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Felix

Gmis cosas más lento de lo usual para darle tiempo a mis amigos de que se fueran del aula antes de salir junto a Hyunjin. Me daba vergüenza los posibles comentarios y prefería dejarlo como un secreto, a excepción de Yeji, a quien se lo había contado rápidamente en el recreo ese día más tarde.

-Felix va a tener una cita... - había canturreado y tuve que amenazarla para que se callara, causando risas de su parte.

Ya todos habían salido, quedándonos algunos alumnos que no solían juntarse con nosotros, Chris y Hyunjin. Mi mejor amigo se había quedado sentado en su banco con su mochila en su hombro esperándome, ya que a pesar de decirle que no era necesario, me insistía en que lo haría de todos modos. Pero su cómoda postura cambió cuando Hyunjin se acercó a mí ya preparado.

-Si sigues haciendo tiempo voy a creer que no quieres salir conmigo - comentó colocándose al lado de Chris, quien me miró con los ojos abiertos notoriamente sorprendido.

-¿Van a salir? - le preguntó al más alto pero respondí antes de que Hyunjin lo hiciera.

-Después te cuento, ahora vete - golpeé su hombro empujándolo fuera del aula tímidamente, hasta que finalmente comenzó a caminar por su cuenta no sin antes dirigirme una sonrisa pícara y un guiño del ojo.

Terminé de guardar mi último cuaderno y me puse la mochila sobre un hombro para finalmente salir juntos.

Era raro estar juntos, más estando solos y por elección nuestra. Él eligió un lugar donde le gustaba como preparaban el americano, que por suerte no era la cafetería donde trabajaba Sana y donde posiblemente estuviera mi mejor amigo.

Chris comenzó a tener algo con Sana y ya había mantenido un par de conversaciones con ella. Era muy amable y graciosa, parecía ser buena chica pero obviamente sabía que si me veía con Hyunjin le contaría detalles a Chris.

No había notado antes que sus piernas eran mucho más largas que las mías, por las que debía acelerar mi paso para alcanzarlo. No era que la diferencia de altura fuera demasiada, aunque sí era más alto por unos cuantos centímetros. El problema era la proporción de su cuerpo, el cual tenía largas piernas mientras que mi cuerpo no tenía ese atractivo. Finalmente se dio cuenta de aquello y comenzó a avanzar más lento para permitirme caminar con un paso normal, sin decir ningún comentario.

Una vez dentro de la cafetería, que era espaciada y llena de ventanas, por lo tanto estaba bastante iluminada, pedimos dos americanos helados. Cuando la mujer que nos atendía nos dijo el precio, ambos sacamos dinero para pagar.

-Yo pago - me avisó pero insistí alcanzó el billete a la mujer.

-Déjame que yo lo hago - lo corté pero él tomó mi muñeca delicadamente para alejarla de la mujer y con su otra mano alcanzó su dinero.

Finalmente terminó tomando su billete riéndose de la situación mientras yo guardada derrotada mi dinero otra vez en mi billetera.

-Que linda pareja, el amor adolescente es tan hermoso - comentó nostálgica y ambos casi nos atragantamos con nuestra propia saliva.

-Oh, no. No, no, no. No somos novios - reí nerviosa y ella nos vio dándonos a entender que no nos creía para nada.

Una vez terminó de preparar nuestro pedido, fuimos todavía avergonzados a sentarnos en una de las mesas junto a una ventana.

-Así que estamos en una cita - comenzó dando un sorbo y levantó su mirada al escuchar que bufé.

-Primero, no es una cita. ¿Es que acaso no podemos salir a tomar un café y ya? - dí un sorbo del amargo pero delicioso café y seguí-. Segundo, no era necesario que me pagaras.