Capítulo 1: Papeleo de casos

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Una patada.

Eso recibió Taehyung en medio de su espalda trabajada. Enojado, se giró en busca del idiota que le dio aquel golpe. Al encontrarlo, cambio su rostro serio a uno tímido, debido a que estaba haciendo contacto visual con los ojos violetas de Jimin.

—¿Por qué mierda me dejaste solo en la oficina?

—Lo siento, de repente entre en pánico, Jiminie —se explicó, sentándose en el sillón. Estaba adolorido. —. A pesar de que tengas un lindo y pequeño cuerpo... —tragó saliva. —. Eres fuerte, pero si te lo hacía yo, puede que tus huesos no sobrevivan.

—Por favor, no soy débil, alfa. —se defendió, inflando su pecho.

Escuchó la breve risa del otro. Soltó un bufido bajo, sintiendo sus mejillas calientes y rojizas. Estaba sonrojado por la mirada intensa y fija que tenía el alfa por su persona.

—Deja de reírte de mí, tonto.

—Eres tierno.

—Lo dice el que entró en pánico. —gruñó con burla.

Taehyung rodó los ojos, negó con la cabeza y miró a otro lado. Pese a su pequeño enojo, en su mente pensaba en lo bien que se veía su compañero actuar de manera tan adorable y dulce por los cumplidos.

—Mentira, por supuesto que soy tierno, bonito. —prosiguió, guiñándole un ojo.

—Jimin...

—¿Terminaron de coquetearse y haciéndose ojitos delante mío, jóvenes?

Ambos chicos se voltearon a la voz firme presente. El dulce, suave y atrayente olor a azucenas y frutos silvestres inundó el ambiente cálido de ambos alfas.

Se trataba de Min Yoongi. El segundo jefe al mando de tres estaciones policiales del Este. Hombre serio, aplicado y disciplinado como para pertenecer a la casta de omegas. Para ellos, era poco común encontrar a alguien con esos rasgos tan definidos y notando que tenía una marca en su cuello, supieron que un alfa había cortejado y reclamado a él.

—No se queden mirándome —gruñó, mostrando sus pequeños colmillos. —. Estoy seguro de que tienen cosas que hacer o terminar, jóvenes.

—Min, hemos terminado nuestro turno —avisó Taehyung. —. Solo hemos venido porque Kim nos llamó. Nos dio un nuevo caso por resolver y estamos de salida.

—Es verdad.

El omega rodó los ojos, acomodó sus carpetas y caminó a un lado de ambos seres para ir hacia su oficina. Saludó a su jefe de manera sutil, guardó los documentos y siguió como si no hubiera visto a los sujetos altos comiéndolo con la mirada. Tampoco estaba de humor para escuchar sus cursilerías de noviazgo, lo que sí o no hacían sus trabajos, entre otras más.

—Entonces, ¿nos vamos, alfa?

—Sí, Jiminie.

—Bien. Espérame aquí, voy por mis cosas, hermoso.

Evitando sonrojarse ante los apodos cariñosos del rubio, Taehyung lo tomó del brazo y lo atrajo hacia él. Los pasos del otro se detuvieron por el breve tirón, giró su cabeza y se encontró con los ojos brillosos cafés del alfa.

—¿Qué...?

Taehyung carraspeo un poco su garganta, sonrió y señaló con su mano la sala de descanso. Jimin frunció el ceño, no entendía el actuar de él hasta que miró hacia la zona señalada en cuestión. Pronto, sus abultadas y regordetas mejillas se tiñeron rojas.

—Alfa, no debiste. —le dio un breve golpe en el hombro.

Soltó el agarre del hombre, caminó a pasos lentos hacia su mochila y lo colocó en uno de sus hombros. Por cosas tan pequeñas se ponía feliz y tímido, pero teniendo la casta que estaba presentando ante el ojo público debía mostrar su lado serio también.

A escondidas • 𝐕𝐌𝐈𝐍 🖋 || EN EDICIÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora