El infierno de Lilith| 2 | Completa

XIV-II

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Gracias a @ValeBasto171 por la canción <3

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−Lilith, ¿por qué no te sientas un momento? –comentó Zoe cuando me alejé un poco para mirar el rostro de Ann. Había sido capaz de recordarla, era maravilloso. No, mentía, era una situación agridulce, porque por mi cabeza pasaban momentos junto a ambas hermanas.

<<¿Por qué ella había muerto?>>

>>-Tal vez lo sea, pero aun así sobrevivió como tú, como Zoe, Ann y yo. Por algo ella logró despertar sin morir. Debemos saber porqué Victoria no lo logró-al decir esas palabras, no recibió respuestas-Por eso necesito que averigües qué la hace diferente.

Esa urgencia era totalmente entendible, aún no era capaz de comprender qué era lo que nos hacía diferente como para sobrevivir. Debía haber una respuesta. Recordé las primeras conversaciones con Race, donde había dicho que simplemente me había desconectado, y que con Ann y Victoria había ocurrido lo mismo, entonces, ¿qué había pasado? ¿Qué demonios era? Pero, ¿acaso podía existir una respuesta? Después de todo, Rose siempre decía lo mismo, "experimentos", "intentos", "pruebas". Tal vez, ellos ni sabían con seguridad lo que nos hacían, solo era así, consideraban a las personas como simples conejillos de india.

−Lo siento, no quise ser abrupta−carraspeé, aunque a Ann no pareció molestarle. Ellas dos, fueron las chicas más dulces que había conocido, esas risas y abrazos, habían sido tan cálidos. Era inevitable encariñarse con las gemelas. Sin embargo, esas sonrisas estaban llenas de fortalezas, puesto que no solo habían soportado ese infierno como los demás, la "vida" que les construyeron... Jamás las dejaron ser felices. Pasaron años de pérdidas, abuso, violencia. Niñas que estuvieron rodeadas de oscuridad desde el inicio. Pero se mantenían tan jodidamente firmes gracias a que se tenían una a la otra.

Y ahora...

Quien las había cuidado siempre fue su madre, no sabía qué había ocurrido con ella en la vida real, pero en ese infierno, las protegió de Khana hasta que esta la asesinó...Esa mujer.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Jamás la conocí en persona, pero las cosas que les había hecho y quería hacerle a las hermanas, era abominable. Nunca podría llegar a comprender qué demonios era esa cosa para tener tanta maldad. ¿Era un verdadero ser humanos como todos o solo otro personaje que habían creado juntando toda la miseria que había en ese lugar? Recordé las lágrimas, sollozos, esas cicatrices en sus cuerpos que escondían y por las cuales habían sido atormentadas por el solo hecho de ser gemelas. ¿Qué mierda pasaba con eso? ¿Por qué querían jugar, destrozarlas por esa simple cuestión?

−Entiendo, pero...¿por qué sostienes mi rostro como un bebé? –dijo en voz baja. No solo no existía molestia, estaba casi segura de que por un milisegundo, un pequeño y efímero instante, quiso bromear. Aunque yo seguía procesando toda esa verdad, tan cruel para almas tan puras. La punta de un dedo índice pálido, tocó una lágrima que bajaba lentamente por mi mejilla. Nuevamente intenté contener un sollozo, donde mis labios temblaron sin parar, provocando que en un intento por detenerlos, terminara en un extraño puchero. –Eres muy dulce. Gracias por lo de aquella vez...

−No fue nada, y no soy dulce−murmuré, sorbiendo con demasiada fuerza mi nariz. Alejé mis manos de ella, ya que debía ser capaz de controlarme. No era una niña, pero esos recuerdos donde prácticamente me trataban como su hermana mayor, se clavaban en mi corazón, haciendo que me comportara con demasiada intensidad.