❰ Prólogo ❱

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❰ Prólogo ❱

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( 🌧 )

Y ahí lo tenía otra vez, tan misterioso como siempre, con un pequeño paraguas que apenas lograba cubrir su frágil figura.
Se acercaría a él pero el miedo lo carcomía por dentro.

Los ojos rosados del chico se veían apagados, con solo estar a unos metros de él se sentía una tensión desfavorecedora y no le permitía si quiera cercarse un poco más, nunca había hablado con él, a pesar de que, aparentemente llevaba más de tres meses viviendo en el pueblo. Pero eso no era lo único raro, tampoco lo había visto ir al colegio, por su apariencia aseguraría que tiene entre quince y dieciséis años, por ende debería estar yendo a la misma escuela que el, pero por alguna razón no era así.

El de cabellos rosas había notado las múltiples miradas de Kou desde hace un largo rato, le incomodaba de sobremanera, por su mente había pensado que seria un degenerado, pero al paso del tiempo se daba cuenta que no era un mal chico, después de todo, lo había visto en múltiples ocasiones. Lo más probable era que había caído rendido por sus encantos pero prefería no pensar así, los estupidos aretes no eran su tipo.

Parecía que iba a caer una tormenta, el ambiente era sumamente frío y eso hacía preocupar más a Kou, pues el chico de su lado solo traía un suéter bastante holgado y una bufanda amarilla algo rota, su paraguas no ayudaba, era pequeño y además tenía algunos agujeros.

De cualquier manera no podía dejarlo así, estaba oscureciendo y no quería que se quedara solo.

— Puedo acompañarte a casa, si así lo deseas.

— ¿Huh?

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