Lo que quiero recordar

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La canción comenzó poco a poco, inundando un trozo del silencioso parque como la luz de la mañana inunda una habitación a oscuras. Lo suficientemente alta para que ellos la pudieran oir, pero no tanto como para que se oyera mucho mas allá del banco donde estaban sentados.

«You make me so high(...)»

-¿Sabes? He vuelto a escribir un diario por las noches- dijo ella tras un rato de silencio. No era un silencio incómodo, los acordes de la canción lo llenaban, y aunque no hubiese música, a veces el silencio dice más que cualquier palabra. Les gustaba el silencio.

«(...)You bring me alive(...)»

-¿Un diario?- preguntó él extrañado, no sabía que a ella le gustara escribir uno.

-Sí, un diario, un libro donde apuntas cosas que no quieres olvidar. Cosas que te han pasado durante el día. Antes escribía uno todas las noches, pero poco a poco perdí la costumbre.

«(...)So high(...)»

-Yo nunca he escrito uno. Hace tiempo lo pensé, pero al final no lo hice- se encogió de hombros.

-¿Por qué no escribimos uno?- dijo ella expectante.

-¿Un diario? ¿Para qué?

-Para no olvidar- repuso ella.

«(...)Everything I want,

Everything I need,

I found in you(...)»

-Mi diario está aquí- contestó el tras unos instantes de silencio.

-Mis páginas son este parque. Son ese árbol, con sus hojas verdes poblando las ramas en primavera o naranjas formando una alfombra para nosotros- señaló un gran árbol que había enfrente de ellos. Habría unos cuatro metros entre el banco y éste, pero su copa era lo suficientemente grande como para darles sombra a los dos en las tardes de verano.- Mis páginas son esa papelera casi oxidada por completo donde echamos nuestras meriendas, nuestras cenas, y, en ocasiones, nuestras meriendas-cenas. Son este banco de hierro frío tanto en verano como en invierno que nos aguanta muchas horas, que oye todo lo que decimos. Mis capítulos son todas las tardes frías y todas las noches calurosas aquí, y el punto que los cierra son los momentos en los que me tengo que ir.

Tras esas palabras vino un breve silencio, acompañados por la canción que él había escogido. No lo hizo a propósito, tan solo escogió la que más le apetecía escuchar junto a ella.

«(...)No matter what they say

I'm gonna find a way

To be with you(...)»

-¿Y qué escribirías en él?- preguntó ella. Si le conocías un poco ya sabías la respuesta, y ella le conocía. Aún así le preguntó, solo para ver con qué palabras lo decía.

Él sonrió. Sabía que ella ya conocía la respuesta, pero no le importó decírsela. Allí, en el frío, juntos, tan cerca que él podía oler su perfume, no era momento para contar medias verdades. Ni para tener miedo.

-A ti- dijo con sinceridad.- Mis momentos contigo. Nuestras tonterías y nuestras conversaciones. Esta canción que tú me diste y que, al igual que tú, no puedo quitarme de la cabeza. Todas esas palabras que te digo y, sobre todo, las que no te digo. Por miedo, por no equivocarme, por lo que sea, todas esas cosas que te diría y que no hago. Sin duda serías lo que querría guardar en mi diario, lo que no querría olvidar. Lo mejor de todo es que no tendría que escribirlo, tenemos suficientes testigos silenciosos- dijo con un gesto, abarcando el parque entero.

Se abrazaron fuerte y, en silencio, dejaron que la música terminase aquello que las palabras no siempre logran expresar.

«(...)So high»

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⏰ Última actualización: May 15, 2015 ⏰

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