Introducción

232 6 0
                                    

Nina empezó a teclear en su netbook unas palabras. Últimamente se sentía muy triste y no podía ocultarlo más.  Era una fortuna que el único que sabía de sus sentimientos es el aparato.

¿Qué se siente cuando ya no se siente nada? Si, lo se. Es contradictorio. Porque se siente algo y al final no se siente nada. Entonces, ¿qué quiero decir? Estoy diciendo que tengo unos sentimientos difíciles de explicar con palabras. Yo siento que estoy enamorada de esa persona pero esa persona no hace más que lastimarme y al final no siento nada. ¿Es así como me siento? ¿De verdad vale la pena llorar por un amor no correspondido?

Escribió con lágrimas en los ojos, no leyó y lo público en su blogs. Hubiera querido explayarse más pero eso podría ser contraproducente ya que nadie sabía de su verdadera identidad, su nick en el blogs es FelicityForNow.

Su madre la llamó para cenar y entonces se levantó de la cama dejando la netbook a un costado. Salió de la habitación para ir hasta la cocina del departamento y encontró a sus padres compartiendo juntos.

—Vamos a cenar —se lo comunicó su mamá pasándole un plato de arroz con lentejas—. Mañana debes ir temprano a...

—Si, lo sé —asintió levemente mirando el plato de comida. No tenía hambre por lo que jugaba con la cuchara dando círculos—. ¿Podría ir a dormir sin cenar?

Ambos padres se miraron, debatiendo si aceptar esa propuesta. Lleva días enteros sin comer mucho y no quieren que su hija vaya a enfermar por esa razón.

—Esta bien —sonrió su madre y luego agregó—: pero en unos minutos te llevaré un té, no es bueno que duermas con el estómago vacío.

—Buenas noches, los quiero —se despidió de los dos con un beso en la mejilla y volvió a su habitación.

Al llegar, se acostó en la cama de nuevo cerrando los ojos tan fuertes cuando un sonido la distrajo. Agarró su celular de la repisa de luz y lo desbloqueó. Vio un mensaje de voz de la persona que menos quería.

¿Por qué no podía entender que dolía ser su amiga?

Tiro el celular y volvió a acostarse. Unos segundos después su madre golpeó la puerta muy despacio y entró. Traía una taza de té como se lo había dicho y lo dejo a su lado en la misma repisa donde antes estaba su celular.

—Descansa, pequeña —beso su frente con cariño y luego salió.

Odiaba que la tratarán como a una niña. Él lo hacía siempre, como si fuera su hermano mayor cuando no lo era. Sus padres vivían haciendo eso también y no le gustaba. Ella quería que vieran que ya era una joven adulta, aún con sus dieciséis años.

Dejo de pensar en eso y decidió que mejor sería ver el blogs que había publicado hacia media hora. No se sorprendió al ver que tenía diez comentarios diciendo que eran hermosas las palabras que trasmitían hasta incluso algunos preguntan si así se sentía.

¿Qué no era bastante obvio?

Un comentario que no esperaba le sorprendió. Lo leyó varias veces. Abrió los ojos por completo para así asegurarse de haberlo entendido bien.

«No te conozco Felicity pero siento que estamos conectados de alguna manera. Yo me siento igual que tú. Es tan padre poder encontrar a alguien que sin conocerte sienta como si fuera yo mismo el que lo estoy escribiendo. Por cierto, me encanta lo que escribes. Me gustaría conocerte más».

Por su manera de redactar parecía ser un chico pero en la internet es todo tan confuso. No sabía que responder a ese comentario. De hecho, siempre respondía a todos.

No lo hizo.

Cerró la netbook y el sueño llegó así que también cerró los ojos para dejar atrás sus pensamientos de qué podría responder a ese comentario porque un presentimiento extraño sintió al leerlo.   

Después de todo era un completo extraño.
  

Linda De AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora