I El Alba Del Dios

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Es una dulce mañana y un viento suave entra por la ventana de una escuela normal, de una ciudad normal en medio de Latinoamérica. Bastián, un niño de 14 años, se encuentra absorto en sus tareas escolares cotidianas; es un niño algo menudo, de piel cobriza, con una nariz respingada y unos labios gruesos, sus risos castaños caen hasta la nuca; pero su principal característica son sus ojos: unos ojos almendrados casi dorados, un color tan extraño que siempre parecieran ver más allá de lo evidente y ciertamente Bastián siempre se ha caracterizado por ser un niño perspicaz y perceptivo aunque mucho de esto lo demuestra principalmente con la mirada.

Él nunca ha sido un niño de muchos amigos, prefiere mantenerse desapercibido en vez de llamar la atención. Siempre ha sido callado y normalmente habla solamente cuando le hacen alguna pregunta. Aunque a pesar de ser algo tímido, Bastián es bastante afable y, contrariamente a su corta edad, siente gran simpatía por los problemas de los demás.

Esta mañana en específico se encuentra haciendo algunos dibujos en su pequeña libreta. Aunque es joven tiene mucho talento, incluso más que muchos adultos; sus dibujos preferidos son los retratos, retrata a casi todos sus conocidos: sus padres, sus hermanas mayores, sus maestros e inclusive sus compañeros. Los mismos gozan de gran detalle incluso se cuida de retratar las partes más insignificantes en sus dibujos, como lunares o pecas.

A pesar de su gran talento, no es tan hábil en sus estudios. Materias que requieren un pensamiento práctico como matemáticas o física se le dificultan bastante y últimamente sus calificaciones han ido empeorando; ha tenido bastantes problemas en casa debido a esto y sus maestros lo presionan para que se concentre en sus estudios.

Tampoco destaca mucho en deportes colectivos. En fútbol y baloncesto poco puede hacer por el equipo más que quedarse parado y tratar de estorbar lo más posible a los miembros del grupo contrario, no obstante en otras disciplinas en donde no depende de un equipo su habilidad es considerable, tal como ajedrez o tenis, sin embargo tampoco destaca mucho en ellas.

Al ser un niño algo retraído, Bastián sufre el acoso de sus compañeros más altos y fuertes; siempre se burlan de él y tratan de excluirlo de muchas actividades, algunas niñas dicen que tiene cara de sapo mientras que los niños dicen que tiene cara de mono.

Mariana es casi su única amiga, pero es la más cercana al ser la más parecida a él. Es una niña de lentes grandes de marco rosa, con cabello rubio color paja muy quebradizo que se sujeta en dos trenzas laterales y unas pecas que surcan irregularmente su cara; también es menuda y no muy alta para su edad, pero comparte la amabilidad de Bastián y al mismo tiempo su desdicha. El apodo con que la llaman las otras niñas es «espantapájaros» debido a su pelo de paja y sus grandes dientes.

Mariana y Bastián viven cerca uno del otro y por lo general tratan de caminar juntos cuando van a casa, pues la distancia desde el colegio a sus respectivos hogares no es considerable, aunque esto también les ha generado aún más bromas pues se burlan de ellos diciéndoles que sostienen un romance (de entre las otras cosas horribles que les dicen esto es por mucho lo menos cruel y pueden soportarlo mejor que los demás insultos).

Una mañana, mientras Bastián se encontraba esperando el inicio de las clases, dibujaba a un niño que había visto camino a la escuela, de repente vio que su pequeña libreta hacía un movimiento brusco hacia adelante y el lápiz dejaba una gruesa línea de grafito a medida que la libreta se desplazaba, arruinando su dibujo. Era Camilo, su mayor acosador, un chico rubio de rasgos afilados, un poco más alto que él, que nunca perdía una oportunidad para hacerle la vida imposible; esta vez le había arrancado el cuaderno de las manos mientras lo observaba con una mirada arrogante.

—Este dibujo es más feo que el de la semana pasada— dijo, Bastián solo se limitó a mantener la mirada baja— parece que «cara de mono» necesita algunas clases de dibujo pues este es tan horrible como su cara— luego de decir esto tomo el papel y lo arrancó de un tironazo de la liberta, lo arrugó hasta hacer una pelota y luego lo tiró a la cara de Bastián —ahora sí está bien— dijo— y si vuelves a hacer algo tan feo eso te lo haré a ti—, luego tiró la libreta a su regazo con un gesto de desprecio.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2020 ⏰

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