CARTA DE UN SUICIDA|FRERARD [MINI-FICT]

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La vida es un cajón de sorpresas, nunca sabes lo que viene después y en ocasiones no entiendes porque ocurren ciertas cosas.

Así que cuando te vez caer por más alla del suelo y alguién aparece y te tiende la mano, te levanta, cura las heridas que la caída libre te causo, reaccionas, y caes en cuenta de que no tienes porque vivir eternamente bajo los mantos negros de la amargura, la soledad y el dolor, pero recobrando la conciencia te das cuenta que las cosas no suceden así, entiendes que 18 años de maltratos, golpes e insultos no se curan en unos cuantos meses, eso es doloroso y frustrante. Hay heridas que al pasar de los años el tiempo simplemente nunca terminará de curar. Esa es realidad, la cruda realidad de Frank y algo parecida la de Gerard. O almenos la fue....

   Viernes 31 de Octubre 2008

Te amo.

Y aquí estoy apunto de tirar a la basura algo que tanto trabajo me costo encontrar y que me duele mucho perder, pero lo tengo que hacer.
La fachada es perfecta, el día esta lluvioso, pero no es una lluvia molesta, la verdad es que me agrada, el cielo esta casí oscuro, lo curioso es que la lluvia no cae como agua en la tormenta, cae tranquila, lenta, agradable, ¿Recuerdas? Como el día en que nos conocimos.

   Domingo 30 de Septiembre 2007

El día estaba lluvioso, Frank  caminaba con la cabeza gacha y cubierta por la capucha de su chamarra, llevaba las manos en los bolsillos de sus pantalones con apariencia apacible y tranquila. Hoy era su primer día como alumno, después de haberse alejado de la escuela hacía más de cuatro años, pero esta "escuela" era distinta, nisiquiera era una escuela, era un curso para aprender a tocar el piano, la comparación es verdaderamente patética, pero bueno, hoy nuevamente sería alumno otra vez, esta vez la finalidad era distinta, los niños y adolescentes asisten a la escuela para conseguir un certificado, seguir estudiando, llegar a la universidad, conseguir una carrera y finalmente introducirse en la monotonía del trabajar día a día; pero no, él ya había vivido la primera parte, en tiempo real ya se había convertido en uno más de los fieles amantes de la bendita monotonía, Frank solo buscaba distracción, aveces era bueno intentar nuevas cosas y probar con nuevas formas.

La verdad no era mi intención encontrar a persona tan magnifica como tú, siempre pense que el amor era una fantasía, una mentira, simpre pense que no era real, que no existía. Me equivoqué. No del todo, pero lo hizé.

La pequeña personita de cabellos rebeldes que caminaba por las calles desiertas y bastante humedas de N.Y finalmente decidio dar fin a su andar frente a una pequeña casa con el #444, que era al que habían indicado que tenía que llegar para encontrar el saloncillo del curso, por fuera lucía bastante hogareño, por dentro la situación cambiaba un poco.

–¿Amm... le imterrumpo?–Adentrandose al equivalente de lo que sería una sala de estar en una casa normal por lo que parecía una sala de expocisión artistica, preguntó Frank al divisar cercano a un hombre hasta ahora desconocido, que se encontraba de espaldas dando mantenimiento a un bastante bien conservado piano situado a casí el fondo de la habitación.

–No –Contesto aquel honbre de finos y negros cabellos al tiempo que volteaba a reconocer la voz demandante, la sorpresa fue grandiosa, frente a este se encontraba un joven delgado, bajito, castaño, de nariz redonda y dueño de un par de hermosas avellanas por ojos. –Digame.

–Soy Frank, empezaré el curso para aprender a tocar el piano. Al parecer llegue temprano. Aquí es donde se imparte ¿No? –Solto Frank esperando una respuesta afirmativa a su pregunta, sin embargo el pelinegro se limito a sonreir escondiendo la gracia que le provocaba el bajito.

–Si y no. –Respondio el pelitos negros para despues dar un profundo suspiro dandosecun aire de veterano interesante planteando una gran pregunta a lo que Frank solo mostro una cara que delataba completa confusión, cual aprendiz de veterano de guerra si saber que paso despues, sin saberlo provocando a un más gracia al todavía desconocido. –Bueno, efectivamente, aquí se le da el curso, pero este acabó –este miró el relog de su muñeca –hace diez minutos que terminó.

–Ooh. –Frank enmudecio, se sintio avergonzado. –Supongo que vendré la proxima semana. Gracias.

–Claramente. Pero si no te importa pediré que te quedes –Frank pareció asustarte. –¡¡Por Dios Santo!! eres un inconciente pequeño, mirate estas empapado, ¿Planeas  regresar así a casa? ¡Atraparas un resfriado! –Frank, al terminar de escuchar a aquel hombre que lejos de parecer coquetearle le trataba con referencia paternal, relajo sus facciones de asombro.

–Bueno, espero que el señor del transporte público me acepte. No tengo opción

–¡Tonterías! Si no te opones yo te llevo a casa. Pero antes anda hasta el final del pasillo, encontraras ahí a Lily, dile que dice Gerard que te de algo para cambiarte. –Inmediatamente el tipo llamado Gerard parecio recordar algo –¡¡Pero que despistado ando hoy!! No me he presentado. Soy Gerard, Gerard Way El encargado de dar los cursos–Se presento al tiempo que extendía la mano, esperando Frak la recibiese.

–Soy Frank, Frank Iero, supongo que su alumno.

–Si. Solo hay un "maestro." Ahora ve con Lily.

Siguiendo las indicaciones de Gerard, el extraño que conocía hace no más de 5 minutos y que sin duda le evocaba respeto, y algo más que todavía no comprendía, Frank fue en busca de "Lily" y esta le atendio amable, Lily era una señora un poco grande pero no tanto, quizá andaría por eso de los 55 o algo así.

–Bien Frank, te dejo para que te cambies, otro día platicaremos.

–Le dijo Lily –Voy a ayudar a Gerard a recoger, allá te esperamos.

–Gracias –Pronunció Frank y así Lily se marcho, dejando a este solo, la mujer le había agradado y Gerard también, según cuenta Lily, él es muy caritativo, siempre anda buscando la manera de ayudar, es una gran persona, muy bondadoso, pero con tragico pasado.

–Bien, ya termime ¿Les ayudo en algo? –Pregunto Frank entrando al saloncillo aquel donde al parecer Gerard eseñaba sus cursos.

–No cariño hemos terminado, en un momento nos vamos. –Respondió Lily.

–Listo –respondio Gerard bajandose de una escalerilla que le había servido para colgar un cuadro en la pared mostaza.

–¿Nos vamos? –Pregunto.

–Nos vamos –Afirmaron al unisono Frank y Lily.

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2015 ⏰

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