CAPÍTULO 114

21 1 0
                                    

Derek, que era mucho más alto y fuerte que los dos, intervino y los separó, reteniendo la fuerza de mi padre arremetiendo contra Thomas.

-¡¿Te llevaste a mi hija para que la embarazaran?!- Gritó nuevamente mi madre desconsolada.

-Así es mamá. Estoy embarazada. Pero no tengo nada de que arrepentirme. Mi vida seguirá al lado del padre del hijo que estoy esperando y todo saldrá bien. Otra cosa: todo fue bajo mi consentimiento para que se ahorren el dinero investigando en el caso; así que no podrán arremeter contra Taylor, ella no tiene la culpa de nada. Y nadie es culpable de nada porque son decisiones que tomé y me responsabilizaré de ellas.

-¡Lauren!- Sollozó mi madre, y ella la miró con algo de preocupación pero intentó consolarla.

-Mamá, no te pongas así. Me espera una grandiosa vida por delante. Va a ser poco convencional pero más que perfecta.

-Solo hasta que este desgraciado te deseche, Lauren-. Lloró.

-En ese caso hipotético, Derek y yo la acogeríamos. Estaría siempre bajo nuestro cuidado.

-Y señor Peter Samuelsen, no quiero volver a verte nunca más. Si antes me sentía herida hoy estoy aún peor.

Hubo un silencio sepulcral.

-¿Saben qué? Ustedes dos son un par de niñas desagradecidas. Tampoco quiero volver a saber de ustedes. Lárguense se esta casa si así quieren, no me pondré a rogarles por algo que no quieren hacer. Después de todo nunca estuvo en mis planes tener hijos. Ustedes dos fueron un error que me costó años de trabajo para poder sacar adelante. Pero ya ven que es más que mutuo. Espero nunca se vuelvan a aparecer por aquí.

-¡¿Qué?! Pero papá. Eso es algo completamente descabellado y terrible. No te dejes llevar por la ira del momento...

¡¡CÁLLATE Y LÁRGATE, TAYLOR!!- Abrió la puerta de un golpe y esta se estrelló contra la pared causando un fuerte estruendo.

Abrí los ojos como platos estando de una sola pieza y salí por la puerta. Atónita, devastada, triste, decepcionada. En menos de lo que pensé, los cuatro estuvimos afuera.

-¡Thomas!- Exclamé cuando vi su ceja sangrando.

-No te preocupes, Taylor- Respondió, dando a entender que ese golpe no había sido nada en comparación a la forma en la que mi padre lo había humillado. Sin embargo, sé que le resbalaba con tal de poder tener a Lauren a su lado. Realmente me asombraba cómo la quería, y deseaba de verdad que fuera para siempre.

Estuvimos de pie en un círculo que habíamos formado entre los cuatro; nos encontrábamos cabizbajos y sin poder decir una sola palabra, hasta que nos dimos cuenta de que nos empezaban a fotografiar desde lejos. Sin aún mencionar nada, caminamos en dirección a al auto y recogimos a los dos pelirrojos. No podía creer la serenidad de Lauren aunque la hubieran maltratado y humillado también: Ella se mantenía en firme postura y muy determinada de saber lo que hacía, en cambio yo en su lugar me habría derrumbado a llorar en un rincón; y sí, no fue a mí a la que trataron así, pero fue precisamente lo que hice.

-Tay, cariño. Tienes que ser fuerte. Recuerda que ahora nosotros somos tu familia y estaremos aquí para ti pase lo que pase; tal como ahora-. Animaba mi amiga mientras yo reposaba la cabeza en las piernas de Derek, y este me acariciaba mientras que por mis mejillas rodaban grandes lágrimas.

-Hermana, sé que estás mal por mí. Pero en realidad yo decidí no ofenderme por más humillada que me haya sentido. Lo único que puedo hacer es seguir mirando adelante y continuar mi vida; haz lo mismo.

~

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora