Capítulo 15

364 25 34
                                    

Clarke salió del portal y se encontró en el medio del patio trasero de Sanctum, era muy tarde por la noche, solo se podía ver gracias a los faroles. Hacía mucho frío.

—¿Dónde está Bellamy? —Escuchó a sus espaldas. Octavia dió un paso al frente y se quedó esperando una respuesta. 

—Él… lo dejé atrás… —Dijo aún sin creer lo que había hecho. —Yo… —Se giró hacia donde antes estaba la anomalía abierta. Sintió entonces una puntada en el pecho. Y vió el vacío de aquel espacio, y detrás el castillo caído a pedazos. 

—¿Tú qué? —Preguntó enfrentándola, y se acercó a ella. Su hermano había quedado del lado equivocado del portal, corría peligro, y Clarke lo había abandonado. 

—¡Me pidió que viniera! Sólo había un casco. —Clarke mordió su labio inferior para aguantar el llanto, y cerró los ojos con fuerza para evitar las lágrimas. —No tuve tiempo de pensar en algo, solo hice lo que él me dijo.

Octavia terminó con la distancia y abrazó a Clarke por un minuto.

—Está bien. —Dijo la morocha cuando se alejó, Clarke asintió. —Explotaron el castillo.

—Pusieron bombas porque el padre de Levitt le dijo a Cadogan que estábamos allí. —Clarke miró a Levitt, que aún no se había enterado. —Lo mató delante de todos. 

Levitt bajó la vista al suelo, y todo su gesto se transformó. Octavia se volteó a verlo y caminó hasta él. 

Le sujetó el rostro, besó su frente y luego lo guió hasta ella. Él agachó el torso un poco, porque era más bajita y apoyó la cara en la parte delantera de su hombro. Octavia acarició el pelo de Levitt hasta que se recompuso.

—Tenemos que ir a ver si todos están bien, quédate aquí a esperar a Bellamy. —Le dijo O cuando vió que seguía en shock. Clarke no respondió, solo asintió. 


—No puedes aguantar mucho más, Madi. —Becca se puso en cuclillas frente a ella. Hacía horas estaban intentando. Faltaba poco para la guerra, y Cadogan aún no conseguía el código. Desde hacía unas ocho horas habían subido la potencia al máximo, y podía sentir el olor a quemado de su piel. —Estimo una hora, a partir de entonces el daño será irreversible. Solo nos queda una opción, pero necesito que me dejes hacerlo.

—¿Qué? —Preguntó y el discípulo la miró. Estaba mirando hacia la nada, hablando sola. 

—Debo hacerte entrar en coma. Es la única forma. En una hora ya no podrás controlar el M-Cap, y podrán sacarte el código, si entras en coma no podrán, la flama tomará el control y protegerá el código por tí. —Becca se puso de pie y acarició el rostro de Madi, sonriendo con lastima. —No puedo dejar que Sheidheda tenga el código, no puedo arriesgar a toda la humanidad por tan solo una persona.

—Entiendo. —Susurró y cerró los ojos. La máquina empezó a sonar, y se encendieron luces rojas de alerta. Pronto llegaron más discípulos, intentando averiguar qué era lo que ocurría. En el sistema aparecía una advertencia.

«Muerte cerebral»

—¿Está muerta? —Preguntó uno. 

—Cadogan nos ejecutará. —Agregó otro, el que ya estaba allí desde antes apretaba teclas para ver el sistema vital de Madi. Su corazón aún latía, y continuaba enviando sangre al cerebro. 

—El sistema no detecta funcionamiento en el hipocampo, la neocorteza o la amígdala, como si estuviera muerta, pero creo que está en coma y la flama está protegiendo la información. 

—¿Y qué hacemos? —Insistió el primero.

—Esperamos a que Cadogan vuelva. 



Do Better (Bellarke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora