Cazadores

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_ ¿cómo se fue?, ¿por qué? -quiso saber Yona algo asustada.

_ Yo...-dudó.

_ Sofía por favor...-suplicó la peli roja- dinos lo que sabes.

_ La Señora se fue a recoger un regalo que pidió a hacer para usted Señor Jae-Ha...-miró el suelo- era para su cumpleaños.

_ tengo que ir a buscarla -rápidamente sale del estudio seguido de sus hermanos, si algo le pasaba a Kaori él jamás se lo perdonaría. Y lo peor es que se fue para darle un regalo, aquella niña lo sorprendía cada día con su dulzura, como su pasión.

Quien lo diría, el indomable corazón del dragón verde ya tenía dueña, aun que siempre buscaba una escusa para no dejarse llevar por la ternura y pasión que ella le entregaba, ¿sentía miedo? Tal vez por que ella era completamente diferente a la persona que él ideó para ser su pareja, sentía que parte de su libertad se iría si acepta que amaba a esa jovencita, si permitiera dejárse llevar por las emociones de su corazón, más sin embargo al sentir que podía perderla, todo su ser se sumió en una desesperación profunda por llegar rápido a ella.

Mientras en Kuuto.

_ ¡Callate! -gritó Alan ante su alardeo- no eres el único que sabe quien eres -soltó audaz- ¿crees que no sé que vas tras Mi mujer?, cazador Ceres.

_ ¿tu mujer? -río a carcajadas- ¿que no sabes que tiene prometido?, ¿que paso?, ¿Kouka te ganó de nuevo?. -burló.

_ mientras no este casada para mi sigue siendo Mi mujer.

_ oh...¿mientras no este casada es libre? -sonrió travieso- entonces bien podría ser mía.

Alan sintió su sangre hervir- conoce tu lugar maldito infeliz, ni se te ocurra tocarla...

Ceres apretó los dientes- te enseñaré quien es el infeliz aquí -chasqueo sus dedos llamando a cinco subordinados que rodearon a Kaori y a Alan.

La peli celeste estaba completamente asustada, no podia creer que una simple visita al pueblo podía tornarse en semejante pesadilla.

_ ¿se supone que tengo que estar asustado? -sonrió- ¿acaso Crees que no puedo con seis?

_ ¿Quien dijo que ellos pelearan? -negó con la cabeza- sólo seremos tu y yo -sacó dos grandes espadas que llevaba detrás de su espalda- llevensela chicos...-ordenó.

_ ¿cómo dices...? -susurró desconcertado, más volvió a blandir su espada tomando una postura protectora- déjala en paz, ¿que tienes contra ella?.

_ personalmente nada -sonrió de medio lado- pero la bonita tiene una deuda que saldar, su codiciada belleza deja mucho dinero, ¿además que mejor?. Teniéndola puedo tener a Kouka y a Kai comiendo de mi mano.

_ estas demente, no permitiré que se la lleven, mucho menos un sujeto tan repulsivo como tu.

_ sigue hablando, veremos si eres capaz de pelear y protegerla a la vez -soltó lanzándose sobre él.

Los cazadores si dispusieron a atacarlos, estaban rodeados parecía que no tenían escapatoria. Ceres se había lanzado con todo contra Alan pero rápidamente lo retuvo dándole una fuerte patada directo en el pecho antes de llegar a él, sucesivamente giró sobre sus talones blandiendo su espada para contra los que intentaban llevarse a la Peredhil. Uno había alcanzado a tomar su brazo dispuesto a llevársela más un movimiento ágil con la espada corto su brazo liberando a una conmocionada Kaori, quien veía estupefacta la sangre regada en el piso, y ahí pudo reconocer la ferocidad como frialdad que Alan tenía al momento de enfrentar a sus enemigos, el joven Príncipe no titubeaba al momento de actuar, si tenía que cercenar a sus enemigos símplemente lo hacía.

_ ¡Kaori! -exclamó Alan a la aturdida joven, tomandola de la cintura para luego cargarla en un brazo.

Para Alan enfrentarlos no era el problema, lo que temía es que pudiesen llegar a lastimarla, si de por sí ya tenía la orden de llevársela no tendrían ningún miramiento en lastimarla con tal de capturarla y eso era algo que no podía permitir bajo ninguna circunstancia.

_ ¡Kaori reacciona por favor! -intentó una vez más haciendo que la joven vuelva en sí notando que corría con ella a cuestas.

_ ¿Qué...? Al-

_ ¡Sostente de mi por favor! -interrumpió mientras corría.

_ p-pero...

_ sólo hazlo

Kaori dudó pero se abrazó a su cuello mirando por sobre su hombro que eran perseguidos.

_ ¿pero a donde me llevas?.

_ de regreso a Kai.

_ ¿¡a Kai!? -se alarmó- ¡No!, ¡Yo debo volver a mi hogar con Jae-Ha!

_ tu verdadero hogar es Kai Kaori, sólo ahí estarás a salvo.

_ ¡Pero-!

_ escucha, yo podría matarlos a todos sin problemas pero si te descuido por un segundo te lastimaran, ¿no lo entiendes? Ellos están aquí por ti, poco les importará lastimarte con tal de llevarte con ellos y eso no lo pienso permitir. Si ese pirata no puede protegerte entonces lo hare yo.

_ Jae-Ha no tiene la culpa de nada, fue idea mía salir sola.

_ claro que tiene la culpa, él te expuso a todo esto -fruncio el ceño.

Ella podía sentir su rabia, en sus ojos podía notar su furia- ¿por qué lo haces? Si resultas herido en un Reino ajeno al tuyo podría ser tomado como una clara amenaza...pondrías en peligro a tu propia nación.

_ por que te amo...-suspiró- estoy enamorado de ti...¿tan difícil es creerme?...

_ Alan...

En ese momento llegó Jae-Ha a la escena guiado por el desastre y lo primero que vio fue a Alan huir con Kaori en brazos. Enseguida malinterpreto todo, sin embargo pudo notar como eran perseguidos por personas que buscaban derribar al joven Príncipe. Los pobladores huían despavoridos en busca de refugio, más bastó que uno sólo gritara "los cazadores están aquí" para que el entendimiento llegara a él, hiban tras Kaori, fruncio el ceño mientras daba un gran salto por lo cielos.

_ ¡KAORI! -gritó el Ryokuryuu ya acercándose.

_ ¿¡Jae-Ha!? -se emocionó la joven- ¡Alan es Jae-Ha!, ¡Bajame por favor tengo que ir con él! -pidió emocionada.

Alan no respondió pero frenó en seco sorprendiendo a la joven por el brusco accionar, más al voltear quedó helada ante tal panorama, habían sido rodeados de nuevo por muchos más.

_ No puede ser...-soltó en un suspiro la joven.

Continuará...

Bajo Un Mismo Desperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora