𝑼𝒄𝒉𝒊𝒉𝒂: 𝑯𝑰𝑫𝑬𝑵

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Continué mi camino dejando a Kanküro a cargo de esa zona, ya fuera de peligro se encargaría de mantener los cuerpos de Sasori y Deidara contenidos. Podía escuchar explosiones cerca, gritos y sonidos extras de ataques con Kunais y Shuriken.
Es la primera guerra que experimentó, y sin duda alguna no dejaría que mi descendencia viva esto.
Quiero vivir feliz, a lado de quien amo, a lado de una familia y amigos.

¿Es tan difícil eso?

Quite todo pensamiento de mi mente y continué, debía encontrar alguna pista, debía saber en donde estaba Kabuto.
Mi Lord Orochimaru estaría decepcionado, o quizá orgulloso de lo que él está causando.

—Debo encontrarlo pronto, debo volver con Gaara.

Al estar de árbol en árbol, encontré un Shinobi herido, refugiándose detrás de un árbol, no pude evitar bajarme e ir ayudarlo.

—.  Déjame ver tu herida, conozco de Jutsu Medico...

El hombre al levantar la mirada, comenzó a llorar, lo mire detalladamente y veía marcas en su rostro, y sus ojos, no había vida en ellos.

De pronto, el hombre atacado con un rayo que hizo con sus manos, pude ver cómo seguía llorando a pesar de esquivar y seguía atacando.

— Ayúdame...

Él lloraba, estaba peleando en contra de su voluntad, era un revivido del Edo Tensei.

—Escúchame, fuiste traído a la vida en contra de tu voluntad... puedo ayudarte. — intente calmarlo pero seguía peleando.

Sus golpes y ataques eran muy específicos, lo que significa una cosa.
Kabuto lo está manejando personalmente.

—Así que es eso... perdóname amigo, no me contendré. — el asintió, eso quería.

— Quiero regresar con mi familia...

Frene en seco, aquel hombre tenia familia... familia muerta.

    Eso podría señalar de que, una vez que dejas este mundo, vas con tus seres queridos, te reúnes con ellos en el otro lado.

  Sonreí al pensar que mamá y papá están juntos, esperándonos.
O qué Itachi había estando con ellos, y el infeliz de Kabuto había interrumpido aquella reunión.
Me enfadé de más y ataque al chico con todas mis fuerzas, logrando poder dañarlo, y poco a poco ver como su cuerpo se iluminaba y desvanecía.

— Gracias niña...

Se fue, dejando un cuerpo de otra persona tirado.
No solo interrumpía sus descansos, si no que arrebataba vida para eso.

—¡Te matare con mis propias manos Kabuto!

Grite sacando de mi pecho un nudo en mi garganta. Esto dolía, ardía y terminaba con mi poca paciencia. Kisame me lo dijo, me lo advirtió...

Esa guerra será la más dolorosa de toda tu vida...

—  ¡Abajo!

Giré hacia el proveniente de aquella voz y obedecí por mi estímulo de supervivencia.

   Una explosión pasó encima de mi, un tipo Shuriken envuelta en un rayo.

Al girarme... me encontré con sus ojos, sin vida pero seguían siendo suyos...

— Hermano...

  Corrí hacia él, rodeando su cuello con mis brazos después de un pequeño brinco.
Tarde en reaccionar, no me respondía, hasta que observe cómo llevaba su brazo izquierdo ocupado sostenido a un débil Nagato a su lado.