Los sentimientos

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Milk contemplaba las luces de la ciudad, tal vez las construcciones eran un poco diferentes, pero el planeta Vegeta era muy parecido a la Tierra, hasta podría considerarse un buen lugar para vivir si no fuera por ese pequeño detalle de esclavizar a otras razas.

La terrícola observo su reflejo en la ventana, más concretamente a la marca que había en su cuello, le sorprendió que ya había cicatrizado y según lo que le dijo Kakarotto esa marca no saldría aun si tuviera que volver entrar al tanque de regeneración, la marca de emparejamiento de un saiyajin era para siempre; en un inicio le pareció algo meramente primitivo de la raza el marcar a su pareja, sin embargo después de que Kakarotto la marcara, por un momento ella sintió algo extraño, fue como una voz en su cabeza y ver y sentir a través de los ojos de alguien más, aparentemente ser marcada por un saiyajin te permite percibir el eco de sus emociones y Milk se dio cuenta que muy a su modo, pero Kakarotto la amaba, el calor que él sentía al tocarla, la necesidad por ella y la tranquilidad que le brindaba que estuviera a su lado, todo eso Milk lo percibió en el momento del éxtasis sexual después de que Kakarotto la mordiera, él le explicó que era normal, en el momento de su orgasmo ella percibió lo que él sentía y Kakarotto sintió las emociones de ella, la marca de emparejamiento no era solo simbólica, era un especie de enlace místico que ahora los vincularía de por vida, por eso los saiyajin eran tan cuidadosos al momento de escoger a la persona que marcarían, prácticamente mostraban su alma ante su compañero

–¿Qué haces despierta?– Escucho la voz de Kakarotto en su oído y los brazos masculinos envolviendo su cintura

–Lo siento, no quería despertarte– Dijo la joven apoyándose en el cuerpo del guerrero que se encontraba a sus espaldas –Creo que ya debería volver con...

–No vas a regresar a casa de Broly– La corto al adivinar lo que ella iba a decir mientras apretaba el abrazo en torno de la diminuta cintura de la chica

–Pero...– Trato de replicar

–No, te he marcado, no hay forma de que permita que te marches de nuevo– Milk abrió la boca en un nuevo intento por replicar, pero Kakarotto deposito un ligero beso en la zona marcada que tuvo el efecto de arrancarle un suspiro a la mujer –mañana hablare con Broly– La hizo girar para mirarla a los ojos –Sin importar cómo lo convenceré de que te quedaras aquí a partir de hoy– La tomó de la mano y la guio a la cama

–No me preocupa tanto Broly como el príncipe Vegeta– susurro ella cuando se acostó y sintió como Kakarotto se acostaba y pegaba su cuerpo a su espalda abrazándola

–También me ocupare de eso, pero mañana le explicare a Broly y le hare entender que ahora eres mi compañera– Ella no respondió, pero deposito un pequeño beso en el dorso de la mano con la que Kakarotto la abrazaba, después de un rato sintió como la respiración del saiyajin se relajaba indicándole que se había quedado dormido.

Milk cerró los ojos y sintió la calidez de saberse amada por ese guerrero, quería recordarla bien porque sabía que de un modo u otro ese amor la llevaría a la muerte; Milk había decidido que no renunciaría a su misión, liberaría a sus amigos, pedirían juntos el deseo de salvar su planeta y después los enviaría de regreso a casa... Pero ella permanecería en el planeta Vegeta. Sabía que había sido una ingenua al pensar que podía mantener lo que tenía con Kakarotto solo en plano físico; ella había reconocido los sentimientos del guerrero hacia ella como amor porque ella se sentía exactamente igual, ya no tenía caso negar que estaba perdidamente enamorada de Kakarotto, y aunque sabía que ese amor la destruiría ya sea por la ley del príncipe o por ayudar a sus amigos a escapar no iba a renunciar a ese sentimiento; ella pelearía con todo lo que tenía para estar al lado del hombre que amaba, pero si al final no podía lograrlo y moría estaba dispuesta a hacerlo, el amor que sentía hacia Kakarotto lo valía, con ese pensamiento Milk se quedó dormida.

La princesa y el guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora