El Famoso Plan

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El mesero sirvió las cuatro jarras llenas de cerveza de mantequilla y se retiró con una sonrisa amable.

— ¿Y bien?—tanto misterio le estaba poniendo los pelos de puntas.

—Tendrás que se paciente—le informó Draco tomando un sorbo de su bebida, para seguidamente agregar—Falta alguien más.

— ¿Quién más falta?

—Yo, señorita Granger. Un placer volver a verla—saludó Narcissa con su mano extendida.

Hermione quedó en shock al ver a la madre de su amigo frente a ella, pero se cacheteó mentalmente y correspondió el cordial gesto. Si antes estaba nerviosa, ahora ni sentía las piernas. Decidió sentarse de inmediato y disimular por lo menos un poco.

Esto va en serio, esto va en serio, si esta mujer ésta aquí es porque la secuestraran de verdad, ¡Ay Merlín! , razonó alarmada.

—Muy bien, ahora sí estamos todos—el rubio le ofreció una silla a su madre para poder comenzar la improvisada reunión.

Narcissa sacó un paquete de los pliegues de su túnica y lo depositó en el centro de la mesa.

—Antes que nada, quisiera decirle algo—dirigiéndose a la castaña que la miraba todavía incrédula.

Hermione no podía creer que Narcisa Black la ayudara a... todavía no sabía a qué con su hermana...

—Desde que Bellatrix y yo éramos pequeñas nuestros padres se encargaron de hacer de ella el monstruo que es ahora.

Nunca le dieron opción a elegir absolutamente nada, ni siquiera su matrimonio. La forzaron a unirse a Rodolphus Lestrange, poco después de graduarse—hizo una pausa para pedir un coñac bien cargado. Remover el pasado no era fácil. Después de tantos años seguía sintiendo las mismas nauseas en sus entrañas con tan sólo recordarlos a ellos...a sus padres.

Hermione no perdió detalle de la triste historia, pero de todas formas lo que había relatado la madre de Draco, no justificaba en absoluto las aberraciones que Bella había cometido. Sin contar con todas las que nunca se enterarían. Y por un momento se sintió enferma por amar descontroladamente a una loca asesina sin compasión.

—Como iba diciendo...mis padres se encargaron en persona de entregarla en bandeja de plata al señor tenebroso.

Después de la muerte de Rodolphus, pensé que tal vez razonaría, pero no fue así. Sigue llevando su apellido como si fuera un gran logro del cual jaquearse, cuando en realidad sé perfectamente que su matrimonio fue su peor horror. Soy consciente que las acciones de mi hermana no tienen perdón, ni justificativos, pero quiero creer que todavía existe, aunque sea mínima, posibilidad de que su alma se salve. Es mi hermana...loca o no, la amo y estoy más que complacida por poder ayudarla. Lo único que quiero saber, señorita Granger y disculpe sí soy muy directa, es, ¿cuánto está dispuesta a entregar por ella?—le preguntó seriamente.

No quería equivocarse con la joven, pero sí tan sólo se trataba de un capricho adolescente no funcionaría, aunque..., la mirada de la chica se iluminaba cada vez que mencionaba a su hermana ¡Eso tenía que significar algo!

Hermione no dudaba de sus sentimientos, lo que la hacía dudar era el salir con vida de ese supuesto plan, pero, al demonio "todo", se dijo, sí ya estoy en el baile, seguiré la música y que sea lo que Merlín quiera.

—La amo como a nadie—respondió sin avergonzarse ni bajar la mirada—haría cualquier cosa por ella, aunque tal vez, y sea lo más probable, Bellatrix se reiría siniestramente sí se enterara de mis sentimientos—tomando coraje, agregó—. Suena terrible lo que diré, pero ni cuando mató a Sirius dejé de amarla y créame señora Black, me siento la peor de las traidoras—confesó derramando un par de lagrimas—Hace tiempo que decidí no luchar más en contra de lo que siento. A pesar de no ser correspondida jamás la seguiré amando de la misma manera—agachó su cabeza y por primera vez en mucho tiempo se sintió aliviada de poder descargarse, a pesar de que la constante tristeza que la acompañaba como sombra... seguía ahí.

Mi inesperada familia del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora