulo 11

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CAPÍTULO ESTRELLA 14/12/2020: KoreiusBooks No lo sé, pero yo quiero su trabajo

Capítulo 11| ¿Qué tipo de cliché eres, Ashton Carter?

Sus manos sobre su abdomen desnudo no era algo que me resultara incómodo para ser sincera. Aunque debía admitir que aquel cuerpo frente a mi era el mejor que había visto en los últimos tiempos. Negué con rapidez apartando los pensamientos impuros que me habían invadido sobre sus abdomen y mi lengua.

—¿Está cómoda mi cama?

Ashton no me observó, se quedó en la misma posición, acostado completamente en mi cama, observando el techo como si de una aparición divina se tratara, y sin camiseta. No piensen mal, se que tienen la mente sucia y puerca, pero todo se debía a que al parecer el cliché número dos no sabía tomar agua de forma correcta y se tiró todo el líquido en su ropa.

—¿Te has dado cuenta de que tienes una mancha de humedad con forma de lagartija? —comentó con tranquilidad, lo veía cien veces más tranquilo que la vez anterior. 

Quizás era porque sabía que no tendríamos sexo.

Elevé mi rostro hacia arriba y mis ojos se clavaron en la mancha de humedad de la que él hablaba, pero no podía ver nada. 

—Hoy cuando recueste la cabeza en mi almohada, te juro que intentaré ver de que lagartija hablas, pero ahora —clavé sus ojos en él con decisión —, tenemos una clase, de la que vas perdiendo diez minutos.

Ashton suspiró y cerró sus ojos un momento, no estaba a gusto allí, conmigo, con las clases... ¡INSOPORTABLE! nadie lo estaba obligando. 

De un salto se incorporó y llevó sus pies al suelo para sentarse en los pies de la cama y observarme con mirada cansada.

—¿Qué tengo que tocarle a una chica?

Fue directo, me gustó. Yo hubiera dicho algo más vulgar, pero aceptaba sus palabras.

—Las zonas erógenas —respondí con seguridad —, y no se limitan a el clítoris o los senos.

Se sonrojó un poco, hasta quizás me parecía tierno, no recuerdo muy bien qué fue lo que pensé en ese instante, pero tengo grabada su mirada avergonzada en mis retinas y no logro comprender la razón.

—Entiendo —murmuró mientras bajaba la mirada a sus manos y de forma distraída hacia girar un anillo de coco en su dedo. 

Suspiré y me incliné un poco hacia delante, moví mi silla y quedé muy cerca de él, pero no invadiendo su espacio personal. 

—Escucha, Ashton... si estás obligado aquí, puedes irte. Si no quieres tener sexo, no lo tengas. No te obligues a hacer las cosas o quieras cumplir un estándar, no eres el primer ni último chico con estos miedos a sus dieciocho años. 

Le sonreí de manera inconsciente, a veces me salía ser un pan de Dios, y otras veces era una yegua, hoy él había tenido suerte de mi buen humor. 

Carter elevó su rostro y me observó, una pequeña sonrisa se deslizó por sus labios, una de esas sonrisas que te dejan ver todo y nada al mismo tiempo... de esas sonrisas que...

—Es un poco incómodo tener una reputación de macho inalcanzable pero en realidad haber dado tu primer beso solo meses atrás.

¿Qué tipo de cliché eres, Ashton Carter?

—Besar de chico tampoco es bueno —comenté con sinceridad —, a mi me llenaron la boca de mocos cuando di mi primer beso a los once.

Él dejó salir una carcajada espontánea. 

—Eso debió de ser traumante.

—No quise volver a intentarlo hasta... —me detuve.

El recuerdo me invadió, sus labios, sus manos, su mirada, su voz llamándome a escondidas...

—¿Hasta? —cuestionó el rubio frente a mi, pero solo negué y volví a colocarme recta en la silla.

—Es fácil, las mujeres tenemos el noventa y nueve por ciento del cuerpo sensible, no importa donde toques, si nos gusta el chico, nos gustará que nos toque —expliqué y me puse de pie para tomar la libreta y bolígrafo de sobre el escritorio, sentí su mirada sobre mi en todo momento, pero no me preocupe. Con aquello en mis manos, volví a mi lugar —Los labios —lo miré —los besos son importantes, aunque no necesarios, usar la boca en otras partes del cuerpo se vuelve más tentativo. Orejas, cuello, nuca, muñecas, manos, pies, senos, estómago. Empezar por las orejas, cuello, pechos, estómago, vientre... ya sabes. Pero no vayas a hacer sexo oral de primera si no hay confianza, no será grato ni cómodo para ti, detiene en el vientre. ¿Ailyn es virgen? —solté de manera acelerada.

Mi pregunta lo tomó por sorpresa, pero debía pregunta. Al inicio había dado por hecho de que ambos iban por el mismo camino, pero aquellos mensajes me hacían creer que esa chica estaba más experimentada en el terreno sexual que él. Y eso podía ser un indicativo de su falta de confianza también, los hombres tenían mucha presión social, cuando una mujer dice que es virgen, lo ven genial, pero si un hombre lo hace... empiezan las bromas. 

Frotó la palma de sus manos de manera nerviosa sobre sus vaqueros y desvió la mirada hacia la ropa sucia sobre una silla en la esquina de la habitación.

—¿Eso importa? —cuestionó aún sin observarme y pude notar un poco de tono defensivo.

—No estás siendo atacado —aclaré —. Y si, lo hace. Todo puede influir en tus miedos.

—No...

Fruncí el ceño.

—No, ¿qué?

Era como tratar con un niño tímido, había que sacarle respuestas a tirones.

Giró su cabeza con brusquedad y me observó un poco molesto, testosteronas de porquería. Igualmente no me intimidaba.

—No es virgen, y ya ha estado con varios chicos.

Ahora quizás podía entender mejor sus miedos o dudas. A pesar de su cuerpo, rostro o lo bien que los demás lo veían, Ashton parecía sentirse un ser diminuto, inseguro y suplicante. El saber que su novia ya habia estado con oros chicos, no debía ayudar en nada para animarse a dar ese paso, ya tenía claro lo que debía enseñarle primero.

—Necesitas que ella tenga un orgasmos —cerró los ojos un instante, seguro maldecía mi vocabulario —. O, ¿ya le has dado alguno?

Negó, casi de forma derrotada.

—No llegué a esa parte —asentí, me lo esperaba —. No he podido tocarla... ahí.

—Muy bien, Ashton Carter, te aseguró que para mañana sabrás donde tocar para que ella se corra gracias a tus dedos. 

 

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¡Hola, garrapatitas!

¿Les gusta que hable de forma tan directa Lúa? ¿Ashton ya les cae mejor o aún desconfían de él? ¿Me aman?

No olviden comentar, votar, comentar, recomendarme, comentar.

Y nos leemos el miércoles, por la misma cuenta y en el mismo horario.

Con cariño.

¡Kalu!

Pd: Si alguien quiere ser comentario estrella, me avisa. Estoy intentando poner a todas, pero me olvidó a veces de a quién he puesto y a quién no. 

La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora